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Ravel

Suite de Riverside RavelPer Karehed

El mejor crucero para descubrir los secretos de la Provenza navegando por el Ródano

De Aviñón a Lyon, embarcarse en el Riverside Ravel supone adentrarse en el estilo de vida francés con la mejor gastronomía

Despertar mientras se contempla desde la cama el sol despuntando en el horizonte sobre el río Ródano. Avisar al mayordomo para que sirvan el desayuno. Recorrer el sur de Francia y adentrarse en los rincones más bellos de La Provenza sin deshacer la maleta una y mil veces, a bordo del crucero fluvial más lujoso de Europa. Embarcar en Riverside Ravel, desde Aviñón a Lyon, es una experiencia difícil de describir con palabras.

El barco, bautizado con el nombre de uno de los compositores franceses más aclamados, mide 11 metros de manga y 135 metros de eslora, y dispone de un total de 55 suites, con capacidad para máximo 110 personas. Cada camarote presenta una ventana panorámica para divisar la travesía y deleitarse con el paisaje. A diferencia de los cruceros marítimos, aquí las vistas se suceden constantemente a través de coquetos pueblos y preciosas zonas naturales. Eso sí, al pasar por las esclusas deben cerrarse las ventanas por la estrechez de algunas zonas por las que navega el crucero. A bordo, el movimiento es imperceptible así que no hay problema para los que tienden a marearse.

Ravel

Riverside Ravel

Por cada dos huéspedes hay un miembro de la tripulación. Los mayordomos no solo se encargan de que la suite esté perfecta y abrir la cama todas las noches, colocar el pijama, alinear las zapatillas y dejar un bombón. Por citar un ejemplo, si al cliente se le ha olvidado el protector solar, él se encargará de conseguirle uno. Y lo hará con una sonrisa.

Otra de las estrellas del barco es su chef, el francés Benoit Tesson, quien junto a su equipo de cocina, diseña cada día un menú y unos platos con los productos de la zona. De hecho, Forbes le ha concedido el premio a Mejor crucero fluvial europeo para amantes de la gastronomía 2024. El desayuno está garantizado, incluso aunque le apetezca dormir hasta tarde, en el bistró para comenzar el día, donde el olor a café recién hecho y los tentadores pasteles le pondrán automáticamente de buen humor. Por la noche, en el bistró, diseñado al estilo de una cafetería, se sirven excelentes tapas. A la hora del almuerzo se ofrece un buffet variado, que por la noche se transforma en una experiencia de alta cocina.

Ravel

Uno de los restaurantes de Riverside Ravel

También conviene mencionar el spa, con los mejores tratamientos de belleza, cuidado de la piel y masajes en la tranquilidad y serenidad de sus cabinas con los mejores productos de Natura Bissé. En la cubierta, disponen de un bar y cómodas hamacas y un día a la semana preparan una sabrosa barbacoa.

La compañía Riverside Luxury Cruises, perteneciente al grupo Seaside Collection, cuenta con una flota de cinco buques que cubren diferentes rutas, de 3 a 14 noches, por los más reconocidos ríos europeos, el Danubio, el Rin y el Ródano.

Spa

Spa del Riverside Ravel

En cada una de sus paradas, el huésped puede disfrutar de diferentes excursiones donde maravillarse con la cultura y la historia de cada localidad. Escogidas por su historia, su belleza o su originalidad arquitectónica, pero también por su actividad y sus tradiciones.

Aviñón, Francia

Aviñón, Francia

Pasear por el centro histórico de Aviñón, haciendo parada en el emblemático Palacio de los Papas, el mayor palacio gótico de Europa. Descubrir a los siete papas y dos antipapas que pasaron por Avignon durante el siglo XIV y los motivos que les llevaron a construir la enorme fortaleza de la ciudad y sus impresionantes murallas. Y contemplar los restos del famoso puente de Saint Bénezet, conocido popularmente como puente de Aviñon. Aunque originalmente cruzaba el río, hoy en día el puente queda cortado a mitad del río, fruto de una gran inundación. Puente que también tiene una canción: Sur le Pont d’Avignon.

En Les Baux de Provence, conviene disfrutar de su extraordinario espectáculo audiovisual en Carrières de Lumières (Cantera de luces), donde se proyectan imágenes sobre las paredes de piedra de una cantera de caliza en desuso. Faraones egipcios: desde Keops hasta Ramses II. Visitar la ciudad medieval de Les Baux de Provence, enclavada en los montes Alpilles, uno de los pueblos más bellos de Francia. Pasear por sus calles, subir hasta las ruinas de su castillo.

Cuenta la leyenda que los príncipes de Baux eran descendientes de Baltasar, uno de los Reyes Magos que viajaron a Belén. Se puede aprovechar para descubrir Aix-en- Provence, la ciudad de las mil fuentes, donde nació Paul Cézanne. Y hacer una cata de quesos en La Fromagerie du Passage.

Al llegar a Viviers, uno descubre una granja de trufas, donde cada mañana, manualmente su equipo junto a los perros sale a recolectar este oro negro de la gastronomía francesa. Su cuidado por el producto se refleja durante todo el proceso desde la salida al cultivo hasta la cata final.

Campos de Lavanda

Campos de Lavanda

Una visita a la Provenza no se entiende sin adentrase en los campos de lavanda. De finales de junio a principios de julio, cuando el paisaje se tiñe de un color morado brillante. Se puede realizar una visita a Drome Provencale, donde probar el agua y el helado de lavanda y trabajar con ella en un taller para crear una crema espectacular. Aquí se descubre además el efecto que tiene el roble tanto en la trufa como en la lavanda.

En el corazón del valle del Ródano se encuentra Tournon-sur Rhône, que alberga un imponente castillo feudal construido en una roca que domina la ciudad. Se puede visitar la iglesia gótica de Saint-Julien y contemplar los frescos. Este pueblo se caracteriza por sus impresionantes viñedos plantados «en terrazas», que obligan a una vendimia manual. Desde hace más de un siglo, Valrhona suministra a los mejores chefs y artesanos culinarios un rico chocolate francés en una amplia gama de sabores.

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