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Vista general de los ejercicios tácticos en un campo de tiro cerca de Rivne, Ucrania, con el presidente Volodimir ZelenskiEFE

Ucrania

El Donbás inicia la evacuación de su población civil en medio de un empeoramiento de la crisis

La noticia de que los independentistas del Donbás habían comenzado a evacuar a su población civil a Rusia ha disparado la alarma de un posible empeoramiento de la crisis ucraniana

El ambiente sigue caldeado y la desconfianza, con la guerra de la desinformación, se impone. El turno de echar más gasolina al fuego de una posible invasión, le toca ahora a los separatistas de la región del Donbás, formada por las autodenominadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Denis Pushilin , líder del movimiento que reclama la independencia y autoridad en la última de estas «repúblicas», anunció: «Se organizó una salida masiva y centralizada hacia la Federación de Rusia» para que, «cuanto antes, la población salga del territorio». «En primer lugar –explicó– evacuaremos a mujeres y niños y después, a las personas mayores».

A renglón seguido, el hombre que considera que su región está ocupada por un Gobierno advenedizo, explicó las razones por las que adoptó la medida: «El presidente ucraniano Volodimir Zelenski, dará muy pronto la orden de pasar a la ofensiva y poner en marcha un plan de invasión de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk», aseguró en un vídeo en su cuenta de Telegram , la red social fundada por Pável Dúrov. Pushilin justificó el anuncio, «para evitar víctimas civiles».

Vasili Gólubev, gobernador de Rostov, uno de los enclaves rusos limítrofes, pidió ayuda al Kremlin para asumir la caravana humana de refugiados. Putin acudió presto a la petición de auxilio y ordenó a su ministro de Situaciones de Emergencia, Aleksand Chuprian, que viajara para comprobar, sobre el terreno, que la presunta estampida de refugiados recibe la atención adecuada. Para este escenario, Moscú dispuso «conceder una ayuda de 10.000 rublos» (unos 130 dólares, aclara la agencia Efe) por cabeza.

Justificada o no la evacuación, el traslado de la población ya ha comenzado y hace presagiar un posible empeoramiento de la situación.

Desde que Rusia, a principios de semana, anunciara que comenzaba el repliegue de las tropas emplazadas cerca de la frontera de Ucrania y en la península de Crimea, el Donbás ha alcanzado un protagonismo forzado con noticias contradictorias o poco rigurosas en una guerra propagandística que dificulta tomar el pulso real al conflicto.

Si en los últimos días parecía que se estaba iniciando una desescalada, el reinicio de las hostilidades en el Donbás parece indicar lo contrario. ¿Ha empeorado la situación en las últimas horas? Las noticias que llegan del Donbás son preocupantes, pero es difícil saber si la situación ha empeorado respecto a las últimas semanas.

El alto comisionado para las Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, expresó el jueves su alarma por algo que, finalmente, quedó como un episodio más de los muchos que se suceden. «Ha empezado el bombardeo en algunas partes de la frontera», aseguró el ex ministro de Asuntos Exteriores. «Tenemos evidencia y estamos muy preocupados», añadió.

Ciertas las decenas de ataques y contraataques que hay de forma permanente en la zona, recrudecimiento de la violencia, al menos de momento, no parece que haya, a pesar de la espectacularidad de la explosión del viernes de un coche bomba junto a la sede del Gobierno de Donetsk, según informaron los independentistas prorrusos.

Batalla por el relato

Al tren de la batalla por el relato, se suman dirigentes de Occidente, pero también Vladimir Putin que hace unas horas declaró: «Observamos un agravamiento de la situación» en esta zona del este de Ucrania.

Putin realizó estas declaraciones después de mantener una reunión con el presidente de Bielorrusia y aliado Alexander Lukashenko. Con él, probablemente aparezca este sábado durante las maniobras anunciadas, por tierra, mar y aire, que dirigirá en su territorio. Atento al efecto pánico que pueden causar estos movimientos en la OTAN y en Washington, dijo que las movilizaciones estaban previstas con antelación: «Son puramente defensivas y no amenazan a nadie», garantizó.

La palabra de Putin

La palabra de Putin no cotiza al alza entre los aliados de la Alianza Atlántica que recuerdan que la anexión de la península de Crimea se produjo después de que Rusia reiterase, en vísperas del ataque, que no tenía la menor intención de hacerlo. Los esfuerzos hechos por el líder absoluto de Rusia, para convencer de que la retirada de sus tropas es real, no terminan de encontrar la respuesta en Occidente deseada en el Kremlin. En buena medida, por gestos como el de la Duma que le pidió que reconociera la independencia del Donbás, pero también por encabezar maniobras como las que presidirá en unas horas.