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Cebreros puede que sea uno de los pueblos más célebres en esta cuestión

Cebreros puede que sea uno de los pueblos más célebres en esta cuestiónAyuntamiento de Cebreros

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Los pueblos de España que deben su nombre a un misterioso animal desaparecido

En la Península Ibérica hay más de un centenar de localidades cuya toponimia remite al cebro, un caballo extinguido. En uno de ellos, se construirá uno de los hoteles más lujosos de España

El cebro o «zebro», animal que habitó la Península Ibérica desde tiempos prehistóricos hasta su extinción en el siglo XVI, levanta toda clase de intrigas, especulaciones y leyendas. No hay rastro de él. La ausencia de huesos, restos fósiles o pieles ha impedido que se haya podido realizar un estudio taxonómico, es decir, no se sabe a ciencia cierta de qué especie se trata.

Y sin embargo, hay al menos 150 pueblos portugueses y españoles que deben su nombre a la presencia de este misterioso équido salvaje cuyo nombre sirvió además para bautizar a la cebra africana, dada la similitudes que los navegantes portugueses observaron entre estos curiosos animales rayados que jamás habían visto y el cebro ibérico.

Durante siglos se llegó incluso a negar una existencia ampliamente recogida en fuentes escritas, desde la época greco-romana, pero la ciencia prefirió darle la espalada a un animal del que no había ninguna evidencia física y sí mucha literatura confusa. Algunas fuentes le trataban como una especie de asno salvaje, otras como un caballo silvestre. Lo que parece seguro es que fue la sobre caza lo que terminó con el animal, cuya carne era bien considerada y sus pieles se utilizaban para hacer calzado.

Recientes avances en arqueozoología y genética molecular han retomado de nuevo el interés por el extiendo animal, al permitir disponer de estudios más específicos de los équidos fósiles. Parece descartado que fuera un asno y sí algún tipo de caballo salvaje con rayas oscuras en las patas.

Gracias a la toponimia, se puede determinar su distribución geográfica, centrada principalmente en la región central de España, desde Extremadura hasta Levante y desde León hasta Andalucía. Los nombres de localidades o accidentes geográficos a más numerosa se encuentran en el oeste peninsular, principalmente Galicia y Portugal. La lista es muy numerosa y registra muchas variantes relacionadas con el «zebro», como Arroyo de la Cebra (Mérida, Badajoz), Arroyo de Navacebrera (Logrosán, Cáceres), Altos del Encebrico (Paterna del Madera, Albacete), Arroyo de Río Cebros (Castrocontrigo, León), Arroyo del Cebrillo (Las Caheruelas), Cebrones del Río (León), Acebrón (Cuenca), etc.

De este larga lista, seguramente los más célebres sean el abulense Cebreros, pueblo natal de Adolfo Suárez, y O Cebreiro, en Lugo, el primer pueblo gallego del camino francés de la ruta jacobea. O Cebreiro cuenta con un grial considerado santo o milagros por muchos, que puede verse en la iglesia prerrománica más antigua de la ruta jacobea conservada en su integridad. Es célebre también su conjunto de pallozas o viviendas de piedra con techo de paja y cuenta con un pequeño museo etnológico.

Pallozas de O Cebreiro en Lugo

Pallozas de O Cebreiro, en LugoCasas de Castelo

En el Cebreros abulense encontramos otro museo, en este caso dedicado su hijo más ilustre, Adolfo Suárez y la Transición. Pero lo más curiosos es que en el escudo de la localidad aparece una cebra africana, al igual que en el escudo provincial abulense, lo que crea un curioso parentesco heráldico con Zambia y Botsuana.

La vida de la pequeña localidad de Ávila, donde el piloto de rally Carlos Sainz tiene una espléndida finca, cambiará radicalmente en un futuro próximo. Su extraordinaria propiedad El Quexigal (o Quejigal) se convertirá en los próximos años en uno de los resorts más lujosos de España, en virtud de un acuerdo suscrito hace unos años entre la actual familia propietaria y el gigante hotelero británico IHG.

El Quexigal tiene su propia historia que se remonta precisamente a los tiempos en que se extinguió el cebro, en el siglo XVI. Fue construido en 1563 por el arquitecto Juan de Herrera y se consideró en esa época la casa de campo más lujosa de Europa. La finca fue utilizada por Felipe II para surtir de madera a la obra del Monasterio de El Escorial. Una vez talados todos los pinos, se cultivaron viñas y olivos.

El Quexigal, en Ávila

El Quexigal, en Ávila

Luego llegó el lagar y el suntuoso palacio, en el que Felipe II pasaba tiempos de asueto. La Real Heredad pasó por muchas manos, durante tres siglos perteneció a la orden jerónima, la misma del Monasterio de El Escorial, que explotó la finca directamente o la arrendó. Con la desamortización de 1869, cambió de manos y posteriormente llegó en forma de regalo de boda a Piedita Yturbe, madre del príncipe Alfonso de Hohenlohe, fundador del Marbella Club, en cuyos jardines puede verse un busco dedicado a Piedita.

La familia Hohenhole vendió la Real Heredad del Quexigal al grupo de empresas Eulen, que la gestiona actualmente. La reciente conclusión de la larga guerra familiar entre los herederos del patriarca, David Álvarez, despeja el panorama y podría acelerar los ambiciosos planes para el resort de super lujo. El Quexigal es parte ahora de los hermanos Álvarez Mezquiriz que tienen como principal activo a Vega Sicilia dentro del grupo El Enebro, desligado definitivamente de Eulen.

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Six Senses Zighy Bay (Omán)

Enterrar el hacha de guerra familiar sin duda beneficiará el acuerdo con el grupo hotelero IHG, que pondrá al Quexigal bajo una de las mejores marcas de su conglomerado, Six Senses. Se trata de uno de los nombres más prestigiosos del lujo hotelero, con larga tradición en emplazarse en ubicaciones remotas y crear lugares de ensueño llenos de personalidad y muy respetuosos con el entorno, y especial enfoque en el bienestar, como Six Senses Zighy Bay (Omán), o Yao Noi (Tailandia) y que abrió hace algunos años en Portugal, a orillas del Duero.

De lo poco que ha trascendido del proyecto de Cebreros, se sabe que ya ha pasado en dos ocasiones por la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Ávila, así como por la de Medio Ambiente. El palacio propiamente dicho albergará 38 habitaciones, de un total de 67, que se repartirán por los antiguos corrales y palomares. Una de sus grandes bazas será, obviamente, recuperar el espíritu de antigua explotación agrícola entorno a la bodega. Six Senses y Vega Sicila, una combinación imbatible. Fuentes de la cadena han asegurado a El Debate esta semana en el congreso de turismo de lujo ILTM celebrado en Cannes, que esperan que el proyecto vea la luz en el playo de 2 o 3 años como máximo. Un ambicioso proyecto capaz de poner en el mapa de lujo mundial al pueblo abulense de Cebreros.

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