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Imagen de archivo de un buffetEFE

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Así funciona el truco de los tres días que utilizan los hoteles en verano

A la hora de comer, todo funciona mediante autoservicio, lo que permite a las cadenas hoteleras maximizar sus ganancias y obtener una mayor rentabilidad

Los clientes siempre escogen un hotel que cumpla con características específicas. De hecho, ya sea para el desayuno, comida o cena, optar por el 'todo incluido' incita a querer probar todo lo que esté disponible y siempre en grandes cantidades, ya que buscan amortizar lo que han pagado. A su vez, el papel desempeñado por los buffets libres en estos alojamientos es clave.

Durante estas fechas, las familias, parejas y amigos buscan desconectar por completo de su vida cotidiana y se centran únicamente en disfrutar. Por ello, a la hora de comer, todo funciona mediante autoservicio, lo que permite a las cadenas hoteleras maximizar sus ganancias y obtener una mayor rentabilidad.

Asimismo, junto a estos servicios, existe una práctica que la mayoría de los hoteles lleva a cabo y que muchas personas desconocen en la actualidad. Concretamente, se basa en que los clientes tienden a consumir más al inicio de su estancia, debido a que tienen todo incluido y desean aprovechar al máximo la oferta.

No obstante, según afirman, a partir del tercer día ese consumo disminuye, ya que los clientes se sienten más llenos y cansados de comer en grandes cantidades. Además, es habitual que los clientes se relajen y empiecen a comer y beber menos, llegando incluso a cambiar las bebidas alcohólicas por agua.

«Los platos más baratos se ponen en primera fila»

Tal y como ha explicado el creador de contenido Joe Burguerchallenge en un vídeo de TikTok, lo que resulta más caro para un restaurante son los trabajadores, dado que «mientras un camarero puede atender a 25 clientes en un restaurante común, en un buffet libre puede llegar a atender a 200 personas en el mismo periodo de tiempo».

Según explica, una vez transcurren los tres primeros días en el hotel, «te estás cansando de comer y empiezas a pensar que debes cuidar la línea. Por eso, hay gente que, incluso, coge lechuga en los hoteles», argumenta. Al mismo tiempo, también expuso cómo se organiza la comida en los buffets libres.

«Los platos más baratos se ponen en primera fila, y los más caros, detrás. Algunos quedan colocados en vitrina, que no los puedes coger y los tiene que preparar un cocinero. El pan es un producto muy barato, lo ponen de una forma elegante para que te llame la atención. Cuanto más pan comas, menos coges de lo otro», concluye.

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