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Los congresistas republicanos Liz Cheney (Iz) y Adam Kinzinger en el Congreso de EE.UU

Los congresistas republicanos Liz Cheney (Izqda.) y Adam Kinzinger, en el Congreso de EE.UUDrew Angerer / AFP

Estados Unidos

Liz Cheney, congresista republicana: «Mi partido ha abandonado la Constitución para abrazar a Trump»

La congresista por Wyoming, también hija mayor del ex vicepresidente Dick Cheney, se ha convertido en una de las pocas voces críticas de Trump dentro del Partido Republicano

El Partido Republicano enfrenta uno de los riesgos institucionales más desafiantes de su historia: claudicar ante un liderazgo personalista en detrimento de su democracia interna y la capacidad de que sus principios y valores trasciendan a las personas y sus líderes. Ese desafío tiene nombre y apellido: Donald Trump.

Aunque Trump en un primer momento tuvo que someterse al tradicional bipartidismo estadounidense para llegar a la Casa Blanca, ha demostrado que su partido no es necesariamente el Republicano, sino y sobre todo, su propia liderazgo personalista.

Tras su salida del Despacho Oval, el legendario Partido Republicano transitaba la delgada línea de aprovechar la popularidad del mandatario saliente y guardar distancia de sus polémicas, sobre todo sus denuncias de fraude electoral en las elecciones que finalmente perdió, pero sobre todo su apoyo o al menos aquiescencia ante los bochornosos actos del asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021, que intentaba evitar la acreditación de la elección de Joe Biden como presidente de los EE.UU.

Pero cuando todo parecía perdido para Trump, ha logrado demostrar que está ganando la partida. El pasado 4 de febrero el Comité Nacional Republicano (el órgano ejecutivo del partido) amonestó formalmente a dos legisladores críticos con el expresidente por estar participando junto con los demócratas en una investigación sobre el asalto al Capitolio.

Es la primera vez en la historia que el Partido Republicano reprende a alguno de sus miembros en activo en el Congreso

Una de las legisladoras amonestadas fue Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney (2001-2009), que ya fue expulsada el año pasado del liderazgo del Partido Republicano por haber refutado las denuncias de Trump sobre un fraude en las elecciones presidenciales de 2020.

El otro congresista amonestado fue Adam Kinzinger, conocido por su oposición a los intentos de Trump de revocar el resultado de esos comicios y que tras más de una década en la Cámara Baja ha anunciado que no se presentará a la reelección por Illinois, lo que ha alimentado los rumores sobre la posibilidad de que compita por la Presidencia en las elecciones de 2024.

La resolución para censurar el comportamiento de ambos legisladores, uno de los mayores castigos a disposición del Partido Republicano, fue aprobada durante la reunión de invierno del Comité Nacional Republicano, en Salt Lake City (Utah). La iniciativa se aprobó a viva voz sin que hubiera ningún debate.

Según reportó Efe, el texto acusó a Cheney y Kinzinger de haber apoyado los «esfuerzos de los demócratas para destruir» a Trump con su participación en un comité creado por la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, para investigar el asalto al Capitolio.

El Partido Republicano se opuso a la creación de ese comité, pero Cheney y Kinzinger quebraron la disciplina de partido y decidieron participar

Además de amonestar a dos de sus miembros, el Partido Republicano fue más allá y consideró que el asalto al Capitolio fue la expresión de «un discurso político legítimo», una afirmación que no contempla la violencia del suceso, que acabó con cinco muertos y cerca de 140 agentes heridos.

Esta acción podría tener consecuencias políticas para Cheney, que a diferencia de Kinzinger, sí se presentará a la reelección este año y que tendrá que enfrentarse en las primarias del Partido Republicano a Harriet Hageman, que ha recibido el apoyo de Trump.

Durante su reunión, el Comité Nacional Republicano decidió reconocer a Hageman como la candidata del órgano del partido, lo que abre la puerta a grandes donaciones para que haga campaña contra Cheney.

Los líderes del Partido Republicano se han convertido en rehenes voluntarios de un hombre que admite que trató de anular una elección presidencialLiz Cheney, congresista republicana por Wyoming

Ante la amonestación de su partido Cheney declaró: «Los líderes del Partido Republicano se han convertido en rehenes voluntarios de un hombre que admite que trató de anular una elección presidencial y sugiere que perdonaría a los acusados del 6 de enero, algunos de los cuales han sido acusados de conspiración sediciosa. Soy una conservadora constitucional y no reconozco a los de mi partido que han abandonado la Constitución para abrazar a Donald Trump. La historia será su juez. Nunca dejaré de luchar por nuestra república constitucional».

Las elecciones primarias en Wyoming entre Cheney y la candidata de Trump serán decisivas para determinar que tan 'republicano' sigue siendo el Partido Republicano o si el claro y peculiar liderazgo de Trump ha logrado coparlo o «secuestrarlo», como critica Cheney, también a nivel de bases y por lo tanto declarar que Trump ha ganado la partida completa.

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