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Alberto de Mónaco desvela dónde vive la Princesa Charlene
El Príncipe monegasco ha concedido una entrevista a Il Corriere della sera donde confiesa la verdad sobre su relación con la exnadadora
Harto de los rumores que suelen difundir los medios europeos sobre la vigencia de su matrimonio, Alberto de Mónaco ha concedido una entrevista a Il Corriere della sera que acabe con todos ellos. «Charlene está siempre a mi lado», explica en el jardín privado de los Príncipes, en el Rocher, el mismo lugar donde su padre conoció a la futura Princesa, Grace, y se enamoró de ella. «No entiendo todos estos rumores que me hacen daño sobre que ella vive en otra parte, en Suiza, pidiendo reuniones con cita previa para vernos. Son falsedades».
Los problemas de salud que mantuvieron a Charlene alejada durante meses de la vida pública hace ya dos años y la posterior recuperación de su infección otorrinolaringológica sirvió para alimentar las especulaciones sobre si su ausencia en la agenda institucional podría deberse a otras cuestiones.
«A su vuelta de Sudáfrica tuvo dificultades hace ya muchos meses, pero ahora, gracias a Dios, ha pasado y siempre está a mi lado. Ella me apoya al frente del Principado, luego no estamos 24 horas pegados el uno al otro, también somos una pareja de trabajo y el trabajo a veces solo nos permite vernos al final de una larga jornada llena de citas».
Sus declaraciones han llegado días después de que reaparecieran juntos en la inauguración de la primera televisión pública del Principado. Fue solo el primero de varios actos a los que ha ido la pareja en los últimas días y que culminan con la fotografía acompañando a sus hijos a la vuelta al colegio.
A éstos también les ha dedicado unas palabras en la entrevista al medio italiano. Aunque reconocen que todavía son pequeños –los mellizos Jacques y Gabriella tienen 8 años–, asegura que dentro de poco empezará a prepararlos para las responsabilidades. Asegura que, aunque el heredero es Jacques, no puede separarlos. Los planes son los mismos para uno y para otro.
«También hay un papel para ella en el Mónaco del mañana», afirma, «y su hermano Jacques la necesitará, ella también asumirá la responsabilidad. Como yo siempre me he apoyado en mis hermanas Carolina y Estefanía. No puedo hacerlo todo, los compromisos en una familia real deben ser compartidos».
La familia al completo, además, estuvo en el tradicional pícnic monegasco, donde posaron ante los medios con la complicidad habitual. Además de aparecer sonrientes y pendientes de sus hijos Jacques y Gabriella, en estas fotografías Alberto y Charlene de Mónaco intercambian miradas de cariño, la mejor manera de seguir acallando los rumores de crisis que les persiguen constantemente.