Así funciona el misil supersónico con capacidad nuclear que lanzó China
Son muy difíciles de interceptar por cualquier sistema defensivo actual y tienen un alcance casi planetario
Mientras Estados Unidos y Rusia se encuentran en plena carrera armamentística por la creación de una nueva generación de misiles de largo alcance, un informe desveló que China ha dado grandes avances con esta tecnología. Se trata de misiles hipersónicos que son más difíciles de detectar e interceptar y, además, tienen capacidad para transportar armamento nuclear.
El Debate explica en una infografía cómo funcionan este tipo de misiles.
Los proyectiles hipersónicos viajan a más de cinco veces la velocidad del sonido en la atmósfera superior, o lo que es lo mismo a 6.200 km por hora (3.850 mph). Es más lento que un misil balístico intercontinental y puede maniobrar en pleno vuelo, lo que los hace difíciles de rastrear y destruir.
La combinación de un misil con un cohete, que puede lanzarlo parcialmente a la órbita, sumado a un sistema de bombardeo orbital fraccional (FOBS por sus siglas en inglés), podría dejar a los adversarios sin tiempo de reacción ya que son casi imposibles de detectar por los mecanismos de defensa tradicionales.
Los misiles balísticos intercontinentales (ICBM), por el contrario, llevan cabezas nucleares en trayectorias balísticas que viajan al espacio pero nunca llegan a la órbita.
Tanto EE. UU. como la antigua Unión Soviética comenzaron a estudiar durante la Guerra Fría los sistemas de bombardeo de órbita fraccionada. A partir de 1970, se implementaron en la URSS, pero los retiraron a mediados de los 80. Los misiles balísticos que se lanzaban desde un submarino tenían muchas de las ventajas de los FOBS (reduciendo los tiempos de detección y haciendo imposible saber de donde vendría un ataque) y se consideraban menos desestabilizadores.
Rusia anunció el pasado mes de julio que había probado con éxito un misil de crucero hipersónico Zircon (Tsirkon). Los Zircon son capaces de realizar un vuelo aerodinámico prolongado, maniobrando en las capas densas de la atmósfera y sirviéndose de la propulsión de su propio motor durante toda la trayectoria de vuelo.
Por su parte, Estados Unidos lanzó en septiembre un arma hipersónica que opera mejor en una atmósfera rica en oxígeno donde la velocidad y la maniobrabilidad hacen que sea difícil de detectar de manera oportuna. «Podría atacar objetivos mucho más rápido que los misiles subsónicos y tiene una energía cinética significativa incluso sin explosivos de alta potencia», explicaron desde el Pentágono.