Picotazos de historia
Un Rembrandt para llevárselo a casa: el cuadro más robado de la historia
La pintura ha recibido el sobrenombre del «Rembrandt para llevar» ya que ha sido robado hasta en cuatro ocasiones desde 1966; un récord en pintura
Se dice que Rembrandt pintó unos seiscientos cuadros a lo largo de su vida, de los cuales quinientos están en Europa y setecientos en el resto del mundo. Es uno de los grandes maestros de la pintura más falsificados y que más atribuciones dudosas tiene (el Jinete Polaco de la Frick Collection sigue en disputa al día de hoy) y el valor de su obra siempre se ha considerado un refugio y una garantía de inversión (cuando el príncipe Felix Yusupov tuvo que salir zumbando de Moscú, debido a la Revolución Rusa, lo primero que hizo fue meter en el equipaje uno de su colección).
Con 25 años, Rembrandt, fue protegido por el secretario del príncipe de Orange, Constantein Huygeins. El hermano de Constantein (Maurits) le pidió que pintara dos retratos: uno suyo y otro de su intimo amigo Jacob de Gheyn III, conocido grabador. Rembrandt, de una misma tabla, sacó dos pequeñas para pintar los retratos (de 30 por 25 centímetros). Los retratados quedaron tan contentos que acordaron que aquel de ellos que falleciera primero legaría al otro la pintura. Tras muchas vicisitudes a lo largo de la historia, el retrato de Jacob van Gheyn terminó en la Dulwich Picture Gallery de Londres.
Las cuatro veces que el cuadro fue robado
Durante la Nochevieja del año 1966 una puerta secundaria de la galería fue manipulada, se quitó uno de los paneles de la misma y, por allí, entró un ladrón. Se llevaron varias obras, todas de pequeño tamaño ya que tenían que pasar por el agujero, entre ellas el retrato de Jacob de Gheyn. Durante días la policía londinense investigó. Al final se pudo recuperar lo robado y se detuvo a un conductor de ambulancias en paro llamado Michael Hall, quien afirmó haber perpetrado el sólo el delito.
No estuvo tranquilo el retrato. En 1973, un chaval de 24 años (Norman Rattler) lo descolgó de la pared, lo metió en una bolsa de plástico y se fue tranquilamente en bicicleta. ¡Así, tal cual! Lo detuvieron –todavía en su bicicleta– y alegó que solo quería llevárselo a casa para hacer una copia, ya que le había gustado mucho.
En agosto de 1981 dos individuos entretiene al vigilante de la Galería mientras un tercero descuelga el cuadro y se lo lleva. Al día siguiente, la Galería recibió una nota pidiendo un rescate por valor de cien mil libras, a lo que accede siguiendo las indicaciones de la policía. El 2 de septiembre, la policía detuvo a cuatro individuos en un taxi: en el portafolios de uno de ellos encontraron la pintura. Se detuvo a dos empleados de la Galería, a un holandés y a un merchante londinense.
El cuadro –que para entonces ya era conocido como el «Take Away» ( «Llévatelo a casa»)– volvió a ser robado en 1983. Esta vez los ladrones se descolgaron desde una claraboya del museo –¡Toma ya, Tom Cruise!–, con una palanqueta arrancaron el cuadro – que estaba atornillado a la pared – y, en menos de tres minutos, que es lo que tardó la policía en llegar, habían desaparecido. Durante tres años no se supo nada, pero la policía trabajó incansablemente en su búsqueda. Por fin, una pista lo situaba en la ciudad alemana de Düsseldorf, junto con la policía local lo encontraron dentro de la consigna de la estación de Münster. Nunca se descubrió quienes fueron los ladrones.
El retrato de Jacob van Gheyn continua en la Galería Dulwich y es una de las obras más visitadas del museo, no tanto por la magnifica calidad de la obra del maestro como por la posibilidad de apreciarla antes de que vuelva a desaparecer.
Aclaración: el pintor cuyas obras han sido robadas un mayor numero de veces es Pablo Picasso, el récord absoluto de robos en la misma obra de arte lo tiene –¡como no!– el retrato de Jacob van Gheyn de Rembrandt.