Los Reyes Juan Carlos y Felipe, más cerca de lo que parece

Es la primera vez que ambos reyes se solapan en unas regatas veraniegas. Las han compartido muchas veces en Mallorca pero nunca, como ahora, en puertos diferentes.

El Rey Juan Carlos, entre la niebla y la lluvia, subía en la mañana de este martes al avión privado que le aterrizaba hace unos días Galicia, sobre su destino no dan información oficial. La falta de comunicación se sustituye con rumores y cábalas. La última vez salía de Sangenjo y ponía rumbo a Vitoria. Simultáneamente su esposa, regresaba a Mallorca desde Granada, sin haberse visto en estos seis días que ha pasado en Galicia.

Ambos reyes, padre e hijo, han coincidido en España, pero en costas diferentes y a 1.400 kilómetros de distancia uno de otro. El más veterano en el Atlántico y el otro en el Mediterráneo, pero ambos en aguas españolas. Los dos participando en unas regatas de vela pero en distintas categorías. A Don Juan Carlos le crearon una liga de barcos clásicos a su medida hace siete años en Pontevedra e incluso una regata con su nombre, Juan Carlos I para que no hubiera equívocos.

Don Felipe se encuentra en Mallorca donde heredó la representación regia de su padre en las regatas que llevan su título, aunque parezca que es la de una compañía de seguros coronada. Hay más coincidencias. De las proezas de ambas regatas, la gallega con el Rey Juan Carlos I y la mallorquina con el Rey Felipe VI, informa a la prensa la misma empresa de comunicación, que ha tenido que desdoblar efectivos. Un equipo reducido se ubica en Sangenjo y otro, numeroso en Palma de Mallorca, para informar de lo que ocurre en las regatas de los dos reyes.

Es la primera vez que se solapan desde que Don Juan Carlos, por una oportuna operación de rodilla, motivó ser invitado a no competir en Mallorca «por prescripción médica», hasta hoy. Gracias a Dios que la flota del padre del Rey Felipe es de seis barcos y no genera mucha información náutica. La crónica social tampoco da para más, dado el perfil bajo y la limitada exposición pública impuesta al rey padre. Más allá de su fiel hija Elena, nadie de la familia directa se ha presentado para verle regatear. Lo que en su estado físico para cualquier familia debe de ser triste ese aparente desangelo público.

Hace siete años, estando ya en la reserva, a Don Juan Carlos le crean una regata con una mini flota de barcos a su medida, visto lo inconveniente que resulta que ambos reyes coincidan en el mismo puerto y a la misma hora. Y se la crea, a casi 1.400 kilómetros de distancia, el buen amigo y anfitrión, Pedro Campos, que también competía en Palma en los tiempos en los que lo hacía Don Juan Carlos.

Dado que Campos también es presidente del Real Club Náutico de Sangenjo desde el año 1999, la Ría de Pontevedra es el lugar perfecto para establecer la base para que Don Juan Carlos siga unido a la vela. Lo de menos es el número de participantes, seis o siete barcos de la clase 6mR en cada regata, lo importante, ya se sabe, que es la calidad más que la cantidad. En el club náutico de Palma no hay en la junta directiva nadie relacionado con un país árabe, en la de Sangenjo sí, ya que uno de sus vocales es Mo El Husseiny, que trabajó en Mubala, el fondo soberano de inversión de Abu Dhabi, donde tiene su residencia el Rey Juan Carlos. De momento no hay regatistas de Emiratos pero quién sabe si en un futuro Sangenjo establecerá relaciones náuticas con esa zona del Golfo Pérsico y compartirá circuito de regatas.