Así es El Tuno, el bar de Zaragoza al que la Princesa Leonor se fue de tapas con sus compañeros

La Dama Cadete Borbón comenzaba el pasado 17 de agosto su nueva vida en Zaragoza. La Academia General Militar por la que también pasaron su padre, Felipe VI, y su abuelo, el Rey Juan Carlos, se convertirá en su casa durante los próximos tres años. Tiempo en el que, además de completar su formación militar, tendrá pequeños huecos para disfrutar de la vida diaria junto a sus compañeros.

Con 25 de ellos, precisamente, se la vio en la tarde del domingo en uno de los barrios con más solera de la ciudad conocido por sus bares, sus tapas y sus calles llenas de gente y vida. Según El Heraldo de Aragón, la Princesa entró en torno a las 8 de la tarde en uno de los locales más conocidos de la zona: El Tuno. La joven, acompañada además por dos escoltas, llevaba un look discreto formado por un pantalón negro, camisa rosa y gafas de sol.

Entre todos pidieron platos para compartir como pizzas, bocadillos, hamburguesas y huevos rotos, con refrescos y agua para beber. La cuenta total fue de 170 euros, que pagaron entre todos. Isidro Francés Ruiz, dueño del bar el Tuno desde hace 35 años, ha hablado con El Heraldo y dice que «fue un honor» y «un orgullo» atender a la dama cadete en su primera salida por la capital aragonesa. Además, apuntó que la Princesa Leonor «se mostró muy agradable y fue una más del grupo». De hecho, fue ella la que se acercó a la barra para pedir por todos sus compañeros.

El Tuno es uno de los locales más reconocidos de la zona universitaria y toda una institución en lo que a bocadillos, huevos rotos, bravas y cañas bien tiradas se refiere. Año tras año ha conseguido mantener su esencia de taberna tradicional de cuya cocina salen platos con recetario original y producto de proximidad con buena calidad-precio.

En su carta podemos encontrar bocadillos desde los 3 a los 5 € y platos combinados por 6 €. Que la cerveza cueste 1,5 € también lo convierte en un lugar atractivo. Además, quienes lo han visitado asegura, además, que sus patatas bravas son unas de las mejores de la ciudad.

El ambiente, como es de esperar, es juvenil. Con el tiempo se ha convertido en un auténtico lugar de reunión tanto para los estudiantes como para los militares de la Academia.

«Estamos enfocados a un público joven por la zona en la que nos encontramos junto a la Universidad de Zaragoza, pero también tenemos una clientela muy fija que viene desde la Academia General Militar. Hay días que entre militares, estudiantes y clientes de la zona, tengo a más de 100 personas por la mañana en el bar», asegura su dueño en una entrevista concedida a la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza. En él también se dan cita el grupo Ligallo, aficionados del Real Zaragoza.