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El cañón de bronce de la expedición de Colorado

El cañón de bronce de la expedición de ColoradoDeni J. Seymour

Hallan el arma de fuego más antigua de Estados Unidos: es un cañón de la expedición española en Arizona

El conquistador Vázquez de Coronado estuvo buscando oro y piedras preciosas en Arizona y Nuevo México entre 1540 y 1542

El conquistador español Francisco Vázquez de Coronado quiso emprender una ambiciosa expedición por Arizona y Nuevo México: en 1540 partió en busca de las «Siete Ciudades de oro» de Cíbola, que según el relato de fray Marcos de Niza, aquel lugar era similar en grandeza a la capital del Imperio mexica. Durante dos años recorrieron las actuales Arizona, Nuevo México, Texas, Oklahoma y Kansas para encontrar las fabulosas riquezas de las que hablaban las leyendas indígenas.

Aunque la expedición terminó en fracaso, pues no se encontró ningún rastro del oro, la marcha de Coronado fue la primera incursión prolongada de los europeos en el oeste del moderno Estados Unidos y se recabaron datos sobre un territorio y sus habitantes de los que nada se sabía en el Viejo Mundo.

Francisco Vázquez de Coronado parte hacia el norte obra de Frederic Remington

Francisco Vázquez de Coronado parte hacia el norte obra de Frederic Remington

Ahora, un equipo de arqueólogos independientes han descubierto en el sur de Arizona una evidencia de aquella empresa: un cañón de bronce que fue utilizado por la expedición española y el arma de fuego más antigua hallada hasta la fecha en Estados Unidos. Es «una de las primeras, si no la primera, encontrada en un contexto confiable en el Nuevo Mundo», apunta los investigadores Deni J. Seymour y William P. Mapoles en un estudio publicado en el International Journal of Historical Archaeology.

El descubrimiento se ha realizado en el valle del río Santa Cruz, en el suelo de una antigua estructura de piedra y adobe construida por los españoles, explican los autores del estudio. El arma, conocido como cañón de pared, «es un artefacto de valor incalculable», según Seymour y Mapoles. Se trata de un modelo primitivo del arma que necesitaba de dos personas para ser utilizada. Con 106 centímetros de largo y 18 kilos, el cañón de pared estaba hecho para la defensa de una muralla o fortificación; sin embargo, puede que Coronado y sus soldados la utilizasen para abrir brechas en las paredes de madera o adobe las estructuras indígenas.

«La expedición de Coronado trajo piezas de artillería para que, mientras viajaban a tierras desconocidas, pudieran atravesar las murallas de madera o de adobe ligero de las ciudades que encontraban y así poder repeler a cualquier enemigo», advierten los especialistas.

«Era la pieza perfecta para llevar en esta expedición debido a su peso ligero, su naturaleza duradera y su facilidad de uso», apuntan los investigadores. Aunque el estudio también revela que los artilleros no debieron de tener tiempo de utilizar el arma, pues fue encontrada descargada y sin signos de haber sido usada en batalla.

Este cañón es el primero descubierto de la expedición de Coronado y quizá el más antiguo hallado en tierras norteamericanas, excluyendo aquellos que se han encontrado en naufragios. Además de esta valiosa pieza del pasado, los arqueólogos también encontraron en el yacimiento fragmentos de cerámica europea y recipientes de aceite, trozos de vidrio y partes de otras armas.

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