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Antonio Banderas y Ana Leza en los Premios Oscar de 1992GTRES

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Qué fue de la primera mujer de Antonio Banderas

El actor y Ana Leza se casaron en 1987 y se divorciaron en 1995, después de casi una década junto

Antonio Banderas y Ana Leza parecían una pareja sacada de una película romántica. Casados desde 1987, su relación era el epítome de la estabilidad y el apoyo mutuo, justo cuando Antonio comenzaba a brillar en el mundo del cine.

Ana Leza en Madrid en 2001GTRES

Ana, hija de la actriz Carmen Leza, se convirtió en la brújula que guio a Antonio en su aterrizaje en Los Ángeles. Sin saber una palabra de inglés, el actor español se encontró en un mar de incertidumbre, pero allí estaba Ana, lista para ayudarle a navegar. Con su conocimiento del idioma y su talento, le enseñó a memorizar sus líneas fonéticamente para «Los reyes del mambo», su primera película en Hollywood.

El año de su boda marcó un hito en la vida de Antonio: Pedro Almodóvar, el director que lo había descubierto, lo lanzó a la fama con papeles en películas como «Mujeres al borde de un ataque de nervios». Juntos, Antonio y Ana compartieron no solo el hogar, sino también la pantalla. Sin embargo, la vida en Hollywood no era solo glamour.

En 1991, en una fiesta organizada por Almodóvar en honor a Madonna, se vivió un momento digno de un guion. La Reina del Pop, entusiasmada con la idea de conocer a Banderas, se encontró con Ana y, sin contemplaciones, le dijo: «¡Piérdete!». Mientras Madonna intentaba seducir a Antonio, él, en un acto de fidelidad, se mantuvo firme a su esposa, dejando a la diva con las ganas.

Llega Melanie

Pero no todo fue un cuento de hadas. La relación comenzó a desmoronarse, y en 1996, durante el rodaje de «Two Much», Antonio se enamoró de Melanie Griffith. En una reciente entrevista, reflexionó sobre su divorcio, admitiendo que, a pesar de su éxito, todavía siente culpa por el daño causado a Ana. El divorcio no fue un simple adiós; fue un asunto de cifras. Ana, en el reparto de bienes, se llevó la mitad de los ingresos de Antonio durante su matrimonio, más una jugosa compensación que haría sonrojar a cualquiera. Después de casi diez años juntos, su historia concluyó con un epílogo financiero. Hoy, Antonio Banderas brilla en la pantalla y sigue conquistando corazones, mientras el destino de Ana Leza siempre ha sido un misterio. Hasta ahora.

La paz interior

Después de su ruptura con Antonio Banderas, Ana Leza emprendió un viaje de autodescubrimiento que la llevó a encontrar la meditación como su refugio. Estableciéndose en Estados Unidos, la actriz abrazó un estilo de vida alternativo, lejos de las miradas del espectáculo, y se sumergió en el yoga y la búsqueda de la paz interior. A pesar de los rumores sensacionalistas que la rodeaban diciendo que estaba en una secta, ella solo buscaba sanarse.

En medio de este proceso, el amor volvió a tocar su puerta: conoció a Christopher Lee Villareal, un californiano que también había hecho su camino en la industria audiovisual. Su unión en 2000, con Carmen Maura como madrina, marcó un nuevo capítulo en su vida. Ana decidió dejar atrás su carrera de actriz para enfocarse en su familia y en su bienestar personal. Hoy, a sus 62 años, vive en una pequeña localidad cerca de Nueva York, disfrutando de una vida tranquila con Chris y sus dos hijas, Clara María y Sofía Macarena. Juntos han creado un hogar donde la meditación y la espiritualidad son parte del día a día.

La familia Leza-Villareal está profundamente conectada a la tradición espiritual hindú, siendo parte de la organización Siddha Yoga. Christopher se identifica como Dharma, mientras que sus hijas adoptaron nombres que reflejan su herencia espiritual: Clara María es Priya, que significa «amada,» y Sofía se hace llamar Sindhu, que significa «río».

Una anécdota interesante de su vida juntos es la breve aventura que tuvieron en Madrid hace unos quince años, cuando decidieron abrir un restaurante de comida fusión llamado Dossa Grill Café que no perduró.