¿Cuál es el mecanismo para forzar la dimisión de Boris Johnson?
Reino Unido ya no perdona los excesos de su Primer Ministro
Boris Johnson no deja de protagonizar escándalos y titulares. Los últimos, por la seguidilla de parties en Downing Street, en vísperas de los funerales del Duque de Edimburgo, plantean una duda. ¿Podrían forzar su dimisión sus compañeros de filas? La respuesta es: técnicamente, sí.
Por una parte, está en proceso una investigación parlamentaria que busca discernir si fueron ilegales las fiestas celebradas en el número 10 de Downing Street en tiempos de pandemia. Por otra, existe un mecanismo de urgencia para destituir al líder del Partido Conservador (y activarlo no es complicado).
El Comité de 1922
Según un sondeo de la consultoría Savanta ComRes, el 66 % de la población inglesa considera que Johnson debería abandonar su puesto. Sin embargo, solo hace falta que 54 diputados Conservadores compartan esa opinión para activar el mecanismo que pondría al premier en la calle.
El Comité de 1922 se encarga desde 1940 de coordinar las pugnas por la capitanía del Partido Conservador. Se trata de un cuerpo parlamentario que a menudo actúa como foro entre los propios Conservadores, y les da la oportunidad de dialogar sin la oposición presente.
El reglamento de liderazgo del Partido Conservador dicta que, si un 15 % del partido registra formalmente un voto de «no confianza» con el Comité de 1922, se destituirá al actual líder y empezará la carrera por determinar a su sucesor. Actualmente, hay 360 diputados conservadores, con lo cual solo harían falta 54 quejas formales para destituir a Johnson.
La reputación de Johnson, en declive
Ha sido una semana humillante para el todavía primer ministro. El martes se presentó en la Cámara de los Comunes para admitir, por fin, que sí asistió al infame copeo de mayo del 2020, cuando 30 personas se reunieron en el jardín del Número 10 entre vinos y bromas. La oposición no tardó en denunciar la hipocresía del premier, de fiesta mientras el resto de Inglaterra sufría en la soledad del estricto primer confinamiento.
«El primer ministro es un hombre sin vergüenza. El público exige respuestas», clamó Keir Starmer, líder laborista, durante la sesión en los comunes. «Debería tomar la honorable decisión de dimitir», le exigió.
Boris Johnson se ha convertido en una amenaza para la salud de nuestra nación
La revelación de otras dos fiestas en la residencia de Johnson, una de las cuales tuvo lugar en la víspera del funeral del Duque de Edimburgo, erosionan aún más la reputación de los Conservadores.
«Boris Johnson ha roto la ley y mentido al Parlamento y a su país, y ahora debe irse», reza una declaración del partido «Demócratas Liberales». «Millones de personas obedecieron las reglas del confinamiento, a menudo pagando un alto precio personal. Se perdieron funerales, cancelaron bodas, y se despidieron de sus seres queridos por teléfono. Varios lo hicieron el mismo día en que el número 10 celebraba una fiesta ilegal en el jardín.»
«Boris se ha convertido en una amenaza para la salud de nuestra nación, y por el bien de este país que aún sufre por la terrible pandemia, debe dimitir», finaliza el comunicado.
Investigación en curso
Por su parte, la funcionaria Sue Gray lidera desde noviembre una anhelada investigación, con la intención de medir la gravedad de las fiestas en el número 10 de Downing Street. La que empezó como una indagación en torno a la fiesta de Navidad de 2020 ahora engloba 10 eventos en total, agregados a medida que se han ido destapando las noticias.
Pero de momento, Gray no ha encontrado suficientes pruebas delictivas para delegar el caso a las fuerzas policiales. Según Scotland Yard, solo podrán iniciar su propia investigación si así lo decide la funcionaria. Por ahora, solo está considerando censurar a Johnson por su falta de juicio al asistir a la fiesta. También criticará la cultura interna del número 10, que no parece distinguir entre el trabajo y el placer.
Con todo, no será Sue Gray quien decida si Johnson rompió o no el código de conducta parlamentario al asistir a la fiesta del 20 de mayo de 2020. Tal autoridad no recae sobre ella; de hecho, la única persona capaz de ordenar una investigación sobre el incumplimiento de la normativa del Parlamento es el propio Boris Johnson.