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Yunior García, en la redacción de El DebatePaula Argüelles

Yunior García: «Hay condenas altísimas de hasta 30 años de cárcel» para los 57 manifestantes a juicio

En declaraciones a El Debate, el disidente cubano critica la «injusticia» de los recientemente anunciados procesos

En total, son 57 los hombres y mujeres que se sentarán en el banquillo de los acusados esta semana en Cuba. Se trata de los manifestantes detenidos durante la ola de protestas del pasado 11 de julio. Algunos se enfrentan a sentencias de hasta 30 años de prisión, por cargos de supuesta disidencia y sedición.

El proceso incluirá una serie de juicios colectivos, repartidos entre tres grandes ciudades cubanas; 21 detenidos comparecerán en Holguín, 20 en La Habana, y 16 en Santa Clara.

Cuba vivió un momento histórico el verano pasado, cuando miles de manifestantes inundaron las calles para protestar contra la dictadura cubana, la opresión económica, la escasez de suministros, y los fallos eléctricos que sufre la población. El estallido social se organizó en las redes sociales, y sorprendió al régimen, que desplegó un dispositivo de represión inusitado. Fruto de la violencia desatada por las autoridades cubanas,  1.334 personas fueron detenidas, 223 condenadas, y otras 231 están pendientes de juicio, según la organización Justice 11J.

«Ya se han celebrado otros juicios. Hay varios acusados y condenas altísimas, e incluso en algunos casos, se están pidiendo casi 30 años de cárcel», denuncia Yunior García

El joven cubano y opositor disidente al Gobierno de Castro fue el principal líder del estallido social contra la dictadura. Dramaturgo y activista, contempla el proceso desde España, donde reside exiliado desde noviembre.

Una herramienta del Estado

«Los juicios persiguen dos objetivos fundamentales: uno, atemorizar a la población con estas condenas para que sirvan de escarmiento. Es como un mensaje que le envían a la ciudadanía diciéndoles, ‘el próximo que se atreva a manifestarse, ya sabe lo que le espera’. Casi 30 años en una cárcel», explica Yunior a El Debate, en tono preocupado.

El otro objetivo que persigue [el Gobierno]es utilizar a estos presos y a estos condenados como moneda de cambioYunior García, líder disidente cubano

Describe el escenario posterior al 11 de julio como «algo terriblemente injusto», una «situación preocupante» para la justicia y la democracia.

«El otro objetivo que persigue [el Gobierno]», continúa, «es utilizar a estos presos y a estos condenados como moneda de cambio. Es una herramienta que tienen bajo la manga para poder negociar con la Unión Europea y también con el Gobierno de los Estados Unidos: la posible liberación de estos presos a cambio de la eliminación de sanciones, o algún tipo de acuerdo en el que Cuba salga beneficiada. Es algo que han hecho siempre, utilizar a los presos como moneda de cambio, y como escarmiento para la población».

Familiares incomunicados

Informado por fuentes presenciales en Santa Clara y Holguín, Yunior narra la triste realidad de los detenidos durante las manifestaciones, y de sus seres queridos.

«No permite ninguna cobertura de prensa de los familiares. Solamente uno puede entrar al tribunal. A los demás los mantienen lejos del lugar. En el caso en Santa Clara, sacaron a los presos por la puerta de atrás para que no tuvieran ningún tipo de contacto con sus familiares, que estaban allí cerca del tribunal. Hay muchísima vigilancia alrededor de los tribunales», lamenta el disidente. Y añade: «Entre los acusados se encuentran 14 menores de edad, lo cual es algo aún más terrible».

Los procesos, explica Yunior, no tienen nada que ver con la justicia. Ilustra esta desafortunada circunstancia con un ejemplo:

«Una jueza de La Habana se echó a llorar en medio del juicio, porque sabía que lo que estaba haciendo no tiene nada que ver con su profesión ni con la justicia. Y en seguida [las autoridades] se pusieron alrededor de ella. ¿Para qué? Para que no la vieran llorar. Ese acto de una jueza llorando porque sabe que está cometiendo algo injusto simboliza lo presionados que están los fiscales, los jueces, porque obviamente están recibiendo órdenes directas del partido».