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Lewis y Clark en el Bajo Columbia. Pintura de Charles Russell

Lewis y Clark en el Bajo Columbia. Pintura de Charles Russell

Charles Russell, el pintor del Viejo Oeste

Russell pintó y dio testimonio de un tiempo y de unas gentes con las que había convivido y su arte fue devorado por una sociedad urbana que se moría de interés por los sucesos de la frontera

Charles Marion Russell (1864 – 1926) nació en el estado norteamericano de Missouri. Siendo muy niño, sus padres decidieron mudarse al estado de Illinois, estableciéndose en la pequeña población de Hazle Dell Farm, próxima a Jerseyville. En este lugar, Charles completó los estudios básicos y aprendió a montar a caballo ya que quien se encargó de su educación fue el marido de una prima suya: el coronel William Fulkerson del que siempre guardó una afectuosa memoria.

A los dieciséis años el muchacho se largó de casa, viajó por sus medios hasta Montana y se puso a trabajar en un rancho cuidando ovejas. Se ve que este tipo de animal no le llenó mucho ya que, tras unos meses, se fue a vivir aventuras con su amigo Jake Hoover. Este era un cazador y trampero que había conseguido adquirir un rancho en el condado de Judith Basin, en Montana.

Russell trabajó como vaquero en diferentes ranchos de la zona y, siempre que podía, echaba una mano a su amigo Jake. Pero Russell siempre había sentido la pulsión, más bien la necesidad, de dibujar lo que veía. De alguna manera aprendió a manejar los lápices y luego las acuarelas. Le hubiera gustado probar con el óleo pero era demasiado caro para él.

Durante el crudo invierno de 1886-87, Russell estuvo trabajando en el rancho O-H, el mismo condado de Judith Basin. El capataz recibió carta del dueño preguntando cómo había pasado el ganado el invierno y en qué situación se encontraba. La respuesta del capataz fue enviarle una pequeña acuarela, del tamaño de una tarjeta postal, que había pintado Russell. La acuarela mostraba a una vaca famélica en la nieve rodeada de lobos. El dueño del rancho quedó muy impresionado por la pintura y la mostró a sus amigos. Esta acuarela, posteriormente conocida como Waiting for a Chinook (Chinook son unos vientos cálidos) y retocada por el propio Russell, se convertiría en una de sus pinturas más icónicas.

Waiting for a Chinook. Pintura de Charles Russell

Waiting for a Chinook. Pintura de Charles Russell

De alguna manera, la acuarela terminó en el escaparate de una de las tiendas más conocidas de la ciudad de Helena, capital del estado de Montana. Desde ese momento le empezaron a llover los encargos al vaquero.

Russell pintó más acuarelas pero cuando se vio con una pequeña cantidad de dinero compró lo que consideró necesario y se fue a vivir un año con los indios Kainai. Estos eran una rama de la nación india de los Pies Negros. El tiempo que pasó con ellos le permitió alcanzar un profundo conocimiento de su cultura y, con el conocimiento, el respeto y el aprecio al indio.

De vuelta a la civilización, le costó adaptarse. Tenía la sensación de que la ciudad era demasiado grande y había en ella demasiada gente que hacía mucho ruido. Se trasladó al condado de Cascade que era más tranquilo.

Water for Camp, que representa la vida cotidiana de las mujeres nativas americanas

Water for Camp, que representa la vida cotidiana de las mujeres nativas americanas

En su nuevo asentamiento, corriendo el año de 1896, Charles decidió que era tiempo de asentar la cabeza. La elegida fue una jovencita de dieciocho años –el novio tenía treinta y dos– llamada Nancy Cooper. Ese matrimonio fue una bendición para el pintor pues se complementaron de maravilla. Y es que Charles era un pintor y un artista maravilloso, un individuo polifacético y autodidacta pero en todo lo demás era de una candidez absoluta.

La buena de Nancy rápidamente se hizo con la situación y se ocupó de las finanzas de Russell. Hasta el final de su vida fue ella quien se encargó de la gestión de los contratos y de la publicidad. Decidiendo cómo y con quién. Haciéndole participar en concursos y exposiciones en Norteamérica y Europa y, en definitiva, convirtiéndole en una celebridad.

Russell pintó y dio testimonio de un tiempo y de unas gentes con las que había convivido y su arte fue devorado por una sociedad urbana que se moría de interés por los sucesos de la frontera. Del Salvaje Oeste. Incluso hizo amistad con los actores de cine que protagonizaban las películas de vaqueros.

Charles Marion (curiosamente este es el verdadero nombre de John Wayne) Russell murió en 1926. Su deceso fue un acontecimiento en la pequeña ciudad de Great Falls, en el condado de Cascade, y hasta se dio vacaciones a los niños para que pudieran asistir al entierro del gran hombre. Se calcula que a lo largo de su vida –entre pinturas, acuarelas, dibujos y esculturas– hizo más de cuatro mil obras y estas no han parado de revalorizarse. En el año 2005 su pintura al óleo Piegans se remató en subasta por 5,6 millones de dólares. Es imposible encontrar un cuadro al óleo por menos de trescientos mil. No está mal para alguien que no tuvo educación artística y que dejó la escuela a los dieciséis años para seguir sus ansias de aventuras.

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