Estos son los cinco finalistas a mejor pueblo de España, según National Geographic

Comillas, Cantabria. Situada a 50 kilómetros de Santander, esta villa con aspectos medievales y barrocos es un verdadero lujo de la costa cantábrica. Tiene una arquitectura marinera típica de finales del siglo XIX, y además sorprende por el patrimonio artístico que han dejado algunos artistas en ella, como Gaudí, reconocido arquitecto y artista del Modernismo catalán. Puedes ver casonas montañesas, así como la Villa Quijano, mejor conocida como El Capricho de Gaudí, una edificación que parece sacada de un cuento de fantasía. Además, es una de las pocas obras de Gaudí que se encuentran fuera de Barcelona. Otro de los atractivos de Comillas es su casco antiguo. Allí destacan la Plaza de la Constitución, el Antiguo Ayuntamiento (data del siglo XVIII) y la Iglesia Parroquial de San Cristóbal. Un dato interesante de Comillas es que llegó a ser la capital de España por un día, tras la decisión del rey Alfonso XII. Fue también el primer lugar en España en tener luz eléctrica.

©KORPA

Alquézar, Huesca. Este pueblo forma parte de uno de los pueblos más bellos de España desde 2015, cuando fue acreditada por la asociación Los Pueblos Más Bonitos de España. Si visitas alguna vez Alquézar, no tendrás que buscar para ver por qué es considerado uno de los pueblos más bellos. En lo más alto de la villa se encuentra el Mirador La Sonrisa del Viento. Desde allí puedes ver todo el pueblo y confirmar por qué es tan especial. También tendrás una asombrosa vista al cañón del río Vero. Este pueblo medieval te llevará siglos atrás con sus calles estrechas y empedradas que van a juego con la piedra caliza que recubre todo el lugar. Entre los principales monumentos de este pueblo que puedes visitar se encuentra un castillo de origen islámico, que tras la reconquista se convirtió en Colegiata. También puedes visitar los restos de la muralla construida en el siglo XI, la torre albarrana, las ruinas de la torre cuadrangular y los restos de la iglesia románica que se encuentran incrustados en las ruinas de un claustro del siglo XVI.

©KORPA

Sigüenza, Guadalajara. Visitar este pueblo medieval es hacer un recorrido histórico por España. Por este pueblo pasaron celtíberos, romanos, visigodos y árabes, y su presencia se puede comprobar con tan solo entrar al pueblo, ya que se ven restos de cada comunidad. Además del castillo, el pueblo cuenta con otras atracciones que valen la pena, por ejemplo, la Catedral, un ejemplo de libro del estilo cisterciense o primer gótico. También está la Casa del Doncel y la Iglesia de San Vicente. Además de esto, como si fuera poco, Sigüenza tiene un legado enorme de los periodos renacentista y barroco. Puedes ver las casas y palacios de estas épocas por todo el pueblo. Para un plan más gastronómico, si pasas por la plaza Mayor disfrutará de la cocina local como el asado de cordero o cabrito, la sopa castellana, o las migas acompañadas con chorizo, torreznos y huevo frito. También puedes disfrutar de platillos más dulces como las Yemas de Doncel, típico de esta localidad.

SFGP

Trujillo, Cáceres: Una de las joyas de Extremadura, destaca no solo por su historia y arquitectura, sino también debido a su entorno natural, en el que destaca la Reserva Natural de Monfragüe. Lo primero que sorprende al llegar es el centro histórico, que alberga la Plaza Mayor y la Iglesia de San Martín. Alrededor de esta última es donde históricamente se ubicaron los barrios judíos, musulmanes y de artesanos. La atracción más impresionante sin duda es el castillo. Construido en el siglo IX, está ubicado en la cima de una colina, y si lo visitas tendrás las mejores vistas de la ciudad como de los alrededores. Existen otros lugares de interés como el Palacio del Marqués de la Conquista y el de los Duques de San Carlos.

Trujillo, Cáceres. Una de las joyas de Extremadura. Destaca no solo por su historia y arquitectura, sino también a su entorno natural, en el que destaca la Reserva Natural de Monfragüe. Lo primero que sorprende al llegar es el centro histórico, que alberga la Plaza Mayor y la Iglesia de San Martín. Alrededor de esta última es donde históricamente se ubicaron los barrios judíos, musulmanes y de artesanos. La atracción más impresionante sin duda es el castillo. Construido en el siglo IX, está ubicado en la cima de una colina, y si lo visitas tendrás las mejores vistas de la ciudad como de los alrededores. Existen otros lugares de interés como el Palacio del Marqués de la Conquista y el de los Duques de San Carlos.

©KORPA

Valldemosa, Mallorca. La verdadera belleza de esta localidad mallorquina son las montañas. Dentro del camino de la Serra Tramuntana, es una de las grandes sorpresas que te encontrarás. Una vez dentro, hallarás preciosas calles adoquinadas, de las cuales destaca la calle de la Rectoría. Es uno de los pueblos más visitados de la isla, ya que se hizo muy famoso por el compositor polaco Chopin. Fue en este lugar donde el pianista vivió su gran amor con la escritora francesa George Sand. Además, fue fuente de inspiración para uno de sus preludios. Uno de los lugares más interesantes de este pueblo es la Real Cartuja. Se trata de una casa señorial y hospedería, donde no solo se quedó Chopin con sus amantes, sino también los escritores Rubén Darío y Miguel de Unamuno. También puedes visitar la iglesia de San Bartolomé, del siglo XIII. Y como si fuera poco, cerca de este pueblo también podrás disfrutar de un buen baño de las aguas cristalinas de Sa Marina, una atracción muy importante en Mallorca.