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Ejercicios militares del Ejército ucranianoAFP

Guerras, golpes de Estado y derechos humanos: los puntos calientes del mundo en 2022

El nuevo año 2022 comienza su andadura con varios conflictos y crisis políticas abiertas o agravadas durante el año pasado

Desde el golpe de Estado en Birmania a la concentración de tropas rusas en la frontera en Ucrania, la llegada de los talibanes al poder en Afganistán o la guerra civil en Etiopía. Son muchos los conflictos que han surgido, o que se han agravado, en 2021 y que el mundo ha heredado en 2022.

Ucrania

En el comienzo de 2022 las miradas del mundo siguen puestas en el este de Ucrania. Rusia ha situado a más de 100.000 soldados y equipo militar en su frontera con Ucrania, una concentración de tropas que se ha interpretado como el preparativo para una invasión rusa de Ucrania en enero.

Tanto Estados Unidos como sus aliados europeos han advertido a Moscú de que, ante una intervención militar en Ucrania, Occidente respondería con «duras medidas económicas». El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que esas sanciones serían «un error colosal», una «ruptura total en las relaciones entre ambos países».

Rusia ha exigido garantías de que Ucrania no ingresará en la OTAN y de que renunciará a recuperar la península de Crimea, que perdió frente a Rusia en 2014, para retirar la amenaza de invasión.

La OTAN, sin embargo, rechazó que Rusia pueda imponer exigencias a la Alianza Atlántica o que pueda impedir una decisión soberana de Ucrania.

China

La República Popular China trata de doblegar a Occidente para afianzarse como potencia militar y establecer su hegemonía en el mar de China. Dos son los puntos calientes en China: Hong Kong y Taiwán.

En Hong Kong, territorio autónomo con un sistema democrático frente al autoritarismo comunista chino, Pekín ha logrado hacerse con el control del sistema político, imponer un Gobierno y un parlamento afines, y amordazar a la prensa con la Ley de Seguridad Nacional.

En virtud de esa ley, la policía de Hong Kong ha detenido y encarcelado a numerosos periodistas y activistas y clausurado varios medios de comunicación independientes y críticos con el Gobierno de Hong Kong y de Pekín.

En Taiwán seguirán en 2022 las tensiones entre el Gobierno de la isla y el de la China continental ante las pretensiones anexionistas de Pekín. En su discurso de Fin de Año, el presidente chino, Xi Jinping, afirmó que la incorporación de Taiwán a China, y la «completa reunificación de la patria», es la aspiración de China para 2022.

La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, contestó al mandatario chino en su mensaje de Año Nuevo exigiéndole que frene su «aventurismo militar».

Además, China y Taiwán se encuentran inmersas en una «guerra diplomática» por el reconocimiento internacional. En 2021 Taiwán logró un reconocimiento parcial a su independencia y soberanía en Lituania, con la apertura de una oficina de representación en Vilna. Al mismo tiempo, China logró poner de su lado a Nicaragua, tradicional aliado de la causa taiwanesa en América Latina.

Los intentos taiwaneses de reconocimiento diplomático se interpretan en China como pasos dirigidos a afianzar su independencia. Pekín amenazó a Taiwán con «medidas drásticas» si continúa su camino hacia la independencia total de China.

Israel-Palestina

Durante once días, Israel y el grupo terrorista Hamás atrincherado en la franja de Gaza, intercambiaron lanzamientos de cohetes y de misiles el pasado mes de mayo de 2021 en una escalada bélica que se saldó con 230 muertos, 130 de ellos civiles. Hamás lanzó más de 4.300 proyectiles contra localidades israelíes cercanas a Tel Aviv y el Ejército israelí respondió con 1.500 bombardeos aéreos contra posiciones de Hamás.

Este tipo de choques entre Israel y Hamás se producen con cierta frecuencia y siempre se cierran en falso, lo que favorece que vuelvan a repetirse pocos meses después.

En 2022, el conflicto palestino-israelí seguirá siendo uno de los focos de tensión en el mundo. Sin ir más lejos, en la madrugada del 2 de enero, el Ejército israelí atacó desde el aire varios objetivos de Hamás en Gaza como respuesta al lanzamiento de dos cohetes de Hamás que, finalmente, terminaron en el mar.

Etiopía

Tensa calma en Etiopía donde, después de perder terreno sin parar desde noviembre de 2020 frente a los rebeldes de Tigré, el Ejército etíope ha logrado recuperar la iniciativa y obligar a las milicias del Frente de Liberación Popular de Tigré a replegarse.

El conflicto, que comenzó después de que el Ejército atacara una base rebelde, llevó a los milicianos tigrinos a conquistar plazas tan importantes como la histórica Lalibela, Patrimonio de la Humanidad, y situarse en las cercanías de la capital, Adis Abeba.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha denunciado violaciones de derechos humanos en ambos bandos, y ahora se teme que en 2022 se pueda recrudecer el conflicto y que se extienda a otros países de la región.

Afganistán

Los talibanes recuperaron el poder en Afganistán el 15 de agosto de 2021 después de haber sido desalojados en 2001 por Estados Unidos como represalia por dar cobijo a Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda y responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Con la vuelta de los talibanes, ha regresado también el rigorismo islámico, los castigos físicos, la discriminación contra las mujeres y las ejecuciones de antiguos miembros del Gobierno afgano aliado de Estados Unidos.

