Blackout
Austria prepara a su población ante un posible gran apagón eléctrico
Desde el Gobierno han repartido carteles con los que invitan a la ciudadanía a llenar sus despensas con provisiones
¿Qué hacer cuando todo se para? Con esta pregunta el Gobierno de Austria ha lanzado una campaña para concienciar al país sobre qué ocurriría si se produjese un gran apagón eléctrico (blackout, en inglés), de tiempo indefinido, que dejase sin agua o luz a la población.
Aunque no consideran que pueda ser un peligro inminente sí es «un peligro real, aunque subestimado», aseguró hace unos días la ministra de Defensa Klaudia Tanner. «Austria no es ninguna isla de bendecidos sino que está en el medio de toda Europa. Por tanto, tenemos que contar con un posible apagón eléctrico en los próximos años. La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo», insistió.
Al parecer la red eléctrica del país, que acaba de firmar un contrato hasta 2032 con el Estado por valor de 3.500 millones de euros, ha sufrido recientemente «160 fallos», según informó la propia compañía Red Eléctrica de Austria (APG) en rueda de prensa el pasado 27 de septiembre. Y aunque fueron estabilizados de inmediato, esta situación junto con los caos eléctricos ocurridos en Croacia el pasado 8 de enero y España, Portugal y parte de Francia el 24 de julio, pone de manifiesto la fragilidad a la que los países desarrollados, cada vez más digitalizados, estamos expuestos si de repente cayese el sistema eléctrico. Para Gerhard Christiner, director técnico de APG, el cambio climático y el tiempo extremo, con intensas olas de calor y frío, aumentan el riesgo de un blackout.
Un apagón conllevaría que neveras, congeladores, semáforos, coches eléctricos, ordenadores, cajeros automáticos, teléfonos o internet, entre otros servicios, dejaran de funcionar.
«Es bastante improbable que esto ocurra pero no puedo cerrar la posibilidad a que no pase», ha indicado el experto en sistemas eléctricos Herbik Renner. En la misma línea se expresó también el ministro del Interior austríaco, Karl Nehammer, quien señaló que un apagón se podría convertir en «una de las mayores amenazas para un Estado moderno».
Así, desde el pasado 13 de octubre Defensa ha lanzado esta campaña de concienciación para la población civil que incluye inserción publicitaria en medios y la difusión de 6.285 carteles informativos con los que se invita a la población a llenar sus despensas con provisiones como agua potable, alimentos duraderos como arroz y pasta y comida en conserva, velas, pilas, combustible, linternas, un hornillo portátil de gas y dinero en efectivo.
Además, Interior también ha desarrollado un protocolo de actuación con el que reforzar el despliegue policial en caso de apagón con tal de evitar saqueos y regular el tráfico frente a una previsible caída de los semáforos y ha prometido que de cara al 2025 cien de sus principales cuarteles militares serán autosuficientes en cuestiones relacionadas con la energía, el combustible, el agua potable y los alimentos.
Por su parte, el Ejército ha realizado en el último año y medio varias maniobras en las que se ensayó la respuesta ante un apagón eléctrico y cómo mejorar la coordinación con la policía y otras organizaciones.
«Un apagón es una amenaza con un gran impacto en la sociedad. Y es importante que todos los servicios de emergencia, como la policía, las ambulancias o los bomberos, sigan funcionando. En caso de un apagón, la tarea principal de las Fuerzas Armadas es abastecer y apoyar a otras organizaciones de emergencia», indicó el teniente coronel Pierre Kugelweis en declaraciones a los medios.
Escasa repercusión
No obstante, y pese a lo alarmante que pueda resultar esta campaña, la tranquilidad reina en el ambiente en Austria y, al parecer, este mensaje ha tenido escasa o ninguna repercusión entre la población incluso diez días después de su lanzamiento.
«No había escuchado nada acerca del tema y juraría que tampoco ninguna de mis amistades. Tampoco he visto ningún cartel por la calle pero, en cualquier caso, estoy segura de que no debe ser nada preocupante o, al menos, el apagón no se prevé inminente porque entonces el Gobierno sí se hubiera encargado de que estuviéramos todos enterados», comenta a El Debate, Lucía Sabeti, una española residente en Austria.