Italia
¿Podría la izquierda italiana apoyar a Berlusconi como presidente de la República?
La fuerte división entre los diferentes partidos políticos italianos ha abierto la puerta a que prospere la candidatura de Berlusconi, que hasta ahora se veía como la más débil
El presidente de la Cámara italiana de Diputados, Roberto Fico, convocó oficialmente el pleno del parlamento el lunes 24 de enero a las 15:00 para la elección del nuevo presidente de la República de Italia que deberá sustituir a Sergio Mattarella.
La fecha está fijada, ahora lo que faltan son los candidatos. En las últimas semanas ha sonado con fuerza el nombre de Silvio Berlusconi, el del primer ministro, Mario Draghi, o una reelección de Mattarella.
El mismo día en que se firmó la convocatoria, el pasado 4 de enero, a poca distancia del Palazzo Montecitorio, sede del parlamento italiano, un grupo de manifestantes pertenecientes al grupo «anti Berlusconi» Popolo Viola protestaba por la posible candidatura del 'Cavaliere'.
Que sea presentable
«La sola idea de que Berlusconi pueda resultar elegido me da escalofríos», dice uno de los asistentes al periódico La Repubblica. «No me importa un presidente de centroderecha. Basta con que sea presentable», afirma otro manifestante. «El problema es que en el centroderecha ninguno es presentable», añade al final.
La candidatura de Berlusconi, líder del partido de centro derecha Forza Italia, ha tomado fuerza en los últimos meses. Recibiría el respaldo de los otros partidos de la derecha italiana: la Lega, de Matteo Salvini, y los Fratelli d’Italia, de Giorgia Meloni.
Sin embargo, los partidos de izquierda no quieren ni oír hablar de la candidatura de Berlusconi. Cuando ni siquiera está todavía formalizada, el jefe de filas del socialista Partido Democrático, Enrico Letta, ha exigido retirar el nombre del 'Cavaliere' para sentarse a negociar.
Los diputados del izquierdista Movimento 5 Stelle directamente proponen la reelección de Sergio Mattarella, algo a lo que el anciano presidente no parece dispuesto, aunque siempre se ha mantenido ambiguo sobre esa posibilidad. «Decide el Parlamento», contestó en una ocasión a una pregunta de la prensa sobre una hipotética reelección.
La situación, por el momento, parece de bloqueo. En el Partido Democrático han propuesto incluso al actual primer ministro, Mario Draghi, como candidato a la jefatura del Estado por los consensos que genera.
A pesar de la pasión que Draghi despierta entre diputados y ciudadanos, el primer ministro se encuentra demasiado ocupado con la gestión de la pandemia de coronavirus, los fondos de recuperación de la Unión Europea, las ayudas sociales y el precio de la energía.
Pasaporte Covid Reforzado
Precisamente, las medidas de urgencia adoptadas para frenar la ola de ómicron han hecho aparecer las primeras fisuras entre sus apoyos. En concreto, la introducción en el consejo de ministros del pasado 5 de enero de la vacuna obligatoria a los ciudadanos mayores de 50 años, que deberán mostrar el Pasaporte COVID Reforzado para acceder a sus puestos de trabajo, ha contado con la firme oposición de Salvini. La Lega, ha llegado a amenazar con retirar el apoyo a Draghi, aunque finalmente se logró llegar a un punto de acuerdo para salvar el decreto con las medidas anticovid.
Draghi es primer ministro gracias al apoyo de prácticamente todo el arco parlamentario tras la accidentada salida de su predecesor, Giuseppe Conte. Sin embargo, su salida del Palazzo Chigi, sede del consejo de ministros, para ocupar el Palazzo del Quirinale, sede de la presidencia de la República y antiguo palacio pontificio, forzaría a convocar elecciones parlamentarias, unas elecciones que no está nada claro que la izquierda pueda ganar.
Esa es, precisamente, la carta con la que están jugando en la derecha, sobre todo Salvini, quien parece tener un gran interés en que Berlusconi se instale en el Quirinale. Matteo Salvini ya anunció que una salida de Mario Draghi del consejo de ministros rompería el consenso parlamentario y obligaría a convocar elecciones que, en absoluto, quieren en la izquierda.
En Forza Italia dejan hacer a Salvini, pero saben que el pasado judicial de Berlusconi por corrupción y por las fiestas sexuales con presencia de menores, las conocidas como «fiestas bunga-bunga», no son las mejores cartas de presentación para un respetable presidente de la República, y ven con cierto recelo la pasión con la que el líder de la Lega apoya a su jefe de filas.
En la elección participarán 1.009 grandes electores formados por 630 diputados, 320 senadores, 6 de ellos vitalicios, y 58 electores regionales, según señaló la agencia ANSA.
Para que el 24 de enero salga elegido el nuevo presidente de la República Italiana, el candidato deberá obtener el respaldo de 671 electores. Si en esa primera votación ningún candidato obtiene el respaldo necesario, la votación se repetiría otras dos veces. Si en la última tampoco se logran los votos necesarios, se celebraría una cuarta votación en la que el nuevo presidente podría ser elegido con el voto a favor de 505 electores.
La estrategia de la candidatura de Berlusconi juega a bloquear las tres primeras votaciones y llegar a la cuarta, donde el ex primer ministro tendría más posibilidades de ser elegido.