La novela de la que no se separa Vargas Llosa tras el anuncio de su ruptura con Isabel Preysler

El circo mediático que envuelve la ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa comienza a irritar sobremanera al escritor peruano, quien hasta hace ocho años solo ocupaba páginas en las secciones de Cultura y publicaciones sobre Literatura. Hastiado de la persecución y el campamento que los medios han montado en las inmediaciones de su ático de la calle Flora, en el Madrid de los Austrias, este domingo por fin atendía las preguntas de los paparazis para confirmar que efectivamente ha roto con la reina de corazones y que los motivos que ha esgrimido ella, es decir los celos, son falsos.

Mario Vargas Llosa era fotografiado a su llegada a su casa procedente del aeropuerto de Barajas, donde aterrizó en un vuelo procedente de París donde pasó el fin de año. El escritor se apeaba de un Cabify con la ayuda de un bastón y con un ejemplar en la mano de Vida y destino, la gran novela del perseguido Vasili Grossman.

Considerada la obra maestra de su autor y escrita en 1959, refleja el horror del holocausto nazi y el del totalitarismo de Stalin. La gran novela del sufrimiento humano, a menudo comparada con Guerra y paz, de León Tolstói. El diario francés Le Monde la describió como «la más grande novela rusa del siglo XX».

Mario Vargas Llosa no se separa de este libro. En las imágenes tomadas el viernes en el aeropuerto, ya se le veía con la novela Vida y destino. La última edición en castellano fue traducida por Marta Rebón y publicada por Galaxia Gutenberg en 2007. La obra ha adquirido una nueva dimensión tras el estallido de la guerra en Ucrania. «Nuestro humanismo ruso siempre ha sido cruel, intolerante, sectario… Siempre ha sacrificado sin piedad al individuo en aras de una idea abstracta de la humanidad… Para conseguir este objetivo no retrocederán ante nada ni nadie; torturarán y matarán si es preciso», puede leerse.

Grossman nació el 12 de diciembre de 1905 en Berdychiv (Ucrania), en el seno de una familia burguesa y cultivada de origen judío. Nunca pensó que la saludada hoy como la gran novela del siglo XX vería la luz. El escritor murió en Moscú en 1964, a los 58 años, de un cáncer. Vida y destino fue publicada en 1980 en Suiza gracias al trabajo de una pequeña red de disidentes soviéticos: el físico Andréi Sajárov fotografió secretamente las hojas de un borrador preservado por algunos algunos amigos del escritor. En 1988, bajo el gobierno de Mijaíl Gorbachov, se imprimió también en la Unión Soviética.