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Soldados españoles vigilando una manifestación del Frente Polisario contra el Partido de Unión Nacional Saharaui (25 de agosto de 1975)

Nationaal Archief

¿Qué pasó en el Sáhara cuando España se marchó?

El 28 de febrero de 1976 se arrió por última vez la bandera española en el Gobierno General de la provincia de Sáhara. Había concluido, ejecutada de manera ejemplar, la operación Golondrina

En mayo de 1973 el Frente Polisario saharaui, de corte socialista y panárabe, decidió comenzar una guerra de guerrillas contra las fuerzas españolas. Su armamento fue proporcionado por la Libia de Gadafi, mientras que de la intendencia se ocupó la Argelia del socialista Boumédiène. Las partidas del Polisario efectuaban incursiones en territorio español desde sus bases situadas en territorio argelino y mauritano.

Sin embargo, desde que a finales de 1975 los españoles comenzaron a desmantelar sus puestos avanzados en la zona norte del Sáhara, los saharauis se dieron cuenta de que habían cometido un terrible error. Su enemigo nunca había sido España; era Marruecos. Demasiado tarde. Pagarían con un enorme derramamiento de sangre su tremenda equivocación estratégica.

Invasión del Sáhara

Cuando las Fuerzas Armadas Reales (en adelante FAR) de Marruecos comenzaron a invadir el Sáhara, para su sorpresa, se encontraron con que los puestos abandonados por los españoles estaban ocupados por guerrilleros del Frente Polisario. Los saharauis, muchos de ellos militares licenciados del Ejército español, harían frente a la política anexionista de Hassan II.

La resistencia saharaui fue respondida con una represión de extraordinaria dureza por parte marroquí, lo que hizo que gran parte de la población civil buscase refugio en el interior del desierto. Entre diciembre de 1975 y enero de 1976 unas 40.000 personas, fundamentalmente niños, mujeres y ancianos, huyeron en dirección a la frontera con Argelia. Para quebrantar su voluntad de defensa, los campamentos saharauis fueron atacados por Marruecos, bombardeando de manera recurrente a la población civil con napalm.

A la desfavorable situación en el norte se sumó, desde el 10 de diciembre de 1975, la invasión por el sur del pequeño Ejército de Mauritania, equipado por su socio marroquí. Sin embargo, los mauritanos se dieron cuenta bien pronto de su incapacidad para dominar la porción del Sáhara que les había correspondido en el reparto tras los acuerdos tripartitos de Madrid.

Proclamación de independencia

En respuesta a la doble invasión de su territorio, durante la noche del 27 al 28 de febrero de 1976 los saharauis proclamaron su independencia. Había nacido la República Árabe Saharaui Democrática. Desde ese momento, el Frente Polisario, con una creciente capacidad operativa, incrementa sus acciones militares contra las fuerzas ocupantes. En los meses siguientes aumentaría la cantidad y calidad del armamento de los polisarios. Se dotarían de morteros de 120 mm, cañones sin retroceso, los famosos «órganos de Stalin», misiles portátiles SAM 7 y lanzacohetes antitanque portátiles RPG 7. A estos posteriormente se sumarían vehículos blindados de combate de infantería soviéticos BMP y BTR, además de carros de combate T-55.

Puesto que los dirigentes saharauis eran plenamente conscientes de la complejidad de luchar simultáneamente en dos frentes contra dos enemigos, decidieron concentrar sus ataques en el rival más débil: Mauritania. El Frente Polisario realizó en julio de 1976 una intrépida incursión de 400 kilómetros a través del desierto, alcanzando los suburbios de Nuakchot, capital y ciudad más poblada de Mauritania. Desde allí hicieron fuego contra la presidencia del gobierno con cañones sin retroceso.

En mayo de 1977 atacaron la ciudad minera de Zueratt, protegida por un muro de más de 60 kilómetros y guarnecida por unos 1.000 hombres, produciendo numerosas bajas y capturando a seis franceses. Y en julio volvieron a atacar la capital mauritana, esta vez partiendo desde Tinduf en Argelia y atravesando más de 1500 kilómetros de desierto. El continuado hostigamiento llevó a que el 5 de agosto de 1979 se firmara un acuerdo de paz entre Mauritania y el Frente Polisario. Ahora los esfuerzos militares saharauis se concentrarían en derrotar a Marruecos.

Guerra abierta

Tras su abandono por Mauritania, la zona sur del Sáhara fue ocupada por las FAR marroquíes, lo que aumentó su vulnerabilidad. En esta época los polisarios disponían de unos 20.000 efectivos y una estructura de ejército convencional. Las FAR contaban con unos 120.000 hombres, la mayor parte de ellos desplegados en el Sáhara.

Algo antes, a principios de 1979, los saharauis habían desencadenado una feroz ofensiva que puso a Marruecos contra las cuerdas. En los primeros meses de 1980 su derrota parecía inminente. En vista de su manifiesta incapacidad para ocupar de forma efectiva el Sáhara, las FAR cambiaron su estrategia. Abandonaron los puestos y fortificaciones que ocupaban, manteniendo únicamente en su poder las poblaciones más importantes, y organizaron columnas motorizadas para llevar a cabo operaciones contraguerrilla. Sin embargo, el Polisario siguió teniendo la iniciativa, disfrutando de una gran libertad de acción para atacar a las FAR donde y cuando querían, causando numerosas bajas.

Así que Marruecos pasó a una estrategia basada en la construcción de grandes muros, adoptando una actitud defensiva estática. Entre 1980 y 1987 se levantó un conjunto de muros con una longitud total superior a los 2.000 kilómetros. Aunque se redujeron las bajas de las FAR, los marroquíes no consiguieron impedir las incursiones del Frente Polisario.

Pero tras doce años de guerra ininterrumpida, los dos bandos estaban extenuados. Ambos eran plenamente conscientes de la imposibilidad de derrotar a su enemigo. Comenzarían entonces diversas conversaciones de paz, que siempre contemplaban la celebración de un referéndum sobre el futuro del Sáhara tomando como base el censo que los españoles realizaron en 1974. El problema sigue latente.