La abuela de Lamine Yamal se ve obligada a huir de su barrio de Rocafonda por el racismo que sufre

Lamine Yamal, el futbolista más joven en debutar y marcar un gol en la Eurocopa, se ha convertido en un símbolo de esperanza y éxito. A pesar de su corta edad, este talentoso jugador fue clave en la victoria de España en el torneo, rompiendo varios récords en el camino. Sin embargo, su historia trasciende el campo de juego: cuando llegó a Alemania, lo hizo con una mochila llena de libros, ya que necesitaba terminar los exámenes de cuarto de la ESO. En el día del partido contra Georgia, superó esas pruebas y su primera llamada fue para celebrar con su familia, reflejando la importancia de sus raíces.

Cada vez que marca un gol, Lamine levanta sus manos en un gesto significativo, formando un «304», el código postal (08304) de su barrio, Rocafonda, el más humilde de Mataró. En su reciente visita a «El Hormiguero», habló con cariño de su abuela y de su comunidad: «Mi barrio lo es todo. Ahí tengo a mi familia, mis amigos… mi educación viene de ahí y lo es todo para mí».

Aunque Lamine ya no vive en Rocafonda, habiéndose mudado a La Masía tras su fichaje por el FC Barcelona, su abuela Fátima sigue allí. Para sus vecinos, Lamine es más que un futbolista; es un héroe local. «Es el mejor futbolista del mundo y, además, una buena persona», asegura un residente del barrio. Sin embargo, la situación de la familia es cada vez más angustiante. Las amenazas han obligado a Fátima a considerar abandonar el lugar que ha sido su hogar durante tanto tiempo.

Cabe recordar que esto viene de atrás: Mounir Nasraoui, el padre de Lamine Yamal, se convirtió en víctima de un brutal ataque que lo dejó con tres puñaladas y lo llevó al hospital. Aunque él ya ha abandonado el barrio, su madre, Fátima, sigue enfrentándose a la cruda realidad de la violencia y el racismo en Rocafonda. Los motivos del ataque permanecen en la sombra, pero la teoría más extendida sugiere que algunos vecinos marroquíes están furiosos porque Lamine decidió representar a la selección española en lugar de la marroquí. Además, señalan que a algunos marroquíes no les agrada que Mounir Nasraoui, el padre de Lamine, haya posado con la camiseta de España en las fotos, lo que ha avivado aún más las tensiones en su comunidad. Así las cosas, este conflicto ha desatado una serie de amenazas que ahora persiguen a la abuela de Yamal.

Con el miedo profundamente arraigado desde el ataque a su hijo, Fátima admite que no puede soportar la presión. «Desde que Mounir fue apuñalado, no puedo comer. El susto me ha cerrado el estómago», confesó en una emotiva entrevista con Espejo Público. La tensión en el barrio es palpable, y Fátima asegura que la envidia por el éxito de Lamine está detrás de muchas de las hostilidades que enfrenta su familia.

A pesar de su dolor, Fátima se ve obligada a abandonar su hogar. «Me da pena irme del barrio. El otro día me dijeron que lo que le pasó a Mounir también me pasaría a mí», revela con un tono de firmeza a pesar del temor que siente. «Si quieren matarme, estoy aquí sentada en esta plaza», añade.