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Óscar Higares

Óscar Higares, de los ruedos a los platós: «Ser torero me restó credibilidad como actor; se burlaban de mí»

Valor no le falta para ninguna de sus dos profesiones, la de torero, antes y la de actor, ahora; aunque reconoce que «el paso de una a otra fue muy duro»

Hasta con las cornadas más fuertes, Oscar Higares es difícil que pierda la sonrisa. Su última visita al quirófano fue para aliviar sus dolores de espalda. Tras una operación de seis horas, una noche en la UCI y tres clavos en su columna, el antes torero y ahora actor se recupera en su domicilio con muchos cuidados, buen humor y una dura y dolorosa rehabilitación desde hace una semana.

Hijo de torero y nieto de mayoral, Higares entró por su propio pie en el quirófano porque «no podía mantenerme en pie. Tenía la espalda fatal de tantas cornadas, las lesiones y eso... Cuanto mayor, más goteras te van saliendo». «Me ayuda mucho en mi recuperación tener una muy buena musculatura, como tengo, gracias al deporte», reconoce a El Debate en conversación telefónica tras una visita al gimnasio.

Sus cuatro chicas - que son su mujer Sandra y sus tres hijas- no le quitan ojo. «Estoy muy bien. La operación fue complicada pero hay que tirar para delante, y siempre con buena actitud», comenta a El Debate, muy animado durante su convalecencia.

Como actor

Con papeles de relumbrón en la pequeña pantalla y el reconocimiento de sus compañeros de la industria del cine, nadie olvida que sus primeros pasos profesionales los dio frente a un toro. En la actualidad, tras dos años rodando sin parar, a sus 53 años está a la espera de comenzar un nuevo proyecto, tras el reciente estreno de la serie de 5 capítulos, Cuando nadie nos ve. A final de año se estrena La suerte, una comedia donde Higares da vida casualmente, a un mozo de espadas.

Casi dos décadas como actor dan para mucho. Dio vida a Romero en «Entrevías» y a Lorenzo Galván en «Servir y Proteger»; pero su primer gran triunfo le llegó con Caracaballo en «Gigantes», en 2018, la serie donde se consagró como intérprete al tiempo que se retiró de los toros definitivamente.

Burlas

«Al principio se burlaban de mí. Fue un proceso de transición muy largo y muy duro. He ido poco a poco, desde abajo abriéndome paso en la industria de la interpretación», recuerda con orgullo. Ahora, reconoce que ya nadie le ve como un torero, y confiesa que le identifican ya, por fin, como actor. «Si ni siquiera habla... y sale un minuto, decían en la redes al principio para reírse de mí», confiesa. La humildad le llevó a lo más alto. Nunca olvida que empezó a torear con un traje prestado y acabó con chofer propio. «El mundo del toro es tan duro tan difícil y tan de verdad, que cualquier otro mundo, pera mí era un camino de rosas. Tu vas a la plaza dispuesto a morir, aunque nadie te obliga. En un rodaje, en cambio, sales llorando si las cosas salen mal un día, eso es lo más grave que te puede pasar", explica desde la profundidad de su corazón.

«No echo nada de menos el mundo del toro y no he vuelto a coger un capote desde que me retiré», confiesa a El Debate.

Tras 25 años siendo torero, hacerse un hueco en la industria audiovisual no le resultó nada fácil. Pero Higares lo consiguió a base de trabajo, respeto y compromiso. Tres de los «muchos valores que recibió de su paso por el mundo taurino». Habla con sinceridad y cierto resquemor.

Óscar Higares en Málaga en marzo de 2025.

Óscar Higares en Málaga en marzo de 2025.GTRES

Con su papel en Gigantes, la serie de Enrique Urbizu por la que obtuvo el respaldo de la crítica, vivió un punto de inflexión entre los dos mundos. «Fue entonces cuando dejaron de ver al torero y empezaron a verme como actor».

La transición de un mundo a otro fue muy dura. Llevaba el sello de torero conmigo y eso me restaba credibilidad como actor. Tuve que lidiar mucho y demostrar ser mejor que los demás», confiesa.

Higares en Servir y Proteger

Higares en 'Servir y Proteger'IG

El toro, sus valores y Urtasun

«Es como elegir a mamá o a papá», responde cuando le preguntamos por si elige el toro o la televisión. Lo más curioso de su historia personal es que cuando era un jovencísimo torero de unos 20 años, comenzó su coqueteo -sin saberlo y sin «ninguna pretensión»- con el mundo del cine, cuando interpretó a un matador de toros en Talk of Angels con Paco Rabal y Penélope Cruz. Una señal; aunque él reconoce que nunca imaginó que ser actor sería su segundo oficio con el paso del tiempo. Hasta que un buen día ganó un concurso de monólogos, alguien descubrió su talento interpretativo, y de ahí saltó a los rodajes de cabeza.

Pero el toro no lo olvida, ni mucho menos. Lo lleva en su corazón. «Soy quien soy gracias al mundo del toro y sus valores». Lleva 18 años siendo actor y aún hoy le persigue el run run de haber sido torero. Está desvinculado profesionalmente del toreo pero jamás olvida que su «primer papel en la vida fue ser torero, derramando sangre de verdad en las plazas».

No toreo nada, ni de salón. Como Nadal que no coge una raqueta desde que se retiró», dice con humor.

Lo que el ministro Ernest Urtasun, Ministro de Cultura, hace para maltratar al mundo del toro le parece fatal. «Es ministro de todos los españoles, y aunque no le gusten los toros, tiene obligación de defender y promocionar la Fiesta», opina con firmeza. Higares ya no torea ni de salón y nunca coge los trastos de torear, que guarda celosamente en su casa; pero acude a las plazas de toros y frecuenta a sus buenos amigos toreros retirados siempre que puede.

Su vida presente, inmerso en los castings y rodajes, y junto a su mujer Sandra y a sus hijas, le hace muy feliz. Aunque reconoce que «el Óscar Higares actor, no sería igual si antes no se hubiera puesto delante del toro». «La sensación de tener cerca la muerte no es comparable con nada». ¿Torero o actor?, le insistimos. «No existiría uno sin el otro», concluye amablemente el maestro.

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