Donald Trump vuelve a la política imperialista de las cañoneras
El presidente de Estados Unidos ha publicado en sus redes sociales el interés de su país por anexionar el canal de Panamá y la isla de Groenlandia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha publicado en sus redes sociales el interés de su país por anexionar el canal de Panamá y la isla de Groenlandia. En el primer escribió un mensaje en las redes en relación a las tarifas que Panamá impone a Estados Unidos para el transporte de sus cargas por el canal, exigiendo un trato favorable o debería plantearse la devolución a los Estados Unidos de la zona del canal, provocando una fuerte respuesta del presidente panameño. En la misma línea, Donald Trump, volvió a recordar el interés que su país tiene por comprar la isla de Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, tensando las relaciones con el país escandinavo.
Con respecto al canal de Panamá, fue en 1999 cuando Estados Unidos transfirió el control a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), mediante los Tratados Torrijos-Carter, devolviendo el territorio a la actual República de Panamá. El istmo ya había si tenido en la historia interés estratégico al ser usado por los españoles en el traslado de la plata del virreinato de Perú a Panamá la vieja, siendo trasladada en reatas de mulas hasta la ciudad de Portobelo. Esta ciudad será asaltada por los corsarios ingleses en varias ocasiones. Cuando la tecnología lo permitió y los franceses construyeron el canal de Suez, se puso interés en hacer lo propio en el istmo panameño. Estados Unidos firmó el Tratado Herrán-Hay, entre el gobierno colombiano y el estadounidense, con el objeto de la construcción un canal en Panamá, que uniese ambos océanos, reduciendo los costes de transporte.
Sin embargo, el tratado fue rechazado por el Senado colombiano. Los Estados Unidos habían culminado una guerra imperial contra España en 1898 adueñándose de sus provincias ultramarinas (tenían representación parlamentaria porque no eran colonias). El dominio estadounidense del Caribe, tras la expulsión de España, permitió al país anglosajón el interés por el proyecto del istmo. El rechazo colombiano empujó a los estadounidenses a buscar a un grupo de panameños, liderados por José Agustín Arango, quienes, traicionando a su patria colombiana, proclamaron la independencia de la provincia el 3 de noviembre de 1903, para firmar un tratado que construyese el canal con los Estados Unidos. La construcción se realizó al año siguiente, inaugurándose el 15 de agosto de 1914. El Canal de Panamá se convirtió un punto estratégico de primer orden para el control de Hispanoamérica por los estados Unidos.
En cuanto a Groenlandia, el interés proviene por las inmensas riquezas que el ártico esconde y que los avances técnicos permiten su explotación. Los Estados Unidos sólo tienen presencia en Alaska y frente a Rusia, la gran potencia del norte en el futuro, pretenden rivalizar su puesto aumentando sus áreas de control expulsando a los más débiles como Dinamarca. La nación escandinava ya ha sido despojada en el pasado por los Estados Unidos de sus islas vírgenes en el Caribe, que tuvo que entregarlas bajo amenaza en 1917, y en 1944, Islandia, favoreciendo su independencia para instalar una base aérea que controlase la amenaza submarina alemana en el Atlántico norte.
Si los demócratas siempre han iniciado las guerras en las que han participado los Estados Unidos, el republicano Trump pretende devolver a los Estados Unidos a su camino de primera potencia a través de la amenaza. Bienvenidos al nuevo siglo XIX, el siglo de las cañoneras.