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Espada de la Edad del Bronce hallada en Alemania

Espada de la Edad del Bronce hallada en AlemaniaOficina Estatal de Baviera para la Preservación de Monumentos

Una espada de 3.000 años intacta arroja luz sobre la Edad del Bronce europea

La espada pertenece a un tipo conocido en Alemania como Achtkantschwert o «espada octogonal», en referencia a la división longitudinal de la empuñadura en ocho facetas, uno de los tipos europeos más populares de la Edad del Bronce Medio

Durante unas excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo actualmente en Nördlingen, en el distrito bávaro de Danubio-Ries, Alemania, se acaba de producir un hallazgo absolutamente excepcional.

Según ha informado la Oficina Estatal de Baviera para la Preservación de Monumentos, los arqueólogos han hallado una espada de más de tres mil años de antigüedad en un estado de conservación sin parangón; prácticamente nueva (la nota de prensa distribuida por la Oficina, en la que se recogen las declaraciones del conservador general, el profesor Mathias Pfiel, indica que «prácticamente brilla»).

La espada se halló en un enterramiento triple, como parte de un rico ajuar de bronce. Se trata de un descubrimiento fascinante al hallarse en su contexto, ya que es éste, realmente, el que proporciona la riqueza inconmensurable del descubrimiento, que es, sin duda, la de permitiros saber más cosas sobre la sociedad que la produjo, algo infinitamente más valioso que lo que pueda valer el objeto material.

Un verdadero tesoro

Se trata de una tumba en la que fueron enterrados, por separado, pero en una rápida sucesión, tres individuos diferentes: un varón, una mujer, y un adolescente, en este orden. Por el momento no se conocen más datos, aunque el equipo que lidera la investigación confía en que las futuras pruebas de ADN antiguo revelen la existencia –o no– de algún tipo de relación de parentesco o de vínculo social entre los tres individuos, así como su procedencia. Esta última podrá conocerse mediante el análisis de isótopos de estroncio, que revelarán también su dieta y el origen de ésta.

Resulta fascinante que un hallazgo tan espectacular se haya producido en un contexto que incluye a una variada diversidad de individuos, tanto en cuanto a sexo como en cuanto a edad. En una época, además, en la que, gracias a los análisis osteológicos y bioquímicos, podemos conocer mucho más acerca de los individuos que componían las sociedades del pasado, y no aventurar conclusiones precipitadas como, por ejemplo, sexarlos con base en su ajuar (y, habitualmente, asumir de modo automático que las espadas pertenecían a individuos masculinos) sin tener en cuenta otras consideraciones, como que los roles sociales de las sociedades prehistóricas diferían bastante de los de las sociedades contemporáneas.

La espada pertenece a un tipo conocido en Alemania como Achtkantschwert o «espada octogonal», en referencia a la división longitudinal de la empuñadura en ocho facetas, uno de los tipos europeos más populares de la Edad del Bronce Medio, lo que ha ayudado a datar el objeto (y la tumba) en torno al siglo XIV a.C. Está realizada en bronce de una pieza, incluyendo la empuñadura.

Lo cierto es que los hallazgos de espadas de este período son raros, pero es absolutamente excepcional hallarlos como ajuares y contextualizados, por eso el conjunto del descubrimiento, incluyendo la tumba, es un verdadero tesoro. Normalmente estas espadas han sido halladas como depósitos sacrificiales, o bien, se encontraban en túmulos que fueron excavados ad hoc por coleccionistas de antigüedades y buscadores de tesoros durante el siglo XIX, por lo que, como sucede con las acciones de los «piteros» actualmente, el contexto se encuentra arruinado por completo.

Excelente estado de conservación

Esta pieza es excepcional, además, por su estado cuasi nuevo. Apenas tiene marcas de uso, aunque los investigadores afirman que se trataba de un arma real, no ceremonial. El centro de gravedad, ubicado en la parte delantera de la hoja, indica un equilibrio predominantemente cortante.

Con respecto a su procedencia, todavía no puede afirmarse nada con seguridad, hasta que no se practiquen análisis sobre los materiales. Sin embargo, sí se pueden aventurar algunos datos. En lo que respecta a esta tipología de espada, se han detectado dos áreas principales de distribución. Por un lado, las del sur de Alemania, y, por otro, las del norte de Alemania y sur de Dinamarca. Si se comparan las técnicas de fundición y de decoración, se puede comprobar que algunas de las espadas octogonales del norte son realmente réplicas de las del sur. Otras piezas, sin embargo, son verdaderas importaciones o producto de artesanos y herreros errantes.

La Edad del Bronce fue el gran tiempo de los viajes, las migraciones, los contactos y las mezclas de pueblos

Se trata de datos indudablemente fascinantes para ayudarnos a conocer mejor la Edad del Bronce, el mundo –literalmente– de los mitos, puesto que en sus márgenes cronológicos vivieron los héroes homéricos, tuvieron lugar los hechos que inspirarían a los poetas de épocas posteriores, pero, también, porque es una época sobre la que se han construido grandes mitos históricos. Uno de ellos, el de la «cultura-mundo», el de que las sociedades eran mundos estancos, se ha visto hace tiempo obsoleto, gracias a arqueólogos como Kristian Kristensen, que han demostrado de manera efectiva cómo el Bronce fue el gran tiempo de los viajes, las migraciones, los contactos y las mezclas de pueblos. Y otro, el de un idílico tiempo pacífico como preludio a la sangrienta Edad del Hierro, comienza poco a poco a erosionarse, gracias, en parte, a hallazgos como éste.

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