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Liz Truss, ministra de Exteriores de Reino Unido, frente al «confuso» mar BálticoEl Debate

Internacional

La ministra del Exterior de Reino Unido confunde el mar Negro con el Báltico y Rusia se burla de ella

El Kremlin tacha los esfuerzos diplomáticos de Reino Unido de «totalmente inútiles» y «confusos» de cara a la llamada entre Putin y Johnson

El mar Báltico se sitúa al norte de Polonia, y baña las costas de Suecia, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, y Dinamarca. El mar Negro está al sur de Ucrania, rodeado por Moldavia, Rumanía, Georgia, Bulgaria, y Turquía. Es geografía básica, que Liz Truss pareció olvidar. Durante una entrevista con la BBC, la ministra de Exteriores británica confundió los dos mares, error que no tardó en provocar burlas por parte de Rusia.

«Estamos suministrando y ofreciendo ayuda adicional a nuestros aliados bálticos en el mar Negro», compartió la ministra en televisión. Se refería a la nueva iniciativa de apoyo a la OTAN que ha tomado recientemente Reino Unido; han duplicado el número de soldados que enviarán a Ucrania, de 1.500 a 3.000, y su primer ministro, Boris Johnson, pudo abandonar durante un día su crisis personal para dar una conferencia en Kiev junto a su homólogo ucraniano Volodymir Zelensky. También dialogó con Putin a través de una tensa llamada telefónica.

Maria Zakharova, ministra de Exteriores rusa, no dejó pasar el comentario de Truss. Señaló la diferencia entre ambos mares, ya que los estados bálticos de Estonia, Lituania y Letonia se encuentran junto al mar Báltico, no el Negro. «Los países bálticos se llaman así precisamente porque tocan la costa de este mar. No del Negro», publicó Zakharova en la red social Facebook. «Si alguien necesita que lo salven de algo, es el mundo, de la estupidez e ignorancia de los políticos anglosajones», insultó la rusa.

En defensa de Truss, el ministerio del Exterior se apresuró a aclarar que no hubo ningún error por parte de la mujer. Un portavoz alegó que, en realidad, la ministra estaba enumerando las zonas de apoyo de Reino Unido, es decir, «nuestros aliados bálticos, y en el mar Negro».

No quiero ofender a nadie, sobre todo a mis buenos amigos, los diplomáticos británicos, pero sus resultados no son nada de lo que presumirDmitry Polyanskiy, delegado de Rusia en las Naciones Unidas

A pesar de todo, la confusión no ayuda a la política exterior inglesa. Dmitry Polyanskiy, delegado de Rusia en las Naciones Unidas, criticó: «Siempre hay lugar para la diplomacia, pero, francamente, no confiamos en la diplomacia británica. Creo que, en los últimos años, ha demostrado ser completamente inútil».

«No quiero ofender a nadie, sobre todo a mis buenos amigos, los diplomáticos británicos, pero sus resultados no son nada de lo que presumir», lamentó Polyanskiy ante la cadena Sky News.

«Los que están totalmente confundidos»

Mientras tanto, el primer ministro Boris Johnson regresó de su breve visita a Ucrania, y dialogó con Vladimir Putin a través de una llamada telefónica. «Lo que voy a decirle al presidente Putin, […] es que creo que todos debemos dar un paso atrás», había contado Johnson a reporteros, antes de la conversación telefónica. Durante la llamada, ambos políticos abogaron por una «solución pacífica» a las tensiones en Ucrania, y acordaron aplicar un «espíritu de diálogo» para resolver la crisis.

Pero unas horas antes, el Kremlin se mostraba burlón y provocador; tras la metedura de pata de Truss, reporteros rusos habían preguntado si la llamada entre ambos líderes sería de alguna utilidad.

«El presidente Putin está dispuesto a hablar con cualquiera. Siempre está listo para dar explicaciones, incluso a aquellos que están totalmente confundidos sobre lo que sucede, y no entienden bien lo que está pasando en nuestro país», respondió irónico Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin.