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Vigilancia a minorías en XinjiangAFP

China acusa a EE.UU. de «bullying económico»

Según el Gobierno chino, las sanciones de Estados Unidos por sus abusos a minorías buscan minar el desarrollo de China

China ha acusado a Estados Unidos de «bullying económico» después de que su presidente, Joe Biden, firmase una ley que prohíbe las importaciones de Xinjiang. La nueva ley surgió a raíz de acusaciones a China por trabajos forzados y abusos a la minoría musulmana Uigur.

La Ley de Prevención de Trabajos Forzados a Uigures se centra en tres productos en particular: el algodón, del cual Xinjiang es uno de los mayores productores globales, los tomates, y la polisilicona, material que se usa para crear placas solares.

En una excepcional decisión bilateral, el Senado votó de forma unánime para convertir a Estados Unidos en el primer país que prohíbe prácticamente todas las importaciones de la región. Se estima que un 20 % de toda la ropa importada en EE.UU. anualmente contiene algodón de Xinjiang.

Beijing condena la medida, acusando a Estados Unidos de «violar las leyes internacionales» y de «difamar maliciosamente» a China: «EE.UU. está llevando a cabo manipulación política y coerción económica, y busca minar la prosperidad y estabilidad de Xinjiang, frenando el desarrollo de China bajo el pretexto de los derechos humanos».

Beijing urgió a Estados Unidos a «corregir sus errores inmediatamente», amenazándolo con «responder».

Abogados de los derechos humanos, testigos, y el Gobierno de Estados Unidos aseguran que más de un millón de Uigures y otros musulmanes de habla turca están encarcelados en campos chinos, con el objetivo de eliminar sus culturas y tradiciones islámicas y asimilarlos a la cultura China Han. Washington tacha la campana de genocidio; China niega los alegatos y los tilda de «viles mentiras ideadas por fuerzas anti-China».

Beijing admite regentar «centros de reeducación y entrenamiento vocacional», pero asegura que lo hace para preparar a la población local a obtener habilidades laborales y aprender la lengua china. Alega que son esfuerzos necesarios para erradicar el extremismo en la región.

Tras aprobar la ley, el presidente Joe Biden tuiteó: «Hoy, he firmado la Ley de Prevención de Trabajos Forzados. Estados Unidos seguirá utilizando cada herramienta a nuestra disposición para asegurar que las cadenas de suministros están libres de explotación, incluyendo a Xinjiang y otras partes de China».

La nueva ley obliga a las agencias gubernamentales americanas a aumentar su vigilancia del uso de trabajos forzados a las minorías étnicas en China. Crucialmente, crea la presunción de que los bienes producidos en Xinjiang están hechos forzosamente. Las compañías tendrán que probar que la manufacturación de su producto ha ocurrido voluntariamente si quieren que Estados Unidos permita su entrada.