Por qué Cayetano siempre fue el hijo favorito de la duquesa de Alba

Para conmemorar el décimo aniversario de su fallecimiento, la familia organizará una misa en su honor en Sevilla. Según informa la revista ¡HOLA!, la ceremonia se realizará en la más estricta intimidad y solo acudirán familiares cercanos y allegados. Sin embargo, como ha ocurrido en otros homenajes, no se espera que todos los hijos de la duquesa asistan, debido a las tensiones familiares que se han intensificado en los últimos años. Entre los hijos de Cayetana, Cayetano Martínez de Irujo siempre destacó por su especial cercanía con su madre.

Esta relación, construida a lo largo de años de afinidad y apoyo mutuo, lo convirtió en el «hijo favorito» de la duquesa. En particular, compartían una pasión por la equitación, una actividad que llevó a Cayetano a cosechar títulos nacionales e internacionales y que fortaleció el vínculo entre ambos. Pocos saben que la duquesa de Alba tenía privilegios únicos relacionados con su linaje y su papel en la sociedad.

Por ejemplo, Cayetana era la única persona autorizada a entrar a caballo en la catedral de Sevilla, un privilegio reservado exclusivamente para ella. La pasión de Cayetana por la equitación también tiene raíces en su juventud. Cuando estalló la Guerra Civil española, Cayetana y su padre se exiliaron a Londres, donde la joven duquesa comenzó a recibir sus primeras clases de equitación, una disciplina que continuaría practicando a lo largo de toda su vida, hasta poco antes de sus últimos años. Este amor por los caballos fue una de las herencias más importantes que Cayetana transmitió a su hijo Cayetano, quien lo convirtió en el centro de su vida profesional y personal.

En su autobiografía, De Cayetana a Cayetano, Cayetano relata cómo su madre lo apoyó en este deporte, mientras sus hermanos estaban enfocados en otros aspectos de sus vidas. «Mi madre vio en mí una figura leal y confiable, y me encargó la gestión de propiedades y fincas familiares», escribe en sus memorias. Sin embargo, esta relación privilegiada con su madre no estuvo exenta de consecuencias. Sus hermanos comenzaron a verlo como un miembro «favorecido» dentro de la familia, lo que provocó tensiones y envidias.

En su libro, Cayetano revela que tres de sus hermanos mayores, Carlos, Alfonso y Jacobo «no le querían» y que, aunque sentía una relación más cercana con Fernando y Eugenia, las tensiones se hicieron inevitables tras la muerte de la duquesa. Cayetano confesó en una entrevista con el periodista Carlos Benedito en 2017: «Mi madre murió antes de lo que todos esperábamos y me quedé desubicado. Había dejado el deporte de élite, mi carrera estaba en ‘stand by’ y, en esa reinvención, me quedé perdido. Tenía muchos gastos y me quedé sin ingresos cuando murió mi madre».

El distanciamiento familiar se hizo evidente tras el fallecimiento de Cayetana de Alba. Cayetano esperaba asumir un rol importante en la administración del patrimonio, pero sus hermanos tenían otros planes, especialmente Carlos Fitz-James Stuart, el actual duque de Alba. Apenas un mes después de la muerte de la duquesa, Carlos tomó una decisión drástica: retiró todas las atribuciones de Cayetano en la Casa de Alba, le dejó sin sueldo y, como él mismo ha confesado, «me dejó en la calle». Esta medida marcó el comienzo de un distanciamiento casi definitivo entre los dos hermanos.

La ruptura definitiva entre Cayetano Martínez de Irujo y sus hermanos se produjo en 2020, cuando decidió desvincularse por completo de la Casa de Alba. Después de años de tensiones, Cayetano tomó la decisión de vender a su hermano mayor, Carlos Fitz-James Stuart, la empresa gourmet que había fundado en 2013, encargada de comercializar productos de las fincas familiares como carne, jamón de bellota y aceite. La venta se realizó por 300.000 euros, con la condición de que Carlos asumiera una deuda de un millón de euros que pesaba sobre la empresa.

La decisión de Cayetano de cortar lazos se debió tanto a los conflictos constantes como a su delicada salud. En una entrevista con Vanitatis, Cayetano admitió: «Después de la última operación en 2019, me di cuenta de que tenía que mirar por mí y mis hijos. Desligarme completamente porque estaba mi salud en juego». Tras años de desencuentros, frustración por la falta de apoyo de sus hermanos y diferencias en la visión de la administración familiar, Cayetano optó por priorizar su bienestar y desvincularse de la Casa de Alba.