El gran salto adelante de la UGT durante la dictadura de Primo de Rivera
En aquellos tiempos la UGT se convirtió en el sindicato de clase, gracias a Primo de Rivera, más importante de España. Su colaboración con la dictadura permitió el increíble crecimiento económico de España
El dictador Miguel Primo de Rivera soñaba con construir una sociedad mejor y más justa. A lo largo de su mandato soñó con la posibilidad de construir un sistema orgánico atípico sustentado por un bipartidismo cimentado por un nuevo partido oficialistas creado por él, La Unión Patriótica, que tenía que formar tándem con el PSOE y la UGT.
Nada más triunfar el golpe, el dictador se puso a trabajar para lograr el apoyo del PSOE. El 1 de octubre de 1923, a la semana de erigirse en dictador, Primo de Rivera entró en contacto con Manuel Llaneza, alcalde de Mieres, jefe de los mineros del carbón de la UGT. El general aseguró a su interlocutor que su gobierno respetaría todas las ventajas sociales conseguidas por los obreros y que la UGT seguiría funcionando. La dictadura apoyaría a la clase obrera, promulgando leyes en su favor, a través del PSOE / UGT siempre que los socialistas se convirtiesen en parte de la dictadura. Llaneza, al salir dijo a la prensa que le esperaba «No hay nada que temer». El PSOE aceptó a colaborar totalmente con el dictador.
El mundo de los negocios criticó a la dictadura por su costosa legislación social, pues «tenía a los obreros como niños mimados» en su búsqueda de la paz y la justicia social. Los precios disminuyeron un 5,3 % provocando que el fantasma de la inflación causado por la Primera Guerra Mundial no se produjese. Los salarios reales crecieron, la paz social fue una realidad con un número de huelgas insignificante. El PIB creció del 4,55 a 6,03 billones de pesetas (de 1986). Los socialistas estaban encantados con don Miguel.
A cambio de su colaboración el PSOE puso un precio: Primo de Rivera declaró ilegal en 1923 al PCE, una escisión de 1921 del PSOE, al tiempo que perseguía a los anarquistas de la CNT, enemigos acérrimos de los socialistas en su lucha por el control de los obreros y campesinos sin tierra. El PSOE / UGT se convirtió en el único partido y sindicato obrero legal en España.
El PSOE y la UGT en bloque –salvo Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos– votaron colaborar abiertamente con la dictadura. La figura clave de este entendimiento sería Largo Caballero que se convirtió en miembro del Consejo de Estado y otros muchos organismos de la dictadura. Largo Caballero no tomó posesión de su sillón en el Consejo de Estado de chaqué como era tradición, fue en traje de calle, pues era un líder obrero.
Primo de Rivera mejoró las relaciones entre obreros y empresarios. La colaboración de los socialistas con la dictadura, desde el momento en que se constituyeron los Comités Paritarios, que Eduardo Aunós importó de la Italia fascista, adquirió forma permanente y orgánica hasta el final de la misma. Los socialistas se convirtieron en socios prioritarios de la dictadura.
Desde un principio la dictadura quiso reorganizar las cuentas del Estado y relanzar, potenciar y modernizar la economía española. Incrementó el gasto del Estado en muchas partidas al considerar las cantidades invertidas irrisorias. Aumentó el gasto un 50 % en educación, 98 % beneficencia, 200 % en sanidad, 2,246 % protección infantil, 700 % en subsidios, retiros y reforma agraria.
La política social, con apoyo del PSOE, de la dictadura hizo que el Estado pasase de invertir en casas baratas de 7,8 millones de pesetas anuales de media entre 1913 y 1923 a 261 millones de promedio entre 1923 y 1929. Aumentó el número de maestros de 30.000 de 1923 a 34.000 en 1927, pasando los profesores de clases primarias de 27.000 en 1922 a 32.000 en 1929.
Primo de Rivera fomentó la industrialización de España con medidas intervencionistas como haría diez años después Roosevelt con su New Deal. Logró un notable aumento de las transacciones internacionales y entrada de capital extranjero.
En 1927, mediante la Ley del Monopolio de Petróleo fundó la Compañía Arrendataria del Monopolio del Petróleo, S.A. (Campsa), una empresa petrolífera española, cuya función era administrar la concesión del monopolio estatal de petróleos (Real Decreto Ley del 28 de junio de 1927), una empresa que siguió funcionando hasta la entrada de España en el Mercado Común Europeo.
Otro de los grandes logros de la dictadura fue la mejora de las infraestructuras básicas de España. Las carreteras pasaron de 2.796 a km a 9.445 km fruto del Primer Plan de Carreteras, pasando los coches a circular por la derecha, incluidos los de Madrid que lo hacían por la izquierda, al tiempo que se creaban los primeros paradores nacionales para dar apoyo a los viajes por carretera.
En los pocos más de 1.300 días que gobernó Primo de Rivera se multiplicó por dos el consumo de energía eléctrica, se construyeron numerosas presas, aumentó la producción de cemento de 860.000 toneladas a 1.820.000, y el acero duplicó su producción. Fue creada la empresa Construcciones Aeronáuticas SA (CASA) dedicada a producción de aviones, nació Iberia y se inició la construcción del aeropuerto de Madrid-Barajas. Se fundaron Telefónica, la Confederación del Ebro y se inició la construcción de los Nuevos Ministerios según proyecto del arquitecto Secundino Zuazo. Al tiempo nacían o se consolidaban empresas emblemáticas como DANONE, la zapatera SEGARRA o CEPSA.
El dictador y su ministro de Hacienda Calvo Sotelo plantearon una gran reforma fiscal con el objetivo de nivelar los presupuestos mediante la modificación de las cargas tributarias. Creó el impuesto sobre la renta, gravámenes sobre el patrimonio y el consumo suntuario (lujo) y reformó el impuesto de sucesiones. La recaudación del Estado paso de 2.468 millones en 1923 a 3.694 en 1929 al tiempo que en 1926 lograba mejorar notablemente el cambio de la peseta gracias a sus medidas económicas y al final de la guerra de Marruecos.
Mejoró la agricultura, especialmente la intensiva. Se planteó una reforma del régimen de propiedad agraria para potenciar la productividad interior de trigo, remolacha, vid, cítricos, del olivo y sobre todo del algodón. Fundó el Servicio Nacional de Crédito Agrícola para liberar a los pequeños agricultores de la usura, que nació con un capital de 100 millones de pesetas. Todas estas medidas fiscales y económicas le granjearon a Calvo Sotelo y a Primo de Rivera el odio de las oligarquías, pues la dictadura legislaba para terminar con el régimen de los privilegiados. Desde muy pronto se pusieron a trabajar para derribarla.
En aquellos tiempos la UGT se convirtió en el sindicato de clase, gracias a Primo de Rivera, más importante de España. Su colaboración con la dictadura permitió el increíble crecimiento económico de España. Cuando murió Pablo Iglesias escribió Primo de Rivera: «El respeto que merece la memoria del más inteligente y patriota de los socialistas españoles, Pablo Iglesias, se funda, en que jamás, mientras que dirigió las masas obreras, admitió la actuación por la violencia».
Puede que la UGT y el PSOE necesiten otro dictador como don Miguel para salir de la crisis en que viven en la actualidad.