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Irene Montero, ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, este miércoles en Madrid

Irene Montero, ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, este miércoles en MadridEFE

Polémica en el Congreso

Las familias tildan de «barbaridad» que Montero diga que los niños pueden tener sexo «con quien quieran»

Los niños «tienen derecho a saber que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana. Basadas, eso sí, en el consentimiento. Y eso son derechos que tienen reconocidos y que a ustedes no les gusta». Estas palabras se han podido escuchar de boca de la ministra de Igualdad, Irene Montero, este miércoles 21 de septiembre, durante su comparecencia ante la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados.

Si un «niño, niña o niñe» quisiera tener relaciones, incluso con un adulto, Montero no tendría ningún problema, siempre que haya consentimiento por parte del menor. Sin embargo, quien sí tiene un problema con estas declaraciones es Pedro José Caballero, presidente nacional de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y padres de Alumnos (CONCAPA), quien ha tildado de «barbaridad» las palabras de la ministra, «siendo madre» ella también.

Algo que sorprende también a Caballero es que una ministra declare «en contra de la legislación y la norma establecida en la Constitución». Cabe recordar que, según las leyes españolas, la edad mínima de consentimiento sexual es a partir de los 16 años, ya adolescentes y no niños. Bajo ningún concepto un adulto podría mantener relaciones con alguien por debajo de esa edad, aunque haya consentimiento.

También reconocido por la Constitución está «el derecho de todos nuestros hijos a que ningún Gobierno de ningún tipo les inculque o les imponga cuestiones tanto morales, y mucho menos ideológicas», recuerda Javier Rodríguez, director del Foro Español de la Familia. Y continúa: «es bastante llamativo el empeño de determinados partidos políticos , en concreto de este Ministerio, en cómo deben ser, como deben pensar y actuar nuestro hijos».

Laura Moreno, delegada episcopal de la Delegación de Jóvenes de la archidiócesis de Madrid, está de acuerdo con Caballero al afirmar que las palabras de Montero son «una barbaridad», además de «un acto de profunda imprudencia por su parte» puesto que muestra «un gran desconocimiento de la infancia, entre cuyos derechos se encuentra el de ser cuidado». Un derecho reconocido y que sí gusta.

«No se si ella lo aprobará con sus hijas», se pregunta el presidente de CONCAPA, sobre lo que el director del Foro de la Familia añade que no les sorprende que el ministerio «lanza otra vez amenazas y medidas anticonstitucionales, disfrazadas de derechos para imponer su ideología», y aunque no es una sorpresa, «nos sigue preocupando».

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