Complejo de Adonis
Jóvenes vigoréxicos: la obsesión por el músculo que crece por las redes sociales
Cuanto más pequeño es un niño más impacto tienen sus padres en lo referente a la formación de una imagen corporal saludable, pero va disminuyendo a medida que el adolescente crece
más de la mitad de los adolescentes considera que un cuerpo tonificado y musculoso le ofrece ventajas sociales y profesionales y la influencia para conseguirlo son las redes sociales. Estas son solo dos de las conclusiones del nuevo estudio de la Universidad Internacional de la Rioja en colaboración con la Asociación Pantallas Amigas, en el que han participado más de 1.000 jóvenes españoles de entre 12 y 17 años.
A esta edad, las opiniones externas de influencers y del entorno cercano es lo que más peso tiene respecto a su cuerpo y priman los aspectos estéticos, como la delgadez, frente a los saludables. Son las chicas las que afirman sufrir más presión desde las plataformas en línea para estar en forma –el 30,9 % frente al 23,5 % de los chicos– y delgadas –un 37,5 % frente a 23,7 % de los varones–. En cambio, ellos se sienten más presionados a aumentar el tamaño y la definición de sus músculos. Según detallan los expertos autores de la investigación, esta influencia se vuelve más significativa a partir de los 14 años.
Durante la infancia, las películas de superhéroes tienen musculosos protagonistas y en la adolescencia los cuerpos masculinos que se muestran en las redes se convierten en ese referente a imitar. El análisis de UNIR muestra que cuanto más pequeño es un niño más impacto tienen sus padres en lo referente a la formación de una imagen corporal saludable. Esta influencia va disminuyendo de forma inversa a la edad del niño, hasta llegar a la adolescencia, cuando el ejemplo principal son las amistades o los creadores de contenido en internet.
Casi el total de los adolescentes (85 %-90 %) percibe que los medios de comunicación y la publicidad priorizan la apariencia física, algo que puede afectar negativamente a su autoestima. De esta manera, el 82,7 % de los encuestados considera que los cuerpos que se exponen en los medios, en anuncios o en las redes sociales son poco realistas. A pesar de lo anterior, más de la mitad de los adolescentes encuestados (54,6 %) considera que tener un cuerpo tonificado y musculado ofrece bastantes o muchas ventajas sociales y profesionales.
Estas influencias pueden derivar, según explica Maureen Salamon, de Harvard Health Publishing, en la obsesión por la musculación, un trastorno también llamado vigorexia. La dismorfia muscular o complejo de Adonis afecta a 700.000 personas en España, según datos del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona. No tiene una causa concreta, pero hay ciertos factores que convierten a un joven en más vulnerable para sufrirlo, como la baja autoestima, la falta de seguridad en uno mismo o un grado de madurez poco desarrollado. La obsesión por el músculo hace que hagan sesiones deportivas de dos o más horas diarias. Y en lo que a la alimentación se refiere, se dejan los azúcares y las grasas, para sustituirlo por una dieta hiperproteica, en la que muchas veces se añaden complementos como esteroides o anabolizantes musculares.