Carmen Thyssen, la Miss España que se convirtió en 'reina del arte'
Tras diez años de negociaciones, la baronesa ha firmado un acuerdo con el Gobierno español que garantiza la permanencia de su colección de arte en el Museo Thyssen-Bornemisza durante al menos 15 años más
Hace escasos días trascendió la noticia que muchos estaban esperando. Tras más de una década de negociaciones, Carmen Thyssen y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, firmaron el acuerdo de arrendamiento de la colección de la baronesa en el Museo Thyssen-Bornemisza durante otros 15 años y por la cifra de 6,5 millones de euros anuales. Todo un motivo de celebración para una mujer que ha vuelto a verse ubicada en el centro de la actualidad mediática.
Saltó a la fama tras su nombramiento como miss España y, desde entonces, la crónica social no ha perdido su pista en ningún momento. Ahora, está considerada como una de las mujeres más poderosas y no solo del arte nacional. Estudió en colegios de renombre que la ayudaron a convertirse en una mujer tan culta como inteligente capaz de hablar más de cinco idiomas.
La belleza también le ha acompañado a lo largo de su vida, motivo por el que su progenitora le animó a presentarse al certamen de Miss España como representante de Cataluña en cuanto alcanzó la mayoría de edad. No fue una sorpresa que ganara, ni tampoco que aquel concurso de 1961 supusiese para ella un punto de inflexión en una vida que, en cuestión de días, pasó de ser anónima a absolutamente pública.
Su indudable atractivo y su simpatía también la hicieron colarse en el concurso de Miss Europa, Miss Internacional y Miss Mundo, quedando en los dos últimos en tercera posición. Desde ese momento, empezó a codearse con los rostros más conocidos del panorama internacional y a frecuentar las grandes fiestas de la jet set, en las que tuvo el placer de conocer a grandes leyendas como Marilyn Monroe, Frank Sinatra y Dan Martin.
Una cosa llevó a la otra y pronto conoció a su primer marido, el actor Lex Baker. Su compromiso con la gran estrella de Hollywood hizo que la baronesa y su progenitora se mudasen a Los Ángeles, donde iniciaron una nueva vida marcada por el glamour y la sofisticación. Allí, Carmen se estrenó en el mundo de la interpretación y, aunque muchos confiaban en su valía, su corta andadura en el sector no permitió que interpretase algo más que contados papeles secundarios.
En 1973, diez años después de su boda, se vio obligada a despedir a su entonces marido, fallecido de manera repentina a causa de un infarto. Su ausencia le dejó un dolor irreparable, pero también una gran herencia que le hizo convertirse en una de las mujeres más poderosas de la faz de la tierra.
Poco a poco fue rehaciendo su vida y tan solo unos meses después, su camino se cruzó con el del venezolano Espartaco Santoni. La estafó, la arruinó y la traicionó, algo de lo que a Carmen, también conocida como Tita, le costó mucho recomponerse.
Su vida sentimental seguía copando las grandes portadas de la prensa del corazón y más aún cuando en 1980 vivió el nacimiento de su hijo Borja. La identidad del padre no se desveló hasta 2009, año en la que la baronesa confesó que era el publicista Manuel Segura.
Solo un año después su vida pegó un cambio de 180 grados cuando conoció a Hans Heinrich von Thyssen–Bornemisza durante un crucero por Cerdeña. Como si de un flechazo se tratara, la pareja inició un intenso noviazgo que, a los cuatro años, pasó por el altar. Y es que su boda le sirvió para entrar en la jet set internacional y pasar de ser Tita Cervera a Carmen Thyssen. El fallecimiento del barón en 1992 precedió a la inauguración de un museo que le abrió paso al contacto estrecho con las altas esferas. Cualquiera no consigue pasar de las pasarelas a reunirse con los máximos dirigentes del Gobierno español. Ella lo ha conseguido y ahora es una constante en su vida.