Ciclón bomba
Una tormenta de nieve «histórica» azota la costa este de EE.UU.
Los gobiernos de los estados de Nueva York y Nueva Jersey han declarado el estado de emergencia
Una tormenta de nieve «potencialmente mortal» se extendió este sábado sobre el noreste de Estados Unidos con fuertes nevadas y vientos que paralizan la vida cotidiana de unos 70 millones de habitantes.
Ciudades como Nueva York y Boston fueron las más afectadas por la tormenta, que el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) confirmó que se intensificó hasta convertirse en un «ciclón bomba», caracterizado caídas fuertes rápidas de la presión atmosférica
El NWS advirtió de que los vientos podrían alcanzar entre 80 y 120 km/h y de «condiciones de viaje casi imposibles» en el noreste de Estados Unidos.
Las zonas más afectadas de Nueva York y Massachusetts recibieron 61 centímetros de nieve a primera hora de la tarde, y más de 95.000 hogares quedaron sin electricidad en Massachusetts.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, instó a los ciudadanos a quedarse en casa advirtiendo que «la madre naturaleza suele hacer lo que quiere».
La red de metro funciona casi con normalidad y como es habitual con el mal tiempo, sirve de refugio a miles de personas sin hogar durante la tormenta.
Las máquinas de sal y las quitanieves se empleaban a fondo en Nueva York, donde Central Park fue cubierto por 19 centímetros de nieve y las líneas de trenes regionales estaban parcialmente cerradas. En Times Square, corazón de Nueva York, las luces de neón de los carteles se difuminaron.
Pero las gélidas temperaturas no intimidaron a Robert Burck, un artista callejero conocido como el «vaquero desnudo». Vestido solo con ropa interior, sombrero y botas de vaquero, caminaba por el punto turístico tocando su guitarra.
«Es fantástico», dijo a la AFP el español Gonzalo Vázquez, uno de los pocos turistas que caminaba por allí. «Es como esquiar rodeado de luces y pantallas LED».
En el moderno barrio de Cobble Hill, en Brooklyn, las aceras estaban casi desiertas y muchos negocios estaban cerrados. Pero los pocos que desafiaron los elementos sonreían mientras se deseaban: «¡Feliz día de la nieve!».
Nueva York y el estado vecino de Nueva Jersey, además de Virginia, Maryland y Delaware, declararon la emergencia para la totalidad o parte de esos estados.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, advirtió a los residentes el sábado que «la fase más peligrosa de la tormenta es ahora».
«Vuelvan a casa esta noche con cuidado, quédense en casa durante el fin de semana, eviten cualquier viaje innecesario», dijo la gobernadora en un comunicado, señalando que habría nevadas especialmente fuertes en Long Island, Nueva York y la zona baja del valle del Hudson.
El frío se extendió hasta el sur de Florida, donde el NWS advirtió de «caídas de iguanas dispersas o aisladas desde los árboles», ya que el descenso de temperaturas paraliza temporalmente a estos grandes lagartos.
Residentes de pueblos y ciudades de toda la costa este fueron advertidos de evitar todo viaje innecesario así como de la caída de nevadas adicionales más intensas en Nueva Inglaterra.
En Long Island, oficiales reportaron que una mujer fue hallada sin vida en su auto por un operador de quitanieves.
Poniéndose «bastante feo»
Los gobiernos de los estados de Nueva York y Nueva Jersey declararon el estado de emergencia y la alcaldesa de Boston, Michelle Wu, decretó emergencia por nieve.
Wu, recordó en Twitter «mantenerse fuera de las carreteras en lo posible».
«Se va a poner bastante feo», señaló en una entrevista televisiva este sábado. «Va a ser una tormenta histórica», acotó.
El gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, manifestó que había habido «serias nevadas durante la mayor parte del mediodía», y que todavía había «una visibilidad bastante limitada».
Por su parte, el departamento de obras públicas de Boston aseguró que 900 quitanieves estaban trabajando duro en las calles de la ciudad.
El conductor de quitanieves Mark Burns, de la zona de South Shore de Boston, dijo que la nieve se había vuelto pesada: «Se suponía que iba a ser ligera y esponjosa, pero ahora está un poco húmeda».
Unos 3.500 vuelos, tanto internos como internacionales, fueron cancelados el sábado en Estados Unidos, según el rastreador de vuelos FlightAware. Unos 1.000 vuelos que tendrían que despegar el domingo también han sido suspendidos. Las cancelaciones el viernes sumaron más de 1.450.
La tormenta llega después de otra similar que cubrió de nieve hace dos semanas gran parte del este de Norteamérica, desde Georgia hasta Canadá, dejando muchos hogares sin luz y perturbando miles de conexiones aéreas.