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Despliegue militar en las calles de Almaty

Despliegue militar en las calles de AlmatyAFP

Crisis en Kazajistán

El personal diplomático de EE.UU. comienza a abandonar Kazajistán

Estados Unidos teme un empeoramiento de la situación en Kazajistán y ha comenzado a sacar del país al personal de su Consulado en Almaty

Estados Unidos teme un empeoramiento de la situación en Kazajistán a pesar de la tensa calma registrada en las últimas horas tras la entrada en acción de las tropas rusas para respaldar al gobierno y atajar las protestas.

El Departamento de Estado autorizó al personal no esencial del Consulado en Almaty y a sus familias a abandonar de forma voluntaria Kazajistán. Almaty, segunda ciudad en importancia del país, tras la capital, Nur-Sultán, y centro económico de Kazajistán, ha registrado los peores choques entre manifestantes antigubernamentales y la policía.

En un comunicado de prensa, el Departamento de Estado advierte que «las manifestaciones, protestas y huelgas pueden seguir produciéndose. Estos sucesos pueden desatarse con gran rapidez, sin aviso previo. Con frecuencia implican interrupciones del tráfico, del transporte, de las comunicaciones y de otros servicios y pueden ser potencialmente violentos».

«Los ciudadanos estadounidenses en Kazajistán», continúa el comunicado, «deben permanecer en alerta ante las protestas violentas que pueden producir un impacto severo en la capacidad de la Embajada de Estados Unidos de proporcionar servicios consulares, incluida la asistencia a los ciudadanos estadounidenses que quieran abandonar Kazajistán».

Además, el Departamento de Estado recuerda que «los disturbios que se han registrado en todo el país desde el pasado 2 de enero de 2022 han causado destrucción generalizada en infraestructuras y en edificios gubernamentales de Almaty».

Recuerda también que, como resultado del enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, se han producido «detenidos, heridos y muertos de un número significativo de manifestantes y miembros de las fuerzas de seguridad».

Acción de las tropas rusas

Después de varios días de gran intensidad en las manifestaciones, que han dejado, al menos, 26 manifestantes y 18 policías muertos, las protestas han empezado a remitir debido a la acción de las tropas rusas y de otros países ex soviéticos en el contexto de la misión de paz emprendida por la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.

En esta la alianza militar de repúblicas ex soviéticas forman parte Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia, Kirguistán y Tayikistán. En las últimas horas, la Alianza ha enviado nuevas tropas a Almaty.

Las manifestaciones comenzaron el 2 de enero como protestas pacíficas por la subida del precio del gas licuado, principal combustible del país. En medio de la crisis económica y del cansancio social por la pandemia de coronavirus, el rápido incremento de los precios de los combustibles colmó el vaso de la paciencia del pueblo kazajo.

La represión policial hizo que las protestas aumentaran de intensidad y se extendieran desde las pequeñas ciudades de provincia, donde comenzaron, a la ciudad de Almaty. En Almaty las manifestaciones se volvieron violentas. Los manifestantes consiguieron doblegar a las fuerzas gubernamentales y asaltaron varios edificios públicos, como la sede del gobierno local.

El presidente Kassym-Jomart Tokayev trató de aplacar el descontento ciudadano con una bajada de los precios del combustible y con el cese del gobierno. Pero las protestas no solo no cesaron si no que se incrementaron con peticiones de cambio de régimen.

Tokayev, además de pedir la intervención de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, ordenó a las fuerzas de seguridad «disparar a matar» contra los manifestantes, a los que definió como «terroristas armados».

En las últimas horas, ha sido detenido el exjefe del Comité de Seguridad Nacional (CSN) de Kazajistán, Karim Masímov, acusado de haber organizado las protestas para dar un golpe de Estado contra Tokayev, y de alta traición.

Según la acusación, muchos de los manifestantes son mercenarios procedentes de Oriente Medio entrenados durante años en campos secretos impulsados por Masímov.

Masímov fue destituido junto con el resto del gobierno el pasado 5 de enero, y su detención y acusación de estar detrás de las protestas no es banal. Masímov fue primer ministro hasta el año 2016, durante la presidencia de Nursultán Nazarbáyev, la figura más poderosa en Kazajistán desde su independencia en 1991.

Nazarbáyev renunció a la presidencia en 2019 y cedió el testigo a Tokayev. Pero, desde su cargo de presidente vitalicio, ha seguido ejerciendo el poder absoluto en detrimento de su sucesor.

La detención de Masímov ha disparado las alarmas sobre una posible implicación de Nazarbáyev en un hipotético golpe de Estado para desalojar a Tokayev del poder. En las últimas horas, se extendió la información de que Nazarbáyev había huido a Moscú.

Sin embargo, el portal de noticias Rusia Today, perteneciente a la órbita del presidente ruso Vladimir Putin, desmintió la noticia y aseguró que Nazarbáyev sigue en la capital de Kazajistán, Nur-Sultán.

Además, en Rusia Today se recogen unas declaraciones del expresidente en las que pide a todos los aliados de Kazajistán «unirse en torno al presidente Tokayev para superar los desafíos actuales y garantizar la integridad del país».

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