¿Por qué se esconden Luis Miguel y Paloma Cuevas?

Todo empezó por redes sociales y con la ayuda de la prensa. Enrique Ponce se quería separar de Paloma Cuevas y, ante la ceguera de su esposa, decidió hacerlo público de la peor manera posible. Algo parecido al caso Piqué-Shakira.

Cuando uno tiene en marcha otra vida, lo que quiere es zanjar la vieja para seguir con la nueva. Puede suceder que haya que buscar ayuda externa. Ante la negativa o ese no querer ver de la otra parte, que generalmente es la mujer –a Shakira y Paloma Cuevas me remito– se opta por usar a la prensa para dar visibilidad a una ruptura, a la que una de las partes, se niega.

Cuando toda la sociedad visualiza la situación y comienza la tormenta mediática, no queda más remedio que aceptarlo. Entonces le pones las maletas en la puerta de la finca o le haces una canción.

Enrique Ponce salió como un miura de su matrimonio y se integró en el grupo adolescente de su novia. Se le veía en las hamburgueserías tomando refrescos, en las playas jugando o retozando por la cubierta de una lancha. Es como si estuviera viviendo la adolescencia que el trabajo le había negado y, obviamente, que su novia era una estudiante de primero de derecho, activa en redes sociales y con gustos de influencer.

La secuencia de su relación la mostraban ellos mismos en sus redes sociales. Había dos hijas menores de edad al cuidado de Paloma Cuevas que estaban enterándose de todo en tiempo real. Shakira y Piqué coinciden en hijos y situación.

Mientras Enrique Ponce y Ana Soria fueron reposando su relación y sus apariciones en redes. Paloma Cuevas aumenta sus viajes a América y cada vez es más insistente el rumor de su relación con Luis Miguel e, incluso, de un proyecto de boda.

Justo cuando se cumplen los 41 años de la llegada al mundo artístico de Luis Miguel, es cuando aparecen fotos de una jornada de compras en Madrid de El Sol de México y Paloma Cuevas.

Medio mundo, ellos incluidos, está celebrando esa fecha. El 18 de enero de 1982 en el programa de la televisión mexicana Siempre en domingo, aparece cantando un niño llamado Luis Miguel (a secas, sin apellidos), delgado, espigado, con melenita y vestido como un jockey; camisa blanca y pantalón de montar. El joven cantaba una canción con título premonitorio: Hay un algo. A la semana salía protegido con guardaespaldas. Tenía once años y así lleva cuarenta y uno. Su fama y sus seguidores se cuentan a millones. Quien llega a su vida lo tiene que hacer con precaución, aunque él la quiera blindar viajando en avión privado o en sus casas acorazadas, no siempre lo consigue.

Si Enrique Ponce y Ana Soria han mostrado su amor, su relación y su vida a los cuatro vientos. Paloma Cuevas y Luis Miguel, son todo lo contrario. Discreción, blindaje y misterio. Hasta dónde puede llegar la amistad que empezó cuando estaba casada con el torero, eso lo sabremos en este 2023 en el que hay varias bodas anunciadas pero la del Sol de México podría ser un eclipse.