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El primer ministro de Reino Unido, Boris JohnsonEFE

COP26

¿Y si falla la COP26? Preguntas y respuestas de la cumbre que suscita más dudas que soluciones

Sopesamos las expectativas y realidades para determinar si realmente 'a la 26 va la vencida'

El domingo 31 de octubre, el primer ministro británico Boris Johnson inauguró la conferencia de la COP26 con un mensaje a partes iguales solemne y pesimista: «Si fallamos, nuestros hijos no nos perdonarán». 

Pende sobre la cumbre, en la que líderes políticos de todo el globo se reúnen para frenar de una vez por todas el cambio climático, una presión casi apocalíptica. Pero a pesar de las altas expectativas de que dos semanas de conferencias logren resolver la crisis más severa del siglo 21, los expertos y analistas desconfían de que, tras 25 COPs idénticas, a la 26 vaya la vencida.

Durante el día de ayer, los líderes mundiales dieron uno por uno discursos idénticos en tono, delatando la urgencia de la crisis y ofreciendo muy pocas ideas para resolverla. Destacan promesas como la de Narendra Modi, primer ministro de la India, (tercer país más contaminado del mundo), que se compromete a reducir sus emisiones a cero para 2070 -dos décadas después de la fecha límite recomendada por la ONU.

El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, no buscó suavizar las circunstancias en su propio discurso. Señaló las oportunidades perdidas en estos últimos 5 años de Conferencias y las promesas rotas de la última década. La clave para entender su frustración está en el propio nombre; ni COP tres, ni COP cuatro, COP veintiséis. Guterres acusó a los líderes mundiales «de tratar al planeta como un retrete», y se quejó de que «estamos cavando nuestras propias tumbas».

Entonces, ¿en que focalizarán sus esfuerzos los asistentes a la conferencia? Las expectativas de la cumbre son muchas y nada simples. Según el informe del Instituto de Contables de Inglaterra y Gales, los objetivos de la COP26 son cuatro:

LOS 4 PILARES DE LA COP26

  • Asegurar cero emisiones globales netas en el año 2050, para bajar a 1.5 grados Celsius la temperatura del planeta. Para ello, los países tendrán que abandonar su dependencia del carbón, tornándose a las energías renovables y frenando la deforestación.
  • Adaptarse a los cambios climáticos y temperaturas extremas invirtiendo en nuevas infraestructuras y medidas de protección a los ecosistemas.
  • Honrar el compromiso firmado en el tratado de París de 2015: los países desarrollados tendrán que donar al menos 1 billón de dólares en total a las naciones en vías de desarrollo, anualmente.
  •  Asumir que este problema es de todos. Facilitar y dedicarse a la cooperación internacional para buscar juntos la solución a la crisis.

Son objetivos ambiciosos y optimistas que a continuación analizamos si estamos cerca de cumplirlos.

Adiós al carbón

El Reino Unido quiere ver compromisos claro de los países para renunciar al carbón como fuente de energía. El presidente de la COP26, Alok Sharma, pidió «con urgencia a los países que pongan en marcha la acción necesaria para dirigirse a un mundo más limpio. Para que el carbón pase a la historia».

Pero la información compilada por el medio POLITICO señala lo lejos que estamos de cumplir este objetivo. Tras analizar el comercio de carbón en 2019 muestra que países como Indonesia y Rusia exportaron más de 20 billones de dólares en carbón, mientras que Sudáfrica, que es el país con mas contaminación por persona, exportó 5.7 billones. Las cifras de Australia llegaron a 51.4 billones de dólares ese año.

Otro dato muestra que, mientras India, EE.UU. y la Unión Europea han reducido modestamente su consumo de combustible fósil, China ha incrementado astronómicamente: de 29.56 unidades, a 81.67 en menos de 20 años.

Críticamente, tenemos que ir aún más lejos y los líderes deben actuarAlok Sharma, presidente de la COP26

Incluso Europa, presunto «bloque» de unidad, varía extensamente en sus objetivos respecto al carbón. Así, países como Francia, Italia y Portugal se comprometen a dejar el carbón antes de 2025, España y Dinamarca prevén este cambio para 2030, y Alemania y Polonia están entre las naciones que no creen poder deshacerse del carbón hasta después de 2030. Muchos son los países, como la República Checa, que aún no tiene fecha prevista.

1.5 grados Celsius y '0' emisiones netas, las cifras estrella

No hay indicios de optimismo en los flancos del Reino Unido. Boris Johnson denuncia el magro avance de iniciativas climáticas en el G20, alegando que el progreso solo había avanzado «un par de pulgadas». En una conferencia de prensa previa a la COP26, Johnson pidió que los compromisos de otros países para reducir sus emisiones fueran mas fuertes

El presidente de la COP26, Alok Sharma, expuso el problema con urgencia, señalando que «el panel intergubernamental para el cambio climático había anunciado un código rojo de emergencia, pidiendo que actuemos inmediatamente si no queremos rebasar el límite de 1.5 grados Celsius».

POLÍTICO estima que nuestras capacidades de CO2 se agotará en los próximos 7 años, 8 meses, y 19 días. Los compromisos actuales «no son compatibles», según Sharma, con los objetivos acordados en 2015 en el tratado de París.

Ayudas económicas a países en vías de desarrollo

«Los países del G20 producen un 80% de las emisiones globales. La respuesta del G20 será decisiva a la hora de cumplir el objetivo de 1.5 grados Celsius», decía Sharma

A la hora del tratado de París, los entonces países más desarrollados prometieron donaciones de hasta 1 billón de dólares en total a los países en vías de desarrollo, por año. Pero a día de hoy, los países ricos que dependen del carbón o del petróleo se oponen a las agendas del G20, mientras que los países mas pobres, que no tienen infraestructura de adaptación, suplican ayuda contra las circunstancias que para ellos son mortales.

Ya se retrasó a 2023 la fecha para el inicio de las donaciones, que en su primer momento era el 2020.

Cooperación y compromiso mundial

Si la COP26 ha de señalar las nociones de «trabajo en equipo» que tienen nuestros líderes, la situación se muestra pesimista. Ya quedó excluida de la cumbre la ministra israelí Karine Elharrar, por ir en silla de ruedas. A falta de rampas e infraestructura para discapacitados, la ministra no pudo acceder a la conferencia. La cumbre perdió también una gran presencia diplomática con la ausencia de la Reina Isabel II, veterana en todas las cumbres, y gran abogada de la lucha contra el cambio climático.

El objetivo de los primeros días de la cumbre era otorgar una plataforma a cada líder internacional para que expusiera los planes del país para combatir el cambio climático. Los países debían mandar, como parte del Acuerdo del Clima de París, «planes de acción climática», y actualizarlos de cara al COP26. «El tratado de París funciona tal y como pensaban sus arquitectos», comunicó Alok Sharma, «Está aumentando la ambición. Pero, críticamente, tenemos que ir aún más lejos, y los líderes deben actuar».

La información compartida por la convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), sin embargo, muestra que muchos países, como Australia, China, Rusia y Japón no prevén el objetivo de emisiones netas cero hasta pasado 2050. Más inquietante aún es el hecho de que pocos actualizaron sus contribuciones nacionales, como se acordó en el tratado de París; ni China, ni Rusia, ni la India. De hecho, ni Vladimir Putin, presidente de Rusia, ni Xi Jinping, presidente de China, asistieron personalmente a la cumbre.