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Diccionario Petit Robert, foto de archivo

Diccionario Petit Robert, foto de archivoAFP

Francia

«No forman parte del futuro de nuestra lengua»: el Gobierno de Francia rechaza los pronombres 'inclusivos'

Miembros del Gobierno de Macron y autoridades lingüísticas se pronuncian contra la introducción de un pronombre no-binario en el diccionario Le Petit Robert

El diccionario Petit Robert, institución lingüística en Francia, se ha visto esta semana en el eje de la indignación popular al presentar la existencia de un nuevo pronombre. Este intento de apaciguar a activistas de la ideología de género inspiró una reacción negativa tanto del público general como del propio Gobierno francés, que reniegan de lo que consideran «wokeismos» de influencia americana.

El Robert, que pertenece a la empresa privada Dictionnaires le Robert, se publica desde los años sesenta y esta en su cuarta edición; con una media de venta de 200.000 ejemplares al año, es el diccionario que más se compra en Francia después de Le Petit Larousse.

Los lectores se sorprendieron al ver el nuevo pronombre «iel» junto a «il» (él) y «elle» (ella) en su última edición online. La palabra, que también puede adquirir terminaciones femeninas o plurales en «ielle» o «iels/ielles», se define como pronombre de tercera persona «para referirse a gente de cualquier género».

[Es] una lengua desunida, dispar en su expresión, que crea una confusión rayana en la ilegibilidadLa Academia Francesa, sobre el lenguaje inclusivo

Este último amago por parte de los activistas de género de deformar el lenguaje en honor al género y la inclusión de minorías ha provocado las protestas del diputado François Jolivet a l’Academie Française, guardiana oficial del lenguaje. Jolivet pertenece al gabinete del presidente liberal Emmanuel Macron, mientras que l’Académie regula oficialmente la lengua francesa y sus decretos se aplican a todas las comunicaciones públicas, incluyendo a locutores y periodistas.

«Este es el precursor a la ideología ‘woke’, la destructora de nuestros valores», imploró Jolivet, añadiendo que «este tipo de iniciativa termina por ensuciar el lenguaje y dividir a sus usuarios en vez de unirlos».

A pesar de que la academia aún no ha respondido se recuerda una publicación suya de 2017, advirtiendo contra el lenguaje inclusivo, alegando que era «una lengua desunida, dispar en su expresión, que crea una confusión rayana en la ilegibilidad».

Jean-Michel Blanquer, el ministro de Educación, apoyó a Jolivet con un tuit expresando que la palabra «iel» y otros inventos inclusivos «no forman parte del futuro de la lengua francesa». 

Otros expertos, incluyendo a lexicógrafos rivales, argumentaron que el pronombre ignora el hecho de que el género gramatical forma parte de la estructura del francés, al igual que las demás lenguas románicas que emergieron del latín.

También el editor del diccionario Larousse, Bernard Cerquiglini, razonó que el nuevo término era inútil: «En francés, el masculino cubre también el genérico. Funciona así desde los tiempos del vulgar latín», contó al periódico Le Figaro, refiriéndose a la primacía gramatical del masculino sobre el femenino.

Por otra parte, el director del Petit Robert, Charles Bimbenet, declaró que la implementación del «iel» venía del aumento en su uso. Los editores del diccionario lo añadieron «tras comprobar su frecuencia en una gran gama de textos», añadiendo que la publicación recibió feedback positivo de la mayoría de sus lectores.

Un lenguaje común en redes

¿Realmente es común en Francia el uso del lenguaje de inclusión de género? Hasta esta semana, poca gente en Francia conocía el término «iel», de «género no-binario», que existe más bien en el escrito y no en el oral.

El medio Franceinfo entrevistó a Matheiu Avanzi, investigador de lingüística en la universidad de La Sorbonne, para sopesar si el pueblo francés está familiarizado con el pronombre «iel».

«El pronombre ha empezado realmente a aparecer a principios del 2020. Sospechamos que la salida del armario del actor canadiense Elliot Page, reivindicándose no-binario, tuvo algo que ver. Desde entonces, vimos que el pronombre ganaba en popularidad, pero solo en algunas esferas de la sociedad –las redes, la web, WhatsApp–», explica. «Nunca lo oímos en el oral, en la prensa, o en la televisión».

Es cierto que desde los años 90, las mujeres en altos cargos del gobierno francés han ido intentando diversificar la lengua, refiriéndose a sus puestos como «madame la ministre», por ejemplo, cambiando el «le» masculino por su versión femenina.

Pero incluso hoy en día no se acepta su uso; en 2017, el primer ministro francés Edouard Philippe, bajo el mando de Emmanuel Macron, prohibió el uso de los pronombres «neutrales» en todos los documentos oficiales del gobierno.

«De cualquier manera, es curioso que el Petit Robert, que es guía y referencia lingüística para muchos, haya tomado la decisión tan rápidamente», continúa Avanzi. «Los lexicólogos que trabajan para el diccionario suelen ser prudentes a los efectos de las modas, y esperan a comprobar si las palabras entran realmente en uso, algo que aún no sabemos del ‘iel’».

«Quedan las preguntas: ¿Cómo reflejará ciertos adjetivos, o participios? Es difícil al oral, hay algunas soluciones propuestas, pero estas exigirían una reforma total del sistema de adjetivos del francés», termina Avanzi

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