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06 de agosto de 2024

Arqueólogos subacuáticos realizando mediciones sobre el pecio del 'Klein Hollandia'

Arqueólogos subacuáticos realizando mediciones sobre el pecio del 'Klein Hollandia'Martin Davies / Nautical Archaeology Society

Identifican un buque de guerra holandés que naufragó hace 350 años

Construido en 1656, participó en todas las batallas importantes de la segunda guerra angloholandesa (1665-1667) antes de perderse en un enfrentamiento en el Canal de la Mancha en 1672

Arqueólogos marítimos neerlandeses y británicos han identificado el Klein Hollandia, un buque de guerra construido en 1656 que participó en todas las batallas importantes de la segunda guerra angloholandesa y que había sido localizado frente a la costa sur del Reino Unido por buceadores aficionados.

A 32 metros de profundidad los buceadores se encontraron con un tesoro histórico: una preciosa jarra de Bellarmine decorada con una flor y un rostro de un hombre barbudo, con un color un tanto amarillento por el paso de los siglos, reposando en el lecho marino, cerca de los restos de un cañón de bronce. Pero solo a unos pocos metros yacían otras reliquias mucho más grande: parte del casco de madera de un barco, cañones de guerra, piezas de cerámica italiana, e incluso unas baldosas de mármol que procedían de las canteras de los Alpes Apuanos en el noroeste de la Toscana, y tenían como destino Países Bajos, donde se usaban para construir viviendas de lujo.

Jarra de Bellarmine decorada con una flor y un rostro de un hombre barbudo

Jarra de Bellarmine decorada con una flor y un rostro de un hombre barbudoSociedad de Arqueología Náutica (NAS) / EFE

«La condición de los restos del naufragio es buena y podría ofrecer una gran cantidad de datos sobre cómo se construyeron los barcos holandeses del siglo XVII y las actividades de este buque de guerra durante su viaje final», admite la Agencia de Patrimonio Cultural, parte del Ministerio de Educación y Cultura de Países Bajos.

Testigo de la guerra angloholandesa

Estas piezas fueron descubiertas en 2019 frente a la costa sur de Inglaterra, pero no es hasta ahora que los investigadores han podido confirman al gobierno neerlandés la identidad del barco. Se trata del buque de guerra Klein Hollandia (Pequeña Holanda, en neerlandés), construido en 1656 y que naufragó 17 años después. Fue propiedad del Almirantazgo de Rotterdam y testigo de todas las batallas importantes de la segunda guerra angloholandesa (1665-1667), según los expertos.

En 1672, el barco formó parte del escuadrón del almirante De Haese que escoltaba a la flota de Smyrna mientras navegaba desde el Mediterráneo hasta el Canal de la Mancha, rumbo hacia Países Bajos. En la Isla de Wight, en la costa sur británica frente a Southampton, fue atacado por un escuadrón inglés. El enfrentamiento con los ingleses se intensificó al segundo día de batalla lo que provocó que el Klein Hollandia sufriera daños graves, y el comandante del barco, Jan Van Nes, muriera en combate.

Con el barco indefenso, fue abordado y conquistado por los ingleses; sin embargo, cuando intentaron remolcar el buque a la costa inglesa como trofeo, se hundió con marineros ingleses y holandeses a bordo. El ataque inglés bajo órdenes de Sir Robert Holmes y Sir Frecheville Holles fue detonante para la tercera guerra angloholandesa (1672-1674).

Gracias al trabajo de buzos profesionales y voluntarios se pudo recoger vestigios submarinos para identificar el barco para que los especialistas de la Inglaterra Histórica, la Agencia del Patrimonio Cultural de los Países Bajos (RCE) y la Sociedad de Arqueología Náutica (NAS) pudiesen trabar en la identificación del barco.

Recuperar parte de la historia

Para garantizar la protección del Klein Hollandia se estableció que solo los buzos con licencia pueden estar en el lugar del naufragio. «Nos ha fascinado la variedad de material en el lecho marino. La impresionante cantidad de estructura de casco de madera, los cañones de barco, las baldosas de mármol bellamente cortadas, y los hallazgos de cerámica, apuntan a que se trata de un barco holandés de finales del siglo XVII que regresaba de Italia», dijo Mark Beattie Edwards, director de la NAS.

Por otro lado, Gunay Uslu, secretaria de Estado de Cultura de Países Bajos, ha aplaudido la cooperación internacional y con el Reino Unido en este tipo de descubrimientos y destacó que gracias a «la investigación arqueológica marítima, cultural e histórica de naufragios como el Klein Hollandia, salen a la superficie historias y restos tangibles». Lo cual proporciona conocimientos valiosos y perspectivas importantes en la historia compartida de las naciones marineras: «Lo que hemos aprendido sobre este naufragio específico proporciona información para el debate general sobre nuestros problemas pasados y actuales», añadió Uslu.

Este naufragio calificado de «anomalía» por un estudio hidrográfico en 2015 por parte de la Oficina Hidrográfica del Reino Unido, promete abrir un nuevo capítulo en la historia marítima angloholandesa con los futuros descubrimientos y análisis que se hagan sobre los restos de este buque de guerra hundido.

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