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Imagen de la estatuilla de bronce encontrada durante las excavaciones en Bracara Augusta

Imagen de la estatuilla de bronce encontrada durante las excavaciones en Bracara AugustaMuseu de Arqueologia D. Diogo de Sousa

Una estatuilla romana del siglo II podría revelar un caso de síndrome de Crouzon en la antigüedad

Aunque este síndrome no era conocido por los médicos antiguos, el arte permite vislumbrar cómo estas condiciones impactaron a las personas y sus representaciones culturales

Arqueología,, historia del arte y medicina se unen en un mismo descubrimiento. Un equipo de arqueólogos ha descubierto una estatuilla de bronce del siglo II d.C. en la antigua Bracara Augusta, la actual Braga en el norte de Portugal. Según los investigadores, esta representación podría contener evidencias de una rara enfermedad genética conocida como síndrome de Crouzon, un trastorno muy poco frecuente que se presenta al nacer.

Esta enfermedad se caracteriza por la fusión prematura de ciertas suturas del cráneo del bebé que impide su crecimiento normal y que afecta a la forma en la que se desarrollan la cabeza y el rostro. La figura, recuperada en las excavaciones arqueológicas en el monte Cividade, presenta rasgos faciales singulares, como unos ojos protuberantes (exoftalmos), desviación ocular (exotropía) y asimetría facial.

Debido a estas peculiaridades, los investigadores han aplicado una técnica llamada iconodiagnóstico, que consiste en utilizar el arte para llevar a cabo una evaluación clínica en busca de trastornos y enfermedades del pasado.

Patologías antiguas

Los investigadores han destacado el gran detalle y precisión con la que fue tallada la imagen de Bracara Augusta, lo que demuestra la gran destreza del artista para reflejar con todo lujo de detalles las características físicas de la modelo. Por ello, aunque en la antigüedad los médicos no conocían este síndrome, el arte permite vislumbrar cómo estas condiciones impactaron a las personas y sus representaciones culturales.

La figura lleva una corona mural, un símbolo tradicional de las diosas patronas de las ciudades grecorromanas, como las divinidades Tyche y Fortuna. Estas deidades, vinculadas a la prosperidad, la fertilidad y a la abundancia, se representaban generalmente con una cornucopia, un emblema de la abundancia. Sin embargo, la estatuilla de Bracara Augusta sostiene una serpiente enroscada en un bastón, un atributo habitualmente asociado con deidades de la salud, como Asclepio y su hija Higía.

Vistas laterales de la figurilla descubierta en Bracara Augusta

Vistas laterales de la figurilla descubierta en Bracara AugustaManuel Santos (Museu de Arqueologia D. Diogo de Sousa)

De esta manera, la asociación de esta figurilla con la diosa Salus, la equivalente romana de la diosa Higía, «sugiere una conexión con los cultos a la salud y a la protección que se llevaban a cabo en Bracara Augusta», advierten los arqueólogos. Este vínculo quedaría reforzado por el hallazgo de un ara votiva dedicada a Asclepio e Higía descubierta en la misma región.

En contraste con las representaciones idealizadas de las divinidades, esta imagen se caracteriza por sus rasgos singulares y su expresión de tristeza. Los investigadores sugieren que la modelo (tal vez una sacerdotisa) pudo haber sido seleccionada para representar a una diosa precisamente por sus distintivos rasgos faciales, que pudieron ser percibidos como algún tipo de señal divina.

Los arqueólogos han destacado que este descubrimiento tiene grandes implicaciones para la paleopatología, ya son pocos los casos, a lo largo de la historia, en los que se han podido documentarse algunos casos de síndrome de Crouzon. Además, esta figurilla es un «caso único dentro del contexto grecorromano», ya que es la primera vez en la que se especula con la posibilidad de la existencia de esta rara enfermedad en una obra de arte de ese período.

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