Por qué la supuesta novia de Ben Affleck se hace llamar Kick Kennedy
Se llama y lleva el mismo mote que su tía abuela, Kathleen, hermana favorita y confidente del expresidente John Kennedy
El supuesto romance -desmentido de forma oficial por el entorno del actor- entre Ben Affleck, recién separado de Jennifer López, y Kathleen «Kick» Kennedy, de 36 años, ha vuelto a poner al famoso clan en primera línea de la actualidad rosa. Con más fuerza, si cabe, porque la joven es hija del ya polémico excandidato independiente a la presidencia de Estados Unidos, Robert F. Kennedy. También es nieta del senador homónimo asesinado en 1968 y, por lo tanto, sobrina nieta del expresidente John Fitzgerald Kennedy, asesinado en Dallas en 1963.
Entre ambos hermanos nacieron cuatro mujeres, una de las cuales, Kathleen, «Kick» venida al mundo el 20 de febrero de 1920, da nombre y mote a la nueva pareja de Affleck. La tía «Kick» recibió ese mote, por su «naturaleza irreprimible». Un temperamento que correspondió, sin que quepa la menor duda, a su vida, tan fascinante como corta.
«Kick» Kennedy llevó, en sus primeros años, la misma existencia despreocupada que el resto de sus ocho hermanos, hijos de un empresario multimillonario, Joseph «Joe» Patrick Kennedy Sr. y Rose Fitzgerald, una de las familias católicas con más solera de Boston. Pero con una pequeña diferencia: «Kick», desde que tuvo uso de razón, conectó mucho mejor con John, tres años mayor, mucho mejor que con los demás.
Esa relación especial se explica según Robert Dallek, solvente biógrafo del futuro estadista, porque ambos «compartían la atracción por la rebeldía o, al menos, por apartarse de las normas de su Iglesia y de su madre», sin olvidar que representaban de la mejor manera el espíritu competitivo de los Kennedy. Sin ir más lejos, «Kick» destacó en una actividad típicamente masculina como es el fútbol americano.
Asimismo, prosigue Dallek, «tenían un sentido común de la precariedad de la vida, lo que les hacía un poco cínicos y resistentes a las costumbres sociales». Unos rasgos de los que eran conscientes la familia, por supuesto, pero también algunos íntimos como Lem Billings. Éste último, considerado como el mejor amigo de John Kennedy, sabía lo que hacía al elegir a «Kick» como destinataria de una carta en la que le confiaba la buena impresión que su hermano había causado en una boda a la que habían asistido.
Mas quien antes despuntó en la vida social fue «Kick». Primero en Estados Unidos y, más adelante, en el Reino Unido, donde su padre había sido nombrado embajador de Estados Unidos -era el primer católico en asumir el cargo- en 1937. Al año siguiente, «Kick» fue designada mejor «debutante» del año en la escena social londinense por la prensa especializada. Mas grave fue cuando, en septiembre de 1939, la joven presenció junto a sus padres desde la tribuna de invitados de la Cámara de los Comunes la declaración de guerra leída por el primer ministro Neville Chamberlain.
El nuevo escenario, así como el fracaso absoluto de la misión diplomática de un Joseph Kennedy favorable a un acuerdo con la Alemania nazi obligó a la familia a volver a Estados Unidos. Mas «Kick» estaba empeñada en volver a Londres. Por eso se alistó en la Cruz Roja como voluntaria: a principios de 1943, ya estaba de nuevo en suelo británico. En uno de sus ratos libres la joven, que ya había vivido varios romances -uno de ellos con David Rockefeller-, conoció a Billy Cavendish, marqués de Hartington y heredero del duque de Devonshire y de su espectacular patrimonio, constituido por dos palacios -el espectacular Chatsworth sigue siendo una de las principales atracciones turísticas del Reino Unido, el castillo de Lismore en Irlanda, otras mansiones y decenas de miles de hectáreas.
Una boda resultaba entre la aristocracia británica y una fortuna norteamericana de nuevo cuño podía resultar harto atractiva. Sin embargo, se interponía el obstáculo religioso: ni la muy anglicana duquesa de Devonshire, ni Rose Kennedy estaban dispuestas a ceder. Los novios tampoco. Por eso se casaron por lo civil en mayo de 1944. Unas semanas después, Billy Hartington se reincorporó a la Guardia Granadera, muriendo en combate el 9 de septiembre durante la liberación de Bélgica.
Los Devonshire no abandonaron a «Kick». Años después, durante una estancia en Lismore, la marquesa viuda se enamoró de otro aristócrata, el conde Fitzwilliam, también anglicano. La pareja, antes de casarse, se estrelló con su avioneta mientras, viajaban a la Costa Azul, el 13 de mayo de 1948. La muerte de «Kick» sumió a su hermano John en una profunda depresión, hasta el punto, siempre según Dallek, de confesar a un columnista que pensaba que su esperanza de vida no superaría los 45 años. Al final, fueron 46.
Siendo ya presidente, Kennedy aprovechó el receso de un viaje oficial a Inglaterra para visitar Chatsworth y recogerse ante la tumba de su hermana. Años después, Robert Kennedy, abuelo de la actual «Kick», hizo lo propio.