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Inmigrantes se reúnen para obtener ayuda humanitaria difundida por militares bielorrusos en el campamento en la frontera entre Bielorrusia y Polonia en la región de GrodnoEFE / EPA / STR

Crisis migratoria

Los migrantes refugiados en un hangar de Bielorrusia aún esperan poder entrar en la Unión Europea

Así son los campamentos que albergan a los cientos de migrantes que Lukashenko no ha repatriado todavía

Son casi 600 migrantes, venidos de países como Irak, Turquía, Irán y Siria, los que aún esperan en campamentos improvisados a regresar a sus países o poder entrar en la Unión Europea. Las condiciones son duras; duermen sobre colchones a ras del suelo en un hangar superpoblado.

Se trata de los migrantes que acudieron a Bielorrusia a principios del otoño con la esperanza de cruzarla hasta Polonia. La Unión Europea estima que fue el propio Gobierno de Bielorrusia quien trajo a los migrantes hasta la frontera, en un intento de desestabilizar el bloque europeo.

Su presidente, Alexander Lukashenko, no niega haber orquestado la crisis. Ante la endurecida respuesta de Europa, ha empezado operaciones de repatriación de los migrantes, pero dice permitir a aquellas personas que sigan deseando entrar en Europa el quedarse en Bielorrusia mientras lo intento.

Siria no es nada, no tengo nada -ni hogar, ni colegio, ni trabajo. No tengo nadaYemen Jndali, sirio

Los empleados y voluntarios de la OIM, Organización Internacional de la Migración, están dedicando todo su trabajo a convencer a los migrantes de volver a sus países. Sin embargo, la mayoría de la gente se ha gastado sus ahorros en acceder a la frontera y no quieren rendirse.

Un migrante de Siria, llamado Yemen Jndali, contó al periódico Reuters que pensaba quedarse. «No puedo volver al bosque [de la frontera] y no puedo volver a Siria. Siria no es nada, no tengo nada -ni hogar, ni colegio, ni trabajo. No tengo nada».

Hay muchos niños pequeños entre los cientos de extranjeros que pasan sus días durmiendo, haciendo colas para la comida, deambulando por el enorme hangar, o jugando partidas de futbol.

Mohamed Refaad, coordinador senior de operaciones de la OIM, explica que el Gobierno, las autoridades locales, y la Cruz Roja de Bielorrusia estaban cooperando para apoyar a los migrantes, pero que aún eran necesarias más comida, más camas, y una educación para los niños.

«Estamos trabajando para aumentar esfuerzos y suplir todas estas necesidades», comentó.

Yuri Karay, asesor presidencial bielorruso, contó que aquellos que rechazaron la oferta de volver a sus países natales estaban aún convencidos de querer llegar hasta Europa. Si alguno quisiera permanecer en Bielorrusia, «tendrán que entender que aquí no tenemos ayudas sociales, deberán trabajar para sobrevivir».