Quién es quién en la familia de Raphael que no se separa de él en el hospital

El mundo de la música vivió ayer a última hora un momento de máxima tensión cuando se supo que Raphael tenía que abandonar el Teatro Príncipe Gran Vía donde se encontraba para grabar su participación en La Revuelta. El cantante fue trasladado en ambulancia al centro médico por sufrir un episodio transitorio de confusión, según relatan fuentes cercanas. Fue sometido a varias pruebas, tras las que los los neurólogos descartaron que sufriera un ictus.

Las fuentes cercanas al artista describen el problema de salud como «un susto que ya ha pasado» y afirman que está «fuera de peligro». El artista de 81 años «ha estado en todo momento consciente y tranquilo. Salió caminando del teatro y su estado de salud no es grave, tal y como ha confirmado su familia. Fueron sus hijos los primeros en dirigirse al hospital para conocer cómo se encontraba su padre.

En más de una ocasión, el cantante se ha referido a su familia su otra gran obra, más allá de sus canciones. Lleva casado medio siglo con Natalia Figueroa, con quien contrajo matrimonio en 1972. La pareja celebró una boda secreta en la iglesia de San Zacarías en Venecia, evitando así la atención mediática. Su relación, que ya supera los 50 años, es considerada una de las más estables del ámbito musical español.

La pareja provenía de mundos completamente opuestos. Ella era hija del marqués de Santo Floro y nieta del conde Romanones, por lo que su entorno aristocrático no vio con buenos ojos que se relacionara con alguien de Linares (Jaén) y origen humilde. Ambos se conocieron poco a poco y tras varias citas surgió un amor que les ha permitido superar los momentos más complicados de su vida, como el secuestro de Natalia en 979, cuando dos hombres armados irrumpieron en su domicilio mientras Raphael estaba de gira en Latinoamérica.

En una lujosa y privada urbanización de Boadilla del Monte en la que tiene sede la empresa, vive el intérprete junto a su mujer, Natalia Figueroa, en una propiedad de más de 2.400 metros cuadrados que no figura a su nombre, sino al de ella. Es conocido como un hogar luminoso y familiar donde el cantante suele citar a los periodistas para hacer entrevistas. No es la única casa que tiene en su haber Natalia Figueroa. También consta como propietaria de un piso en el madrileño barrio de Salamanca, que heredó de los marqueses de Santo Floro en Sigüenza y que se mantiene en alquiler.

Son padres de tres hijos: Jacobo, Alejandra y Manuel Martos. Aunque han crecido en un ambiente de fama, los tres han mantenido un perfil relativamente discreto. El primogénito ha desarrollado su carrera profesional en el campo audiovisual, siendo director de series como Servir y proteger y Allí abajo. Además, estuvo casado con la actriz Toni Acosta hasta que se divorció hace ahora una década. De su relación, nacieron, a su vez, dos hijos: Nicolás, de 20 años, y Julia, de 15.

Su hija mediana, Alejandra, de 50 años, trabaja como restauradora en el Museo Thyssen-Bornemisza. Estuvo casada con el financiero Álvaro de Arenzana Jove, de quien se divorció en 2020 tras tener dos hijos, Manuela, 21 años, y Carlos, 18 años. El más mediático de ellos es el pequeño, Manuel Martos, conocido por ser músico, productor discográfico y haber aparecido en televisión como juez del programa Operación Triunfo. Estuvo casado con Amelia Bono, hija del político, y de ahí nació una amistad que se ha extendido en el tiempo. A pesar de que anunciaron su separación este mismo año, las familias siguen manteniendo una relación cercana.