Casa Real Británica
Las exigencias del Príncipe Harry para volver a Inglaterra
Ha emprendido acciones legales contra el Gobierno británico por no garantizar su seguridad y la de su mujer y sus hijos
Cuando el Príncipe Harry y Meghan Markle protagonizaron el sonado Megxit por el que abandonaban la corona británica, uno de los puntos más controvertidos fue que acordaron con Buckingham que dejarían de ser protegidos por policías británicos pagados con fondos públicos. Pese a que el hijo de Lady Di intentó mantener incluso su escolta oficial, finalmente tuvo que ceder y comprometerse a pagar de su propio bolsillo su seguridad y la de su familia.
Esto, lejos de crearle tranquilidad, le ha causado algún que otro problema desagradable y peligroso puesto que sus guardaespaldas no tienen jurisdicción alguna en Gran Bretaña. Cuando visitó su país natal para la inauguración de la estatua de su madre, también asistió a un acto de WellChild, ONG a la que siempre ha estado muy unido, que se llevó a cabo en Kew Gardens y tras el cual fue perseguido por una horda de fotógrafos.
Con el objetivo de evitar este tipo de situaciones, o más graves –han sido amenazados por extremistas y grupos neonazis–, el Príncipe Harry solicitó al Home Office, algo así como Ministerio de Interior, una protección especial para cuando visitase Reino Unido: que estuviese pagada por él, pero que tuviera acceso a inteligencia y con capacidad de maniobra para protegerles de forma completa.
Sin embargo, ante la ausencia de respuesta desde el pasado septiembre, el hijo del Príncipe Carlos ha decidido emprender acciones legales contra el Gobierno británico. Los abogados que le representan han emitido un comunicado en que, además de narrar las experiencias previas, advierten al Ministerio del Interior del Ejecutivo de Boris Johnson que el Príncipe tiene intención de buscar una revisión judicial si no cambian de opinión y permiten que tanto él como su familia dispongan de seguridad continua durante el tiempo que visiten el país.
«A pesar de que su rol en la institución ha cambiado, su popularidad como miembro de la Familia Real no lo ha hecho. Ni tampoco las amenazas a él o a su familia», continuaba el texto. E insistía: «Como es ampliamente conocido, otras personas que han dejado sus roles públicos y presentan un riesgo de amenaza inherente reciben protección policial sin ningún coste para ellos».
El príncipe «heredó un riesgo de seguridad al nacer, de por vida. Sigue siendo el sexto en la línea de sucesión al trono, cumplió dos períodos de servicio de combate en Afganistán y, en los últimos años, su familia ha sido objeto de amenazas neonazis y extremistas bien documentadas», detallan.
Esperando una respuesta, Harry explica que, salvo que la situación se invierta ni él ni Meghan pueden «regresar a su hogar», ni los niños «conocer su país de origen», por suponer un «riesgo personal demasiado grande». Se entiende, por tanto, que la Reina Isabel II no conoce a su nieta Lilibeth y lleva más de dos años sin ver a Archie. La prensa británica asegura, además, que, en caso de continuar, sería la primera vez que un miembro de la familia real demanda al Gobierno británico ante los tribunales.