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Kalina de Bulgaria

Kalina de Bulgaria, en una imagen de archivoGTRES

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Kalina de Bulgaria se adentra en las artes marciales practicando Kung-Fu en el templo Shaolin

Se adelanta a su hijo, Simeón, que vivirá con los monjes en este lugar sagrado durante cinco meses

Kalina, la Princesa de Bulgaria, comenzó su viaje hacia el bienestar físico en 2000, entrenando con pesas junto a su esposo, el explorador Kitín Muñoz, en Bulgaria. Continuaron su preparación física en Marruecos, donde residieron durante años. Bernardino Lombao, atleta olímpico y especialista, guiaba sus rutinas de carreras: tanto de distancia como de velocidad. Veinticinco años después, la pareja sigue entrenando junta, manteniendo su pasión por el deporte y la salud.

Kalina, en una entrevista con Hola, asegura que la clave de todo es la constancia, tal como sucede en la vida misma. Sin embargo, la hija del Rey Simeón II de Bulgaria y Margarita Gómez-Acebo no se cansa de buscar nuevos retos que la impulsen a seguir creciendo. Ahora, la aristócrata ha comenzado a practicar Kung-Fu y se ha mostrado más abierta al mundo, viajando hasta el templo de Shaolin, un lugar budista de gran relevancia en la provincia china de Henan, famoso por su vínculo con el budismo chán (zen) y su conexión con las artes marciales.

A la Princesa le gustan los retos, por eso no hay disciplina que se le resista. En unas exclusivas imágenes compartidas por la revista citada, se le puede ver junto a su marido fotografiados con varios monjes, quienes les ofrecieron una exhibición de sus habilidades. Pasaron un día sumergidos en la rica cultura del Monasterio de Songshan, en uno de los cinco montes sagrados de China, conocido como «el primer templo bajo el cielo».

La visita al país de Oriente tiene una razón de peso. Su hijo, el Príncipe Simeón, quien cumplió 18 años en marzo, es un apasionado de la aventura y ya ha recorrido gran parte del mundo. Actualmente practica taekwondo en Corea y recibe instrucción militar en España, pero será en el santuario de Shaolin donde se sumergirá en un nuevo desafío. Después del verano, se trasladará a la provincia de Henan, a unos 50 km al sureste de Luoyang, para vivir con los monjes durante cinco meses, aprendiendo de su disciplina, tradición y la famosa filosofía de vida que los caracteriza.

Sin embargo, antes de que Simeón emprendiera este viaje, sus padres ya tuvieron la oportunidad de conocer el emblemático lugar desde dentro. Impresionados por la riqueza de la experiencia, no tardaron en unirse a una clase de Kung-Fu. Kalina, quien lleva años entrenando en defensa personal, se sintió atraída por la oportunidad de probar de primera mano algunas de las técnicas básicas del arte marcial.

Monte Shaolin

El monte Shaolin un lugar budista de gran relevancia en la provincia china

Esta experiencia, aunque enriquecedora, no es barata. El rango de precios del alojamiento varía según la duración de la estancia. Para aquellos que planean quedarse menos de una semana, el costo es de aproximadamente 54.60 euros por día. Si la estancia se extiende a un mes completo, el precio asciende a 773.50. Para dos meses, el coste será de 1,492.40 €, mientras que para tres meses, la cifra sube a 2,156.70 €. Si la estancia se alarga hasta los cuatro meses, el total alcanzará los 2,766.40 €. Sin duda, una inversión significativa en crecimiento personal y disciplina que promete transformar a quienes se atrevan a aceptarlo.

Y una vez acabada esta experiencia, y tras regresar de China, el joven Príncipe se preparará para cumplir uno de sus mayores sueños: convertirse en Boina Verde del Mando de Operaciones Especiales. «Mi padre desciende de una dinastía de militares, mi abuelo Luis luchó en tres guerras y mi padre es embajador del ejército», ha declarado con orgullo. Este legado familiar, lleno de valentía y disciplina, ha inspirado al príncipe a seguir una carrera marcada por el servicio y el desafío. Al concluir su estancia en el santuario, Simeón se unirá a su padre en una expedición bajo la bandera del Explorer Club de Nueva York, un club al que Kitín pertenece desde hace décadas.

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