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Líder polaco Mateusz Morawiecki

Líder polaco Mateusz MorawieckiAFP

Polonia

El Parlamento Europeo acusa al primer ministro de Polonia de querer forzar su salida de la UE

Se sigue perpetuando la falsa narrativa del «Polexit»

Los líderes de los principales grupos políticos del Parlamento Europeo reprendieron al primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, por su defensa de la sentencia del Tribunal Constitucional polaco que determina la supremacía del derecho doméstico sobre el europeo y le acusaron incluso de colocar a su país a las puertas de la salida de la UE.

Populares, socialdemócratas, liberales, verdes e izquierdistas se alinearon frontalmente contra Morawiecki, presente en el debate, y le acusaron de desatar una crisis no vista antes en la Unión Europea, mientras que la extrema derecha y los conservadores reformistas respaldaron a Varsovia.

«La gente se da cuenta de lo que está en juego: el Polexit. Quien rechaza la primacía del derecho europeo, quien rechaza la independencia judicial está abandonando la comunidad europea», aseveró el líder de los populares en la Eurocámara, Manfred Weber, quien incidió en que la independencia del Tribunal Constitucional polaco está en cuestión.

El político alemán afeó a Morawiecki querer azuzar y hacer «más débil» al club comunitario, lo que contentará a «los adversarios que quieren una UE endeble y separada», en concreto, al mandatario ruso Vladimir Putin, apuntó.

La sentencia polaca ha creado una «crisis sin precedentes», aseguró por su parte la líder de los socialdemócratas, Iratxe García, quien coincidió con su compañero popular en que esta decisión acerca a Polonia a la salida de la UE.

«Gobiernos como el suyo han emprendido un camino de regresión y autoritarismo. Pero su problema no es con el ordenamiento jurídico, es con los principios de la democracia y el Estado de Derecho», espetó la socialista al mandatario polaco con un tono muy duro.

Piden rechazar el plan de recuperación polaco

Rechazar el plan de recuperación de Polonia y activar el mecanismo de condicionalidad del Estado de Derecho fueron las peticiones que trasladó el líder de los liberales, Malik Azmani, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, quien minutos antes había intervenido en el debate.

«No más peros», sentenció Azmani quien acusó a Morawiecki de «infectar» durante años las mentes polacas con «mentiras y manipulaciones» y de tratar de sacar a Polonia de la UE de «forma taimada».

«Lo que hace el Gobierno de Polonia es un ataque a la propia existencia de la UE. Nuestra unión no es solo una unión económica, es de paz, de cooperación, y las mismas normas se aplican a todos», sostuvo por su parte la líder de los verdes, Ska Keller, quien advirtió de que si el bloque no actúa se ponen en riesgo los propios pilares europeos.

Porque el pulso de Varsovia es un «test para todos», pero sobre todo para la Comisión. «Von der Leyen sigue siendo la guardiana de los tratados. Si un Estado cuestiona las leyes básicas, la Comisión tiene que actuar», arguyó.

Sobre la mesa del debate también se colocó la limitación casi total del aborto y las zonas libres de personas LGTIBQ en Polonia. Fue el líder de los izquierdistas, Martín Schirdewan, quien más inquirió en la espiral de casos que han enfrentado a Bruselas y Varsovia.

«En Polonia se está produciendo una transformación autoritaria que no solo se aplica al poder judicial, sino incluso al ejercicio de derechos fundamentales», advirtió

La extrema derecha respalda a Polonia

En la más de media hora -casi el mismo tiempo que empleó Morawiecki en su discurso- en la que los líderes vertieron sus opiniones en el hemiciclo de la Eurocámara, el primer ministro polaco encontró la mano amiga del grupo Identidad y Democracia y también de los Conservadores y Reformistas Europeos, en el cual se integra su partido.

El líder de los reformistas, Ryszard Legutko, acusó a la Eurocámara de querer «imponer una visión izquierdista», de neutralizar a la oposición y de librar una «guerra fría» para desestabilizar los gobiernos conservadores dentro de la UE.

En términos similares se pronunció el líder de Identidad y Democracia, Nicolas Bay, que acusó a Bruselas de preocuparse por la separación de poderes solo «en algunos países» y denunció una supuesta «persecución» de la UE contra Estados soberanos cuyos gobiernos son «elegidos y reelegidos» democráticamente.

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