Día de Martin Luther King
Martin Luther King y su sueño siguen siendo referentes en la defensa de los Derechos Humanos
Desde 1983, cada tercer lunes del mes de enero se conmemora al pastor y activista estadounidense Martin Luther King, quien pronuncio el célebre discurso I have a Dream abogando por los derechos civiles de los afroamericanos
Desde hace casi 40 años, cada tercer lunes del mes de enero se conmemora al pastor y activista estadounidense Martin Luther King, una de las figuras más importantes en la lucha por la defensa de los derechos civiles. Una lucha que comenzaría en 1955 y culminaría con la plenitud de derechos para los norteamericanos de raza negra en 1964 cuando el presidente Lyndon Johnson la sanción de la Ley de Derechos Civiles por el que se ilegalizaba cualquier acto de discriminación por la raza, religión o nacionalidad.
El 28 de agosto de 1963 desde las escalinatas del Monumento a Lincoln, Martin Luther King pronunciaba su famoso discurso I have a dream. Tengo un sueño, «sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter», dijo durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, un discurso que sería crucial para el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos.
Nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia (EE. UU.). Tras graduarse en el instituto con 15 años ingresa en la Universidad para estudiar sociología y obtuvo su título en 1948. Tiempo después realizó estudios en teología y obtuvo el doctorado por la Universidad de Boston. En esta línea en 1954 se convirtió en pastor de la Iglesia Baptista Dexter Avenue, en Alabama e ingresó como miembro del comité ejecutivo de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP). Aquí comenzaría su lucha por los derechos civiles consciente de las desigualdades y discriminaciones que vivían las personas de color.
Un cambio social no violento
En 1955, Claudette Colvin, una alumna de 15 años de raza negra se negó a ceder su asiento de bus a un hombre blanco. Esto suponía una violación de las leyes Jim Crow, unas leyes estatales y locales que promulgaban la segregación racial bajo el lema «separados, pero iguales». De esta manera la separación por razas afectó a las escuelas, lugares, transportes públicos. La NAACP consideró brevemente la posibilidad de utilizar el caso de Colvin para enfrentarse a las leyes de segregación, pero consideraron que, al ser tan joven, su caso atraería demasiada atención negativa.
En diciembre de ese mismo año, se produjo un incidente similar cuando Rosa Parks –considerada la madre del movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos– fue arrestada tras negarse a ceder su asiento de bus a un pasajero blanco. Ambos sucesos desencadenaron el boicot a los autobuses de Montgomery organizado por el presidente de la sección de Alabama de la NAACP, Nixon y dirigido por Luther King que duraría 385 días.
A pesar de ser detenido durante la campaña se consiguió poner fin a la segregación racial en el transporte público de Montgomery. La lucha liderada por Martin Luther King no había hecho más que empezar. En 1957 fue elegido presidente de la Conferencia Sur de Liderazgo Cristiano, una organización cristiana y pacifista que tenía como objetivo participar activamente en el movimiento por los derechos civiles. Esta organización se orientó en la desobediencia civil no violenta y con el objetivo de mejorar la igualdad racial de los afroamericanos. Además, Luther King consideró al activista indio, Mahatma Gandhi, un referente para su cambio social no violento.
Con esta filosofía lideró diversas protestas, organizó diversas marchas por el derecho al voto de los negros, la desegregación, los derechos laborales y otros derechos civiles básicos. En particular destacó la batalla civil que libró en 1963 en Birmingham, encabezando unas manifestaciones pacíficas multitudinarias que provocarían su detención en abril de ese mismo año. Durante el tiempo que estuvo en prisión escribió su famosa «Carta desde la cárcel de Birmingham» en la que explicaba la razón de sus protestas y manifestaciones: […] «al igual que San Pablo dejó su ciudad de Taro y llevó la palabra de Cristo hasta los confines del mundo greco-romano, yo también estoy impelido a llevar la palabra de la libertad más allá de mi ciudad. Como Pablo, debo responder contantemente a las peticiones de ayuda de los macedonios», rezaba la Carta. El entonces presidente estadounidense, John F. Kennedy, apoyaba sus ideales por lo que pronto pudo quedar en libertad.
«Pese a todas las dificultades, yo todavía tengo un sueño»
Meses más tarde a su puesta en libertad, en las escalinatas del monumento a Lincoln, Martin Luther King pronunciaba su ilustre discurso en el que expresó su arduo deseo por un futuro en el que la gente de tez negra y blanco pudiese convivir, el sueño de poder presenciar una sociedad fundamentada en los valores de la igualdad y la fraternidad. En el que soñaba con un reconocimiento pleno de los derechos civiles y las libertades individuales de la comunidad afroamericana.
Rodeado de miles de personas expresó con firmeza que «los remolinos de la revuelta» continuarían «sacudiendo los cimientos» de la nación estadounidense, pero recordaba con el mismo ímpetu que no debían permitir que su «protesta creativa degenere en violencia física». Al grito de yo tengo un sueño, Luther King estaba convencido de que se podrían «transformar las discordancias en una hermosa sinfonía de hermandad».
Un año más tarde, en octubre de 1964 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz con tan solo 35 años siendo el hombre más joven en recibir este reconocimiento. En 1968 viajó a Memphis, Tennessee con la idea de apoyar una huelga de basureros afroamericanos que buscaban mejoras en sus condiciones laborales. Sin embargo, en abril de ese mismo año, mientras se encontraba en la terraza de una habitación del Motel Lorraine, fue asesinado.
Día de Martin Luther King
Cuatro días después de su asesinato, el congresista demócrata de Michigan, John Conyers, introduciría una legislación para establecer un día que conmemorase al activista afroamericano, pero su propuesta no tuvo suficiente apoyo en el Congreso.
No fue hasta que durante las marchas por los derechos civiles en Washington de 1982 y 1983 sirvieron como presión definitiva para establecer este homenaje. Y en 1983, el presidente Ronald Regan promulgó el 15 de enero como el Día de Martin Luther King por ser su fecha de nacimiento, aunque se decidió conmemorar su día el tercer lunes de enero para que no estuviese tan próxima a las celebraciones navideñas.
Este día también sirvió como una manera especial de conmemorar la trayectoria política y los logros de Luther King en la defensa de los derechos civiles de la comunidad afroamericana.