¿Cómo se prepara un heredero? La educación del Príncipe George para convertirse en Rey

El Príncipe George es la imagen del futuro menos inmediato de Reino Unido. Con sus dientes separados, su mirada de pillo y su pelo peinado a raya, parece haberse convertido en un heredero resuelto, inteligente y simpático que va dando pequeños pasos al destino que le ha tocado con una madurez poco habitual para alguien de ocho años. Pese a su corta edad, es consciente de su responsabilidad y no solo destaca por comenzar a acompañar a sus padres en actos públicos, sino por hacerlo con una seriedad envidiable.

Algo que, por lo visto, lleva haciendo desde que era bien pequeño. En una visita al Centro de Jardinería Fakenham en Norfolk hace varios años, los duques de Cambridge hicieron una parada para tomarse un desayuno acompañados por su hijo mayor. Los testigos de la escena contaron al Daily mail que escucharon al bisnieto de la Reina Isabel pedirle a la empleada de la cafetería una porción de bizcocho con unos modales impecables.

Puede que el motivo sea el mismo que apunta Robert Lacey, autor del libro Battle of Brothers (La batalla de los hermanos), en el que explica que Guillermo fue anunciándole, poco a poco, el rol que le iba a tocar cumplir, aunque se desconocen los detalles. «Quizá algún día sea el propio George quien cuenta la historia. Pero, en algún momento, en torno al séptimo cumpleaños del niño, sus padres entraron en detalles sobre todo lo que implicaría la futura vida de servicio y obligaciones del pequeño Príncipe».

Algún día, después de que reine su abuelo, el Príncipe Carlos, y su padre, el pequeño se convertirá en el monarca número 43 de la Casa Real Inglesa y tendrá que asumir con garantías la Jefatura de Estado. Para ello, al igual que sus hermanos Charlotte y Louis, recibe una exquisita educación que comenzó en el Montessori School Westacre, una escuela que se encontraba a pocos minutos de la casa de Norfolk donde residía la familia. Los fundadores de Google, Amazon y Wikipedia estudiaron bajo este método educativo acuñado por su creadora, María Montessori, en la que se promueve el aprendizaje flexible y libre.

Cuando completó la educación infantil, comenzó a estudiar junto a su hermana pequeña Charlotte en el St. Thomas’ Battersea, un exclusivo colegio privado cerca del palacio de Kensington en Londres y cuyo precio alcanza los 27.000 euros al año. Durante cuatro años, se ha formado en las típicas materias educativas como matemáticas, inglés, ciencias o historia, pero también en francés, religión, arte, tecnología, teatro y música.

Cabe destacar, además, que decidió apuntarse a ballet, algo que despertó las asperezas de la clase más conservadora. Mientras una parte se burlaba de ello, otros aplaudieron la decisión de sus padres de romper con los roles de género antiguos asignados a la familia real. El propio duque de Cambridge aseguró que era una de las actividades preferidas de su hijo junto con la clase de piano.

En los próximos meses deberán decidir cómo desean continuar con su educación. Tal y como informa el Daily Mail, la primera opción que se baraja es Ludgrove, un exclusivo internado para varones de Berkshire donde el Príncipe Guillermo y su hermano fueron desde los 8 hasta los 13. Puede que opten también por el centro donde Catalina se formó, el St Andrew’s en Pangbourne, aunque les gusta más Lambrook, sin discriminación por razón de sexo.

Poco después, peregrinará a Eton, el internado en el que estudiaron su padre y su tío, así como celebridades como Eddie Redmayne y el actual ministro Boris Johnson. Para entonces, seguirá siendo el acompañante de sus padres en actos públicos, labor que ya desempeña. Uno de los últimos actos en los que se le ha podido ver ha sido en la final de la Eurocopa de la selección inglesa contra Alemania.

Los expertos británicos en asuntos de la realeza le sitúan como uno de los mejores preparados, así como de los más concienciados con el medio ambiente. El nieto de Isabel II está inculcando a sus tres hijos lo que está ocurriendo en el medio ambiente y cómo pequeñas acciones impactan en el planeta sobremanera, aunque de manera paulatina.

Guillermo explicó que su hijo «es muy consciente, más que los otros dos en este momento». Quizás también se debe a que son aún muy pequeños. «Charlotte es todavía un poco joven y todavía no está muy segura sobre lo que piensa al respecto. Y Louis, de hecho, disfruta jugando fuera todo el tiempo. Vive fuera», reconoció.

Además, ha comentado que sus hijos «poco a poco se están dando cuenta de que estas cosas importan, aunque creo que cuando eres tan joven solo piensas en divertirte y disfrutar. Me siento mal porque no quiero cargarles con esa preocupación», matiza.