
La actriz Pepa Flores, en Málaga
Gente
Pepa Flores, en la intimidad: así pasa sus días en Málaga la niña de oro del cine español
La actriz cumple 75 años, alejada del foco mediático y la fama en su tierra natal
Fue un mito de la pantalla en la época de la posguerra y a día de hoy, su nombre sigue siendo uno de los más famosos de nuestra historia televisiva. Pepa Flores, conocida cinematográficamente como Marisol, cumple este sábado, 4 de febrero, 75 años.
Alejada de las cámaras y muy lejos de todo lo que un día la rodeo, Pepa Flores vive la vida que siempre quiso tener en su Málaga natal. La niña prodigio más querida de toda España llegó a confesar que su personaje de Marisol había acabado por devorar a la persona que realmente era, lo que le empujó aún más a retirarse del mundo mediático para envejecer junto a su familia y sus seres queridos.
Desde que en 1985 tomó la decisión de dejar el mundo del cine, solo hemos podido verla públicamente en contadas ocasiones. A pesar de haber recopilado un sinfín de éxitos durante su trayectoria, a sus 38 años, cuando se alejó de la farándula, es cuando consiguió su mayor premio, el de ser una «persona anónima» que llevara una rutina «normal».

Confesó que su personaje de Marisol había acabado por devorar a la persona que era
Sus cantes en las películas se convirtieron en lo más esperado de sus largometrajes y se lanzó también en el mundo musical, sacando temas que a día de hoy siguen sonando, como el famoso Tengo el corazón contento. Éxito tras éxito, la estrategia de Goyanes era clara. Veía en ella una máquina de facturar dinero y acabo por someterla a una vida muy mediatizada en todos los aspectos.
1969 fue un año clave en su vida. El 16 de mayo, Marisol se casaba con Carlos Goyanes, el hijo de su productor. Con este enlace, Pepa Flores conseguía quitarse de encima la imagen de ‘niña’ que proyectaba constantemente a su público y lograba, en cierta manera, desvincularse de Manuel Goyanes, quien se convirtió en su suegro. El mayor deseo de la actriz era ser madre y su primer matrimonio no se lo concedió. Una malformación en el útero le impedía gestar hijos en ese momento. Posteriormente se sometió a ciertas operaciones para remediarlo, pero, finalmente, este problema les pasó factura y Carlos y Pepa se divorciaron en 1972.

Fueron sus tres hijas quienes recogieron en su nombre el Goya de Honor
Carlos se quedó con la casa donde convivían y Pepa, a la deriva, se refugió en su círculo más cercano. Con su carrera sin rumbo conoció a Antonio Gades, el hombre que considera el amor de su vida y con el que consiguió ser madre y tener tres hijas en común.
Desde luego, se la considera un verdadero icono adelantado en muchos aspectos a su época, pero la presión y el estrés pasaron factura en su vida. En 2020 se le concedió el Goya de Honor por su gran trayectoria. El galardón supuso un revuelo entre muchos de sus seguidores ya que podía ocasionar la reaparición pública de la actriz, pero no fue así. Sus hijas, María, Celia y Tamara fueron las encargadas de recoger el premio, respetando así la decisión de su madre de seguir alejada de cualquier foco.