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Primer ministro británico Boris Johnson

Primer ministro británico Boris JohnsonEFE

Johnson intenta comprar a los ingleses con siete nuevas medidas para remontar su popularidad

El primer ministro recurre a la operación «Salvar al Big Dog» para evitar la dimisión forzada

El primer ministro británico Boris Johnson se enfrenta a una crisis sin precedentes, a manos de un pueblo inglés  enfurecido por su pésimo comportamiento durante la pandemia. Gran parte del declive en su reputación ha sido causado por la revelación de una decena de fiestas celebradas en el Número 10 de Downing Street, que desobedecían las restricciones sanitarias. En un intento por salvar su puesto, el equipo de Johnson ha iniciado una «operación» que pretende apaciguar al pueblo inglés.

La denominada «Operación Salvar al Big Dog» incluye un paquete de medidas e iniciativas que en la mayoría de los casos aceleran procesos ya en curso. Según cuenta al periódico The Times un alto cargo del parlamento, el Número 10 anunciará en los próximos días un nuevo plan de fondos adicionales que subvencionarán prácticas laborales y programas de desarrollo de habilidades, para ganarse a los 1.5 millones de ingleses en paro.

Además, Boris Johnson piensa retirar las restricciones sanitarias restantes antes del 26 de enero. En la misma nota, desvelará una novedosa estrategia para resolver el problema de registros de la sanidad pública inglesa, crisis que preocupa a gran parte de Reino Unido desde hace más de tres meses.

Por otra parte, delegará la gestión de la crisis migratoria en el Canal de la Mancha a sus fuerzas militares.

En el ámbito social, publicará un anhelado plan del ministro Michael Gove para mejorar las condiciones de vida en las ciudades más descuidadas del norte. También congelará los pagos de la licencia televisiva de la BBC durante dos años, iniciativa que busca «mejorar el coste de la vida».

Sobre todo, y ante las duras críticas a la «cultura de fiesta en Downing Street» (emergieron revelaciones de que el gabinete organizaba «una fiesta cada viernes»), el premier impondrá una ley seca que prohíbe el alcohol en las inmediaciones del Número 10. También ha iniciado ya un despido masivo de personal involucrado en las desafortunadas fiestas.

Y no todo son regalos para Reino Unido; Boris Johnson también castigará a sus críticos. Ha anunciado que intentará reducir las subvenciones al popular medio BBC, y les quitará 2.000 millones de libras de los fondos públicos. 

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