Sin embargo, el nuevo Gobierno talibán se ha comprometido a evitar que Afganistán vuelva a convertirse en un santuario para grupos terroristas internacionales que pretendan atentar contra Estados Unidos y sus aliados.

De esa manera, los talibanes buscan evitar el error que cometieron en el pasado y que los llevó a ser desalojados del poder durante la ocupación estadounidense.

Además, la ideología política de los talibanes difiere en un aspecto esencial de la ideología de otros grupos yihadistas, como Al Qaeda o Estado Islámico. Mientras estos últimos buscan la creación de un califato islámico universal, los talibanes no tienen intención de salir de su ámbito de influencia, que es Afganistán y Pakistán.

En ese contexto, los talibanes están librando una doble guerra que podría agravarse en 2022. Por un lado, el Gobierno talibán de Afganistán está haciendo frente a los terroristas de Estado Islámico que pretenden introducirse en el país, sustituir a los talibanes e incorporar Afganistán a su califato.

Por otro lado, la rama pakistaní de los talibanes sigue su guerra particular para lograr implantar en Pakistán un emirato islámico similar al de Afganistán.

Birmania

El conflicto abierto en Birmania tras el golpe de Estado de la Junta Militar contra la presidenta Aung San Suu Kyi en febrero de 2021 continuará a lo largo de 2022. Tras la brutal represión de las manifestaciones prodemocrácticas que siguieron al golpe de Estado, el conflicto escaló con la formación de milicias armadas que actúan principalmente en zonas rurales contra los militares.

Hasta el momento se han producido más de 1.300 muertos. Algunos testigos han narrado cómo los militares entran en aldeas sospechosas de haber acogido a rebeldes y disidentes y asesinan a todos sus habitantes.

En la pasada Nochebuena, militares birmanos asesinaron a 35 civiles dentro de sus vehículos y a continuación quemaron los cadáveres. Entre las víctimas hay cuatro niños y dos trabajadores de la ONG Save the Children.

Tras el suceso, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, reclamó un embargo de armas contra la Junta Militar birmana.

Irán

En los primeros meses de 2022 deberán culminar las conversaciones en Viena sobre el acuerdo nuclear iraní. En las conversaciones participan Irán junto con Alemania, Francia, Reino Unido, China y Rusia, con Estados Unidos e Israel como desconfiados testigos.

Las negociaciones pretenden recuperar el acuerdo adoptado en el año 2015, frustrado con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y los incumplimientos iraníes. El acuerdo original implicaba la retirada de las sanciones internacionales contra el régimen de los ayatolás a cambio de que Irán pusiera límites a su programa nuclear.

Con la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos se abrió la posibilidad de que se vuelvan a levantar las sanciones contra Irán si el régimen da marcha atrás en los incumplimientos. Sin embargo, Irán no parece dispuesta a volver a los términos originales del acuerdo, que considera papel mojado tras la imposición de nuevas sanciones durante la Administración Trump.

Israel, por su parte, se mantiene ajena a las negociaciones. El primer ministro israelí, Naftali Bennet, afirmó que Israel «no se niega de forma automática» al acuerdo con Irán, pero dudó que dicho acuerdo se pueda finalmente alcanzar.

Al mismo tiempo, Israel continúa atacando objetivos militares iraníes en Siria. El pasado 30 de diciembre, un ataque israelí destruyó instalaciones militares iraníes en el puerto sirio de Latakia.

Asimismo, Irán pretende tensar la cuerda de las negociaciones para obtener el mejor acuerdo posible para sus intereses. Dentro de esa estrategia, el pasado 31 de diciembre lanzó al espacio un cohete con fines científicos pero que también podría albergar armamento nuclear.

Bielorrusia

En 2021 la Unión Europea vivió un desafío sin precedentes en su frontera con Bielorrusia. El dictador comunista, Alexandr Lukashenko, empujó a miles de migrantes procedentes de Oriente Medio a las fronteras con Polonia y las repúblicas bálticas. Incluso ordenó a su Ejército empujar a los migrantes hacia las barreras fronterizas e impedirles regresar ante el bloqueo al otro lado de la frontera.

El objetivo de Lukashenko era forzar a la Unión Europea a retirar las sanciones en su contra después del fraude electoral en las elecciones presidenciales de agosto de 2020 y la represión de las manifestaciones democráticas.

Las sanciones se endurecieron después de que Bielorrusia forzara a un vuelo comercial a aterrizar en Minsk en mayo de 2021 para detener al periodista opositor Roman Protasevich.

Bielorrusia contó en esta estrategia con el apoyo de Rusia, que encontró en la crisis una oportunidad por amarrar más firmemente a su díscolo socio bielorruso y debilitar a sus rivales europeos.

Ante las sanciones impuestas por la Unión Europea a las aerolíneas que participaran en la estrategia de Lukashenko trasladando migrantes de países como Siria, Irak o Afganistán a Bielorrusia para ser empujados a continuación a la frontera polaca, muchas compañías cancelaron los vuelos.

Además, el agotamiento causado por meses de tira y afloja sin que Polonia y la Unión Europea dieran su brazo a torcer, forzó a Lukashenko a cambiar de estrategia y comenzó a repatriar a los migrantes a sus países de origen.

Sin embargo, todo parece indicar que a lo largo de 2022 Lukashenko, con el apoyo de Rusia, presente nuevos desafíos a la Unión Europea.