El detalle que más ha llamado la atención de los nuevos retratos de los Reyes de Holanda
Los Reyes Guillermo y Máxima han celebrado sus diez años en el trono con una serie de ocho fotografías
Guillermo y Máxima de los Países Bajos han estrenado retratos oficiales. Ha sido la Casa Real holandesa la que ha distribuido una serie de imágenes de los Reyes para conmemorar sus diez años en el trono. Tras estas fotografías hay un detalle que no ha pasado desapercibido porque están firmadas por un nuevo fotógrafo, ya que el anterior, Erwin Olaf falleció el pasado mes de septiembre a los 64 años de edad después de someterse a un trasplante de pulmón.
Ahora, los Reyes de los holandeses han recurrido a un nuevo profesional en este ámbito. Se trata de Anton Corbijin. El camarógrafo es reconocido en este ámbito por sus diversos trabajos con grupos de música como Depeche Mode. Corbijin comenzó su carrera en 1972 y en 1979 se mudó a Londres. Durante este periodo también trabajó con prestigiosas revistas como Vogue o Rolling Stone. Desde entonces ha forjado una larga trayectoria profesional de renombre.
En esta sesión de fotos no aparecen las hijas del matrimonio; Amalia, Alexia y Ariane, por los que los protagonistas absolutos son los Reyes. El reportaje cuenta con un total de siete estampas en color y una más especial en blanco y negro. El posado se llevó a cabo el pasado mes de septiembre y se realizó en una de las estancias del Palacio Noordeinde, en La Haya, que la Familia Real utiliza habitualmente como centro de trabajo.
El atuendo escogido para esta particular ocasión ha sido de gala. El Rey porta la Gran Cruz de Caballero de la Orden Militar de Guillermo y la estrella de la Gran Cruz de la Orden del León Holandés mientras que la Reina Máxima, por su parte, lleva la Gran Cruz de la Orden del León de los Países Bajos y la estrella de la Gran Cruz de la Orden de la Casa de Orange. En cuanto a la vestimenta, la argentina se ha decantado por un vestido rosa empolvado con detalles brocados en la zona del cuerpo y falda de tul rizado de su modista de cabecera, Jan Taminiau. Aunque lo más llamativo de su estilismo han sido las imponentes joyas que pertenecen a la Casa de Orange.
En este caso, se ha coronado con la tiara Stuart de diamantes, el collar del mismo conjunto y los pendientes de la reina Guillermina. Esta joya cuenta con un diamante en la zona central de 40 kilates que, originalmente perteneció a la reina María II de Inglaterra, esposa del rey Guillermo de Orange. Tras la muerte de la Reina, el diamante regresó a Holanda y se incorporó a la diadema.
De todo el repertorio de la sesión destaca la imagen en blanco y negro. Anton ha querido captar una romántica escena entre el matrimonio real en la que plasmar la complicidad que tienen ambos. Mientras ella mira al espejo le da la mano a su esposo, que mira fijamente al objetivo de la cámara. Una instantánea que refleja su unión y que ya queda para el recuerdo de la historia de la monarquía holandesa